Supongo que todas sabemos en qué consiste el activismo lésbico. Por si hay alguien que no sepa muy bien de qué va, se trata de reivindicar una igualdad en los derechos de las personas homosexuales así como un reconocimiento de las mismas para poder tener una identidad sexual. Los movimientos lésbicos promueven actividades diversas para promulgar y, de alguna manera, normalizar la situación de las mujeres homosexuales en la sociedad.
Se trata de una labor, a mi juicio, tan gratificante como digna de admirar, pues gracias a estas mujeres que alzan la voz en nombre de todas, hemos conseguido gozar de una normalidad que antaño ni siquiera podíamos imaginar, aunque todavía quede camino por recorrer…
El caso es que, pese a que existan muchas personas que luchen por nuestros derechos, también hay una parte de lesbianas no activistas, aquellas que se niegan e incluso rechazan estos derechos fundamentales para cualquiera. Y es que hay cierta reticencia en muchos casos a expresar y dar rienda suelta a lo que se piensa, o tal vez es que un sector de mujeres homosexuales no desea participar en el activismo propiamente dicho.
Susana tiene 25 años, comentando con ella el activismo lésbico me dice que le parece una idea estupenda, pero que en su opinión, no tiene que alzar la voz más, que no ha de ir por la vida con un cartel luminoso explicando su condición, por su parte, no es activista ni se atrevería a serlo debido a que ha perdido muchas cosas por el camino.
Carla, de 22 años, asegura que ha estado reprimida toda su vida, que no le importaría ser activista para que se terminase por fin el yugo que nos impide ser como cualquier ciudadano de a pie. Que le encantaría poder besar a su pareja y que no la mirasen extrañados en algunos lugares.
Ali, 30 años, es heterosexual y considera que las lesbianas aún no gozamos de los derechos que deberíamos, que si no fuese por el activismo lésbico seguiría estando prohibido casi el ir de la mano visto lo visto. Piensa que es fundamental que las mujeres nos involucremos para lograr la igualdad de una vez por todas y que seamos libres de los prejuicios infundados.
Carmen acaba de cumplir los 18 años y sus padres no entienden su condición, lo ha pasado francamente mal, y no quiere saber nada sobre lo que ella considera “alardear y presumir” de ser lesbiana. Dice avergonzarse de lo que es, “Ojalá me gustasen los tíos” me cuenta.
No se trata de alardear de lo que somos, sino de no agachar la cabeza por ello. Cada quién es lo que es, y ha de sentirse orgulloso de ello. ¿Qué más da querer a un hombre o a una mujer? Ahí está la cuestión, que no hay diferencias. El amor se siente, no se clasifica.
Verónica Font
Yo pienso que ser lesbiana y ser activista no tienen que casar la una con la otra. Se es lesbiana y, además, se puede ser activista, de igual manera que se es lesbiana y no querer ser activista, pero eso no quiere decir que la lesbiana que no luche desde el activismo no luche por sus derechos de otra forma. En mi opinión, una lesbiana aporta al movimiento de muchas maneras, no tiene por qué ser activista y ya. Salir a la calle sin avergonzarse de quién es realmente, caminar de la mano de otra mujer, besarse sin importar qué dirán los demás… Creo que eso es una forma de reivindicar, igualmente, o al menos una forma de no quedarse dentro del armario.
Yo soy activista bisexual, entré en el activismo al poco de iniciar mi etapa universitaria, y han sido (y son) unos años muy gratificantes para mí, pero eso no quita que durante todos estos años he conocido a gais y lesbianas que no son activistas pero que, a su manera, también ayudan a visibilizar el colectivo.
Muy buen artículo, por cierto, hacéis un gran trabajo con esta revista 😉
Totalmente de acuerdo contigo.
Hola, no puedo hablar por el resto pero por mi experiencia, no soy activista pero si luchó día a día por la igualdad, con mi actitud.. pero he asistido a charlas de diferentes asociaciones y siempre he salido de allí con los pelos de punta, unas veces por que he dado mi opinión y se me ha tachado de hetero simplemente por mi aspecto.. y yo me pregunto, como es posible que las mismas mujer que quieren la igualdad discriminan a mujeres lesbianas tan sólo por que la forma de moverse sea diferente, en una charla me llegaron a decir que yo me disfrazaba de lesbianas el dia del orgullo!! (Nunca he podido ir) todo esto lo digo desde el más absoluto respeto y valorando vuestro trabajo.. pero a veces hay gente que quiere pertenecer a una asociación y simplemente no encaja, y pienso.. no significa que no se quiera luchar.. creo que seria importante que nosotras mismas dejásemos de juzgarnos.. saludos
Yo activista siempre, a la vista está que no hay derecho logrado que no te puedan quitar mañana, y tampoco es que esté todo hecho.
Yo, gracias a las activistas que me precedieron, he podido tener una familia con unos derechos plenamente reconocidos. Pero soy consciente que aún queda mucho camino por recorrer. Se lo debemos a las que han luchado con anterioridad y a las futuras generaciones. Por eso creo necesario el activismo. Por supuesto, totalmente respetable la otra opción.
Yo he sido activista y no me arrepiento de haber luchados por los derechos hasta sali en un medio de comunicacion y de ser de una ciudad pequeña fuu juzgada y me dieron la espalda por gente que son lesbiana y de tener gente para salir ahora sin nadie por el mero hecho de haber sido activista.
Nuestros derechos de hoy son gracias a las activistas de ayer
El activismo me parece primordial. Y me siento muy agradecida por aquellas mujeres que alzaron la voz.
Yo no soy activista, pero me gustaría serlo. De hecho he estado buscando info en inernet, pero no sé a dónde ir la verdad.
Claudia , lo primero para ser activista buscarte una buena asociación , veras lo bien que se pasa y de las cosas interesantes que hay
Aún queda mucho por hacer
Hay que dar las gracias a las valientes mujeres que a lo largo de la historia han hecho visible lo que era invisible o estaba vetado o penado. Gracias una y mil veces a todas las que han levantado la voz y luchado para que podamos estar casadas con nuestras mujeres y otras cosas más. Está claro que falta mucho que avanzar, que no somos iguales que las parejas heterosexuales en muchas cosas (papeleos para ser madres, por ejemplo), que nos gustaría que los demás no nos juzgaran por ir cogidas de la mano y besarnos… Me molestan más los temas burocráticos, por ejemplo, que para ser madre tenga que llevar infinidad de papeles más que una madre heterosexual, que las miradas de la gente y ese tipo de cosas. No soy activista, pero las aplaudo y agradezco todo lo que han hecho y hacen. No llevo una camiseta de SOY LESBIANA, como nadie lleva una de soy hetero, pero voy con mi mujer de la mano, con mis hijas, la beso y la abrazo, y vivo mi sexualidad el libertad y felíz.
un abrazo para todas
El activismo es necesario. El mejor activismo es vivir siendo una misma, sin esconderse, sin avergonzarse, mostrarse tal cual con naturalidad…es educar a los demás sin excentricidades.