Darcie tiene 13 años, es de Gales (Inglaterra) y le gusta jugar al fútbol. Y solo por eso se ha ganado el título de “lesbiana“.
Esta adolescente tiene que aguantar cada día a compañeros que le profieren insultos machistas e, incluso, hasta a sus profesores de Educación Física que le aconsejan que lo deje porque no es apropiado para chicas. En pleno siglo XXI y con la lucha feminista que nos traemos entre manos suena cuanto menos a chiste.
“Me dicen que no juegue al fútbol porque es un deporte de niños, que mejor haga deportes de chicas como el hockey o la danza”
“Me han criticado mucho diciéndome que soy un hombre o tratándome de lesbiana. Me han llamado de todas las formas posibles”
“No dejes que una niña te quite la pelota”
Darcie juega en un equipo local desde que tenía ocho años y no solo aguanta los insultos de sus compañeros de colegio sino que soporta los que los padres le lanzan solo por creer que el fútbol es un juego solo de hombres.
“Creo que está mal que la gente critique a las niñas por querer jugar al fútbol porque es algo que ellas quieren hacer y que también aman”
Pero Darcie no parece amedrentarse ni querer dejar de jugar al deporte que a ella le hace feliz. Así que, le pese a quien le pese, seguiremos viendo equipos de chicas jugando al fútbol y esperamos que cada vez sean más y más y tanto los padres, madres, profesorado, alumnado y, por qué no, televisiones y sponsors vean que las mujeres somos tan capaces de jugar como de crear expectación y de vender camisetas como los chicos.
“Quiero jugar la fútbol y voy a seguir jugando, me da igual lo que digan”.