Mi historia de amor – Feliz aniversario, Alejandra

¿Cómo redactar una historia de amor, por dónde iniciar…?

Quizá sea mejor iniciar antes del principio, como en esos cuentos que te leen de pequeña y todo comienza en “Érase una vez…”

tardeos de mirales 2025

Estaba yo en un 2010 sin muchas expectativas, donde todo me daba igual. Quizá puedo decir que era la primera vez que sufría de amor si es que le podemos llamar así: ella me dejó, me pidió que jamás la buscara, que no la llamara, que en su vida quería saber de mi. Pfff creo que sentí que se desplomó mi mundo cuando me dijeron eso… Ya hasta estaba buscando trabajo cerca de su casa (por suerte mía, no me contrataron).

Pasaron los días, los meses y yo nada más me acordaba de esas palabra. Sé lo que estarán pensando: de amor nadie se muere y con el tiempo duele menos. Pues no dolió menos pero ya no podía seguir así. Me forzaba a vivir feliz y punto, así que las salidas con los amigos, la escuela y la familia regresaron a mi mundo y con todo esto, ¡¡¡llegó el 1 de enero del 2011¡!! Y con él llegaron 365 días más de oportunidades, así que decidí que ya era tiempo para conocer a otra persona.

Realmente nunca he sido buena para la cuestión de ligar y soy algo tímida, por lo que el recurso a primera mano fue el gran amigo internet. Me metí a una página donde creas tu perfil, tipo face, y me di a la tarea de buscar algo que no sabía qué era; pasé un rato leyendo perfiles y de pronto uno fue el que me llamó la atención, no sé por qué, quizá porque estudiaba arquitectura no sé. No pude evitar enviar el mensaje con poca esperanza de que contestara pero antes de irme a dormir obtuve una respuesta. Como lo recuerdo en ese mismo instante le contesté y eso dio pie a muchas largas charlas por el aquel entonces messenger.

No me atrevía a invitarla a salir, quizá me apenaba un poco el hecho de que ella ya trabajaba y yo seguía estudiando, tenía la ligera sospecha de que no la podía invitar a tomar sólo un helado, por lo que tocó ahorrar de la mesada. Así fue hasta que a finales de enero le pedí su número de teléfono y me atreví a llamarla. Juro que estaba tan nerviosa, para nada es lo mismo escribir unos textos que escuchar la voz por primera vez, seguro que les ha pasado, que por un lado estás con el teléfono y tienes otra cosa en la mano o caminas de un lado a otro en la habitación. Pero al final lo logré me atreví a invitarla a salir de una vez por todas. Quedamos en vernos un 4 de febrero, era un viernes en el palacio de bellas artes. Nunca me había preocupado mucho por mi atuendo pero para ese día tuve que ir de compras, especial para la ocasión. Llegué mucho antes, los nervios no me dejaban, así que entré a ver qué evento se exponía ese día. Quería dejar un poco en blanco mi cabeza.

Cabe mencionar que ninguna de las dos sabíamos cómo éramos físicamente, en el tiempo de chat jamás hubo un intercambio de fotos. Creo que eso realmente nunca importó, pero aún así, no dejaba de estar nerviosa al respecto y de pronto sonó mi teléfono. Era ella. En cuanto contesté, oí su voz tan linda diciendo que ya había llegado. Recuerdo que salí por la puerta principal mientras hablábamos por teléfono y fue como si supiera exactamente adónde mirar mis ojos. Sólo se enfocaron a una persona: vi a la más hermosa chica viéndome fijamente con el teléfono en el oído.

A pesar de toda la gente, ahí estaba ella acercándose y yo sin poder creerlo. Era ella y me veía sólo a mí. Puedo decir que no hubo un instante de ese día sin un buen tema de conversación; fuimos a comer, a caminar y a tomar algo, un día de confesiones donde me di cuenta que a veces sufrimos por cosas que no valen la pena, que pensamos que tenemos problemas cuando la solución depende de nosotros, donde me di cuenta de que esa mujer tenía un corazón inmenso. Al final de esa noche fría podía verla temblar debajo de esa chamarra de mezclilla. Moría por abrazarla o por lo menos tomarle la mano, pero algo dentro de mí me lo impedía. La detuve un momento, saqué una bufanda de mi bolso y delicadamente la puse sobre su cuello intentado que cubriera la mayor parte. Nos dimos un beso en la mejilla y nos dijimos adiós; no pude esperar a llegar a casa para decirle que la había pasado genial y que quería repetirlo, simplemente ya no podía dejar de verla.

No fue hasta la tercera cita donde por fin hice que se fuera de pinta del trabajo, fuimos a comer pero mientras lo hacíamos, curiosamente, mi mano rozaba mucho con la suya. Al terminar caminamos sin rumbo, la plática nos llevó lejos, hasta toparnos con un lindo parque, le compré una paleta de sus favoritas, según recordaba, y elegimos una banca para continuar platicando. De pronto, vi que ella tenía una lagrima en el ojo sin un motivo en particular, así que cuando lo cerró para secarla, mi mano actuó sin pensar y fue la que secó esa lagrima y mis labios los que se acercaron a los suyos.

