Y es que las políticas de derechas no están favoreciendo en nada la inclusión social
“Desde que mi número de teléfono se hiciera público, todos los días estoy recibiendo fotografías de pollas, propuestas sexuales, o gente que sabe que se está poniendo en contacto conmigo tras haber conseguido mi número de forma ilícita, y me mandan fotos de niñas haciendo felaciones o banderas de España con el aguilucho. Durante la última semana y media ya el acoso se ha vuelto insoportable. Hasta el punto de que he tenido que cambiar de teléfono y me ha obligado no sólo a tomar medidas legales, sino también de seguridad personal“
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Irantzu Varela Urrestizala es periodista, lesbiana y militante feminista vasca. Es coordinadora de Faktoria Lila y además de una de sus fundadoras, también es creadora y presentadora de El Tornillo, microespacio feminista de La Tuerka primero y de En la frontera-Público TV después.
Y lo cierto es que estos tiempos de derechas no nos están viniendo demasiado bien. Ya era complicado tener que luchar contra la hostilidad del PP, pero es que ahora tenemos al fascismo más rancio campando a sus anchas por este país. Parece que tienen un poco subidito esto de los votos (siendo, desde luego, algo muy minoritario) y pretenden poner patas arriba todo lo que tenga que ver con el género, la identidad y la orientación sexual.
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“La verdad es que estos niveles de acoso que estoy viendo estas últimas semanas han sobrepasado con creces todo lo que había vivido hasta ahora”.
Y lo peor es que parece que cada día se intensifica. Hace unos quince días hicieron una pintada en el espacio feminista en el que trabaja y, ahora, se ha hecho público su número de teléfono de forma ilegal. ¿El problema? Sentir más miedo del que ya sentimos por ser mujeres, por ser lesbianas, por ir solas.
Ha sido víctima de suplantación de identidad en las redes y, aunque ya ha puesto una primera denuncia, tendrá que tomar otro tipo de acciones legales ya que, de momento, éstas no están surtiendo efecto.
“La policía recoge la denuncia con más o menos diligencia (no sé si queda claro el tono irónico), pero no tienen ninguna perspectiva de que esto tenga ninguna importancia ni urgencia. Yo les intento explicar que esto forma parte de una estrategia de acoso, que tiene que ver con mi visibilidad como feminista, lesbiana, anticapitalista, pero se limitan a recoger lo mínimo y lo que les obliga su función, pero hasta donde yo sé no han indagado mucho y en ningún lugar recogen la idea de que detrás de esto lo que hay es una violencia sistemática”.