Hubo un tiempo en que Sabrina y Samantha Fox eran los mitos eróticos de casi toda la humanidad. Eran los maravillosos años 80 y estas mujeres, una morena y una rubia, representaban la definitiva revolución sexual.
Entre bambalinas, muchas mujeres y adolescentes lesbianas y bisexuales, también nos anonadábamos por los espectáculos de una y otra. Una representaba la pasión mediterránea, con su acento y perfil tan italiano, la otra era considerada la Marilyn Monroe de la época.
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Sí, se les puede sin duda achacar ser un producto creado para el público masculino más rancio, pero detrás del producto está la persona, y ellas han ido permitiéndose ser cada vez más libres de los controles de la industria.
Hoy, a sus 56 años, Samantha Fox se casa con la que es su novia desde 2016. Linda Birgitte Olsen, en una ceremonia secreta que, sin embargo, ha trascendido a la prensa internacional. La gran Katharina Leskanich, de Katrina and the waves y el grupo Bobbysocks se ocuparon de la banda sonora del super evento.
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Desde que Samantha empezó a despuntar como cantante, empezó a correr como la pólvora el rumor de que era lesbiana. Ella hizo sus primeras declaraciones al respecto en 2003: “Me he acostado con otras mujeres pero no me he enamorado antes de conocer a Myra Stratton, (su representante en aquel momento), la gente dice que soy lesbiana, no se lo que soy, lo único que se es que estoy enamorada y quiero pasar el resto de mi vida con ella“. Fue una bomba en aquel momento, y un acto de visibilidad lésbica que empujó hacia delante a toda la sociedad. Su amor duró hasta que Myra falleción en 2015. Al año siguiente conoció a Linda.
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