Nuestro primer beso, el primer más maravilloso beso…

Pasó el tiempo seguimos saliendo, pasándola bien, platicando  de noche hasta quedarnos dormidas con el teléfono en la mano. De pronto, ya nos hablábamos más tierno, ya podía saludarla con un beso en los labios cada vez que nos veíamos. Honestamente, yo ya pensaba que era mi novia, y un día, sólo lo quise hacer oficial  y preguntarle: “¿Alejandra, te gustaría andar conmigo?” Y lo que no me esperaba fue su respuesta. “NO, bueno es que hay que darnos más tiempo y ver cómo van pasando las cosas…”

Me quedé en el limbo, no sabía qué éramos, cómo debía actuar, qué era lo que quería de mí. Aún así, era tan linda que seguí hasta donde ella me permitía. No fue hasta siete meses después, el 1 de julio del 2011, cuando, esa noche, sentadas en su carro afuera de mi casa, de pronto, de la nada, me miró a los ojos y me hizo esa pregunta que yo ya le había hecho hacía algún tiempo: “¿Quieres ser mi novia?” Pero claro, desde ese momento sentí diferente, simplemente todo fue distinto. Si antes ya era color rosa pues ahora era el arcoíris entero, todo era perfecto tenía a la novia perfecta, me acababan de dar un buen trabajo. Era simplemente feliz.

Aunque no duró mucho. Yo no pude cerrar del todo mi pasado y de alguna forma se metía en mi presente. Había cierta persona que empezó a acosarnos, a enviarle mensajes al celular, correos… Estuvo a nada de destruir mi cuento de hadas. Al final cuando apenas estábamos solucionando ese problema, a mí me ofrecieron otro trabajo a 13 horas en auto de la ciudad donde entonces vivíamos. Tengo que decir que Ale me dio muchos ánimos para continuar, seguir adelante, perseguir mis sueños  de un modo profesional, así que tomé la decisión. Me fui  con la promesa de luchar por lo que teníamos, y fue de tal grado que casi a los dos meses de estar lejos ya planeábamos vivir juntas: ella dejaría su trabajo vendría conmigo y empezaríamos a vivir un sueño, sonaba perfecto. Empezamos a buscar  una linda casa para alquilar, y encontramos una algo cerca del trabajo. Todo iba bien hasta que justo el día que iba a firmar el contrato de la casa, mi jefe me avisó que sería trasladada a otro país por un tiempo. Me vinieron mil y una cosas a la cabeza, no pude evitar llorar toda esa noche, no podía llamarla, no sabía qué decirle ni por dónde empezar, no tenía palabras ni respuestas. Al final tuve que hacerlo, como era de esperarse; no tomó bien la noticia y aun así siguió apoyándome, siempre me decía que el tiempo es perfecto y que las cosas pasan por algo.

Me fui a un lugar donde la comunicación no era nada buena, casi nunca tenia internet para hacer una vídeo llamada o al menos platicar por Skype, pero tenía las llamadas por la mañana al celular. Sólo eran tres minutos pero me encantaban esos tres minutos. Así pasamos cinco meses, sin vernos, sin estar juntas, sin abrazos, sin besos, sin poder estar ahí cuando esa persona tan especial te necesita, pero llegó el día justo cuando regresé a México. Sólo se me ocurrió una persona para que fuera a recogerme al aeropuerto y la sensación fue como aquella primera cita, como aquel primer encuentro donde sientes un todo, un circo en el estómago.Recuerdo que se nos salieron las lágrimas de felicidad de poder estar juntas de nuevo, de poder volver a sentir ese aroma de su piel que tanto me fascina. Aunque sólo fueron un par de días, lo disfrutamos al máximo. Tuve que salir de nuevo otros dos meses pero en esta ocasión hicimos arreglos para que me  alcanzara y tener una muy linda aventura.

Pensé que cuando regresáramos también regresaría la idea de que pudiéramos vivir juntas, pero no fue algo así. Ella ahora quería hacer otra carrera, crecer en otra área y terminar asuntos pendientes. Me tocó apoyarla en todo lo que pudiera, Fuimos a ver escuelas, pedir informes y terminé en una escuela con tres años de carrera cerca de su casa. Mi trabajo estaba en otro lado así que encontramos el modo de hacer que funcionaran las cosas, buscamos una casa que en un futuro sería de las dos pero donde por lo pronto sólo viviría yo. Compramos la recámara, los muebles, la decoramos… No hay un rincón de esa casa que no tenga un pedacito de ella (además de que tengo sus fotos por toda la casa), no es nada fácil vivir ahí sola, llegar a casa y no encontrarme con nadie, saber que no me esperan unos “buenos días” acompañados de un beso es horrible, pero cada día es un día menos que estamos separadas.

