Simona ha triunfado este año es España, aunque ella es natural de Argentina. Y su éxito se debe a unas letras autobiográficas muy honestas, además de sensuales y bailongas, y una música pegadiza y, como buena hija de su época, mezcla de muchos estilos.
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Simona es abiertamente bisexual. Ahora tiene un chico y denuncia activamente como hay quien no lo entiende, esa bifobia que te dicotomiza. A la vez no duda en contar que estando con su ex novia le escupieron por la calle para señalar que siguen faltando banderas y orgullos. También cuenta que su madre es lesbiana, y que en casa no tienen problema con eso, ella y su padres son buenos amigos.
Sobre el deseo y también el poliamor, -tiene una relación poliamorosa con su novio actual- son muchas de las letras. También sobre la masturbación. Y sobre la energía sexual que se mueve entre amigos, sin que sea necesaria una orientación sexual definida entre medias. Bajo toda ese erotismo está también el dolor de las pérdidas y de la desorientación, ese punto melancólico que le pone la salsa agridulce que ya cierra el círculo y hace de su primer disco algo de lo que teníamos que hablar.
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