Isabel Álvarez de Toledo y Maura fue la Duquesa de Medina Sidonia, aunque popularmente se la conocía como la Duquesa Roja por su rebelión manifiesta contra Franco.
Lo cierto es que la heredera y prolífica escritora sufrió al dictador español desde su nacimiento en el exilio en 1936, inicio de la Guerra Civil. Su historia es profundamente controvertida y protagoniza, desde su muerte en 2008, páginas enteras de los periódicos de tirada nacional más notorios de España, sobre todo por la contienda legal que mantienen sin descanso sus tres hijos y su viuda.
En 1955 se casó con el noble Leoncio González de Gregorio y Martí, con quien tuvo tres hijos. Sin embargo, Isabel sorprendió a todos, más de 50 años después, casándose 11 horas antes de su muerte con la historiadora Liliane Dahlmann, con la que llevaba casi 3o años de relación, y a la que conoció en la boda de su hijo Leoncio. A este “escándalo” se le suma que la duquesa decidió donar todo su patrimonio a la Fundación Casa Medina Sidonia, privando de la ultramillonaria herencia a sus hijos, Leoncio, Pilar y Gabriel, con los que ya había tenido sonadas contiendas legales por la herencia de su bisabuela.
Desde entonces, hay una guerra abierta entre la viuda (foto derecha), el Ayuntamiento de Sanlúcar, la Fundación y los hijos. Y no hablamos de una herencia millonaria. Hablamos de una herencia incalculable. Además de su legado de Palacios y monumentos históricos dentro de Sanlúcar de Barrameda (una de las ciudades con mayor desempleo de España) está su archivo, el más importante de Europa, con más de seis millones de documentos, cada uno de ellos, (el más antiguo es de 1128), de un valor cultural incalculable y un valor económico con muchos, muchos ceros.
Sus hijos lo tienen claro:
“Al día siguiente de nacer, mi madre me abandonó en manos de mi bisabuela, dicen que con el comentario: ‘Toma, ya he cumplido como madre y mujer’. Ya no la volví a ver en mucho tiempo. A mi padre tampoco, que había desaparecido del domicilio conyugal tras innumerables gritos, golpes y peleas con mi madre”, declaró su hijo Gabriel cuando presentó un libro autoeditado que escribió sobre la polémica.
Su historia es la de una mujer tan fría con su familia como implicada con sus ensayos y su Fundación, desconcertante en cuanto a que fue una gran desconocida, incluso para sus hijos.
Es también la historia de una familia que nunca fue tanto, marcada por los intereses económicos de cada uno y el peso de los convencionalismos. Unos rumorean que desheredó a sus hijos para evitar que vendieran su archivo al mejor postor. Otros, que era una mala madre. Y peor persona. Unos, que fue una adelantada a su tiempo. Otros, que en el fondo no aceptaba su condición homosexual. Unos, que fue la única noble comprometida con su pueblo. Otros, que alentaba el terrorismo.
¿Quién lo sabe, al fin y al cabo?
Quizá su viuda.
Es trabajo de HISTORIADORES/AS. lo único que creo, y la pongo en duda, de todo lo que dicen sus hijos sea la frase -parte interesada- : (‘Toma, ya he cumplido como madre y mujer’) por qué la dijo, quién le obligó a casarse, quien quería herederos directos a la Casa de Miedina Sidonia?..) mas parece un ajuste de cuentas y cancelación de una deuda que un abandono de hijos… hijos que por otra parte, nunca se comportaron como tales, ahora dicen que ella no se portó como madre, y ellos como hijos?… en el fondo está el Archivo de la Casa de Medina Sidonia con miles de legajos (conjunto de documentos sobre un mismo tema) documentos y el Privilegio rodado de 1128… en cuando a la homosexualidad de la duquesa Doña Isabel, nunca se escondió, el artículo dice que llevaba mas d 20 años de relaciónla con lahistoriadora Liliane Dahlmann, con la que llevaba casi 3o años y si se casó antes de morir, lo hizo para legalizar una relación por los posibles problemas que podía tener con la herenia y la Fundación. RIP Doña Isabel, duquesa de Medina Sidonia, una aristócrata fiel a la preocupación por “su pueblo”… título honorífico hoy, pero que ella hizo realidad al preocuparse por los problemas sociales. Como digo, es trabajo de Historiadoras/es y separar lo personal (gran mujer) de lo histórico, gran trabajo realizado en el Archivo de la Casa Medina Sidonia.