No es fácil ver a la persona que amas unos tres días al mes o en ocasiones mucho menos, pero sabes que esos tres días te darán fuerzas para otro mes entero. No fue fácil el camino que recorrimos pero tampoco puedo decir que me pesara. Jamás llevé yo sola la carga y afortunadamente tenemos familia y amigos que nos apoyan. Mis padres y mis hermanos adoran verme tan feliz y mis sobrinos simplemente adoran a tan linda persona.

Qué puedo decir yo, me siento en casa cuando estoy con su familia, adoro a su mamá (y adoro mucho más que cuando nos quedamos a dormir en su casa prefiera hablarle al celular a Ale que tocarnos la puerta para no interrumpir).

Te amo, Alejandra, lo hago con todo mi ser, no hay una noche que no te envíe un “te amo” mientras abrazo tu almohada y no hay una mañana en que no seas lo primero que hay en mi mente. Fue el 26 de agosto del 2014 cuando en aquella banca de nuestro primer beso te pedí que compartieras toda tu vida conmigo, que formáramos una familia y que jamás soltaras mi mano. Fue aquel día cuando me dijiste que te encantaría ser mi esposa.

Ahora lo sé, el tiempo es perfecto. Hoy, 4 de febrero de 2015, cumplimos cuatro años de habernos montado en unas nubes de ensueño y es justo cuando el amor de mi vida se gradúa de su segunda carrera. Estoy tan orgullosa, una mujer que jamás se da por vencida que no necesita más que de sí para salir adelante. Aún no puedo creer que esa mujer tan impactante me esté viendo fijamente solamente a mí.

Catherine

Comparte este artículo

5 comentarios en “Mi historia de amor – Feliz aniversario, Alejandra”

  1. Te amo , eres la razon de mi ser y de mi existir. Estamos juntas porque simplemente es nuestro destino, solo las dos sabemos la falta que nos hacemos, llegaste a mi vida y desde ese momento supe que es sentirse plena y feliz, te amo princesita hermosa

  2. Hola…quisiera haber publicado esto en el consultorio pero no he dado con el..a lo mejor le doy muchas vueltas pero no se que hacer… Veréis mi ex y yo hace varios años ya que nos separamos creo q 7,no lo se… Pero bueno siempre hemos tenido cierto contacto xq tenemos un asunto pendiente que aun no podemos resolver, mejor dixo yo,el caso es q x mi profesión tengo que viajar mucho y ahora estoy fuera durante 6 meses aunke termino ya en marzo ,ella lo ssbe… Antes de irme se lo tuve que decir para que me tuviese localizada x si ocuria algo…total que el día que cogía el vuelo recibí un correo suyo que me deseaba feliz viaje y varias cosas y que si keria fuésemos amigas que cuando kisiera le escribiera ya sea para desahogarme o lo que sea,yo fui clara… Le dije que a pesar de todo lo que había pasado, no solo x lo que nos dijimos sino x los años..parte de mi la seguía keriendo y que tenia que venír con los 5 sentidos bien puestos…y que si seguía sabiendo de forma regular de ella no podría, (nunca la olvide xq nunca encontré en otra mujer el mismo amor que ella me dio en su día,el mismo apoyo, el mismo amor ninguna me dio ni algo parecido,ella estaba enamora de mi y eso creo que te pasa solo una vez en la vida),total…aki en el extranjero me vino de maravilla en todo sentido y hasta acepte su propuesta de amistad después de haberlo pensado tantos meses, no hay problema y de verdad que no lo hay,xq me siento feliz aki súper lejos hasta me gusta otra mujer pero ella esa ocupada ,pero no viene al caso,x eso decidí su amistad, no fui buena novia con ella y se lo merecía x lo menos kiero ser buena amiga,pero aparte de que me hace preguntas repittivas sobre que planes de futuro tengo ( siempre le respondo lo mismo), el ultimo mensaje me dejo perdida del todo me preguntó: como sería tu vida perfecta?, me pregunta también si soy feliz,yo no se que decirle me da a ii que esa pregunta tiene algo pero no se que es o a lo mejor me estoy sugestionando no lo se… Ella hizo su vida sus locuras se caso,se divorcio a tenido sus amores, sus fiestas lo que ella le gustaba…me desencaja un poco… Así que me gustaría saber vuestra opinión,gracias xicas…

  3. Realmente precioso. El amor, cuando es correspondido es la sensación más espectacular que pueda experimentar el ser humano. Todos deberíamos pasar por una experiencia así alguna vez en nuestra vida para experimentar la felicidad en su plenitud.

  4. y … me sigo preguntando ? como es que haces para sacarme una sonrisa todos los días, soy la mujer mas feliz del mundo, adoro ir de aventura contigo o quedarnos en casa sin hacer nada … simplemente amo estar a tu lado .. YO TE AMO !!!!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio