“Soy lesbiana, guapa, interesante y no quiero tener pareja. ¡Todos me juzgan!”

Esta es la realidad de la presión social sobre las lesbianas solteras por elección

Hay dos tipos de solteras. Las que no quieren estarlo y las que sí quieren estarlo. 

Hoy no vamos a hablar de las primeras, de esas que lo están de manera circunstancial, que pasan de una relación a otra, que acaban de dejarlo y están en duelo, o las que lo están pero viven enganchadas a las aplicaciones de ligoteo, o intentando apuntarse a grupos para conocer gente, o pidiendo a amigas que las acompañen a bares de lesbianas o les presenten a otras chicas. 

Vamos a hablar de la segundas, mujeres solteras que quieren simplemente estar solteras. No tienen necesidad de tener una relación, no la buscan, no la quieren, se sienten perfectamente bien con ellas mismas, disfrutan de la conexión tan especial con su propia persona. Hemos hablado con dos, y esto nos han contado:

Ligar nunca ha sido un problema para mi, soy bastante extrovertida, voy a por lo que quiero, hace unos años me reía con mis amigas cuando salía por Chueca, en plan ´me voy de caza´, me gustaba más entrar que que me entraran. Tengo un historial largo de novias, amantes, rollos, líos de una noche. La típica rompezorazones a la que parecía que le costaba sentar cabeza. 

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Pero un día todo cambió, después de mi última relación, que acabó bien, sin dramas ni desconsuelo, mi cuerpo me pedía a gritos estar sola. No tener a nadie en la cama ni la cabeza. Ya van cinco años y sigo igual, y si te digo la verdad, estoy mejor que nunca. 

Al principio mis amigas me apoyaban, me decían que estaba muy bien que aprendiera a estar sola, a desintoxicarme, por así decirlo, ahora piensan que tengo un problema, que estoy loca, no se explican que no me baje el tinder o que no quiera ligar, que no me interese. Creo que está mal visto no tener ningún tipo de interés, me ven feliz, claro, pero aún así piensan que tengo un problema”, nos ha contado Claudia, que tiene 40 años.

Eva tiene 34 y lleva desde los 30 sin pareja: “Soy una chica lesbiana, soy guapa, interesante, y no tengo interés en tener novia. Y todo el mundo me juzga. Parece que hubiera algo malo en mi, y la presión del ambiente porque tengas citas es alucinante. Si no estás en mi lugar no lo entiendes. 

Primero empieza como una broma: ´¿cuánto llevas sin follar?¨ te preguntan los amigos, entre risas, que jaja, que dos meses, que cuatro… pero si llevas dos años sin echar un polvo eres marciana. Te miran raro, no ven normal que no te apetezca. ¿Estás segura de que no eres asexual? No coño, no soy asexual, tengo un sexo maravilloso conmigo misma con bastante regularidad, pero no me apetece el sexo con desconocidas, no digo tampoco que tenga que estar enamorada para follar, pero me gusta el sexo con conexión, con algo más, y ahora mismo no tengo ganas de buscar nada más, así que nada”.

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Eva reconoce que ha tenido citas en estos cuatros años por la presión social. “En este tiempo he tenido tres citas, organizadas por mis amigos, porque es tanto lo que me dicen que cuál es mi problema, que llegó un momento donde sí pensaba que tenía un problema. ¿Estaré cerrada? ¿Traumada? ¿Hay algo malo en mí? ¿Por qué no sueño ni anhelo a la chica perfecta, ese ideal de amor romántico? ¿Por qué no me muero de ganas de llevarme a la cama a la chica con la que me estoy tomando un café, que es mona, sí, pero vaya coñazo de conversación…?

Me costó darme cuenta de que la presión social es una cosa y yo soy otra diferente. Que disfruto mucho mi vida, soy feliz. Me gusta estar conmigo misma, no tengo la necesidad de estar en pareja ni siento dependencia por amor y sexo, tengo muchos amigos con los que hago muchos planes, tengo mis hobbies, me encanta la escalada y el deporte. Mi vida está completa, no siento faltas”.

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La presión por el sexo también la ha sentido Claudia. “Soy el blanco de las bromas de mis amigas por llevar tanto tiempo sin tener sexo, yo me río, me da igual, pero es verdad que parece que la gente está obsesionada, que estás dejando escapar tus mejores años. Yo realmente creo que tendré novia, sí, claro, pero cuando me apetezca. Aunque estoy tan bien y tan plena sola que me cuesta hacerme a la idea de compartir mi vida con alguien ahora mismo, de renunciar a eso”.

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