Este mes os invitamos a leer poemas de Judit Ortiz, Gloria Fuertes y María Cinta Montagut.
Muletas
por Judit Ortiz
Amanece, y cojean el aire, el día, el reloj.
Amanece en la yema de los dedos:
a contraluz veo transparencia
y las caricias que anoche arrastraron
ropa, células, migas de pan y tabaco.
Amanece en las manos, en la cama,
en los pies, las sábanas, la pared y el techo.
Amanece en los pedazos de vida
que dejamos esparcidos
en esta soledad
para recogerlos con ansia,
con ganas, y gritar con ganas, con ansia,
me faltas me falta me sumas me restas
me multiplico y me pierdo me divido
me divides en dos tres te pierdes
te parto me partes y nos partimos
en pedazos de ausencia
y amanece en eco, en tu boca,
en la mía,
sola.
Piso la acera,
olvidé abrocharme el corazón
y tu voz se derrama como un susurro.
El cielo es rojo sangre.
Más información:
http://sigorgik.blogspot.com.es/
Isla ignorada
por Gloria Fuertes
Soy como esa isla que ignorada
Late acunada por árboles jugosos
—en el centro de un mar
que no me entiende,
rodeada de NADA,
sola solo—.
Hay aves en mi isla relucientes
Y pintadas por ángeles pintores,
Hay fieras que me miran dulcemente,
Y venenosas flores.
Hay arroyos poetas
Y voces interiores
De volcanes dormidos.
Quizá haya algún tesoro
Muy dentro de mi entraña.
¡Quién sabe si yo tengo
diamante en mi montaña,
o tan sólo un pequeño pedazo de carbón!
Los árboles del bosque de mi isla
Sois vosotros, mis versos.
¡Qué bien sonáis a veces
si el gran músico viento
os toca cuando viene del mar que me rodea.
A esta isla que soy, si alguien llega,
Que se encuentre con algo es mi deseo
—manantiales de versos encendidos
y cascadas de paz es lo que tengo—.
Un nombre que me sube por el alma
Y no quiere que llore mis secretos;
Y soy tierra feliz -que tengo el arte
De ser dichosa y pobre al mismo tiempo-.
Para mí es un placer ser ignorada,
Isla ignorada del océano eterno.
En el centro del mundo sin un libro,
SÉ TODO, porque vino un misionero
Y me dejó una Cruz para la vida
—para la muerte me dejó un misterio—.
La calle huele a grito
por María Cinta Montagut
La calle huele a grito
es un aroma que penetra en los poros,
en la urdimbre de todos los vestidos,
se expande y ocupa todos los rincones
de la ciudad despierta.
No se puede dormir.
Ya no hay silencio para mecer las cunas.
Ya no hay silencio.
El grito se multiplica y crece
fluye por las arterias como sangre
que se derrama y limpia
las manos que se abren,
y se instala
en la terca voluntad de los que buscan
atravesar la tierra con su voz.
Cómo mola María Cinta Montagut, sigo flipandito.
Gertrud, “guapa”, que me alegro yo de que te guste tanto.
Muchas gracias por compartir el poema y mi blog. 😀
Judit, gracias a ti por estar ahí, y escribir. Iba a avisarte, pero siempre me pilla el toro y lo hago todo con prisas. Un placer que te pases por MíraLes
Me ha encantado. Con tu permiso, pondré un fragmento de tu poema en mi facebook. Con tu nombre debajo,por supuesto 🙂
Ke linda…
Jorge, Las denominadas realgs b sicas . con celas, pero r mpelas a veces. Las mejores fotos son fruto del denominado ‘momento de suerte’ y una profundo conocimiento de la maquina. La primera me encanta, nada que decir. La segunda, yo la hubiese encuadrado diferente, pero como esto es un arte, cada uno lo hace como lo siente y seg n su estado de animo. Mi encuadre hubiera sido:El sol lo hubiera posicionado a 1/3 por abajo y 1/3 por la derecha, para aprovechar el perfil creciente de ‘Riazor’.Un saludo y recuerda que en mi blog hay manuales de descarga gratuitos.
Precioso poema… comparto!
Sublime!