La directora francesa Cèline Sciamma quiere regalar una historia a las mujeres lesbianas
La semana pasada acudimos al pre estreno de ‘Retrato de una mujer en llamas’ y al coloquio que ofreció posteriormente su directora, Cèline Sciamma. Esta es su cuarta película y la directora francesa continúa la exploración de la sexualidad femenina. Ya lo hizo con aquella primera ‘Water lillies’ (2007), con ‘Tomboy’ (2011) y ‘Girlhood’ (2014). Esta vez, nos trasladamos al siglo XVIII para hablar de una historia de amor entre dos mujeres poco convencionales en esa época: una que no quiere casarse sin amor y otra que tiene una profesión de las consideradas para hombres.
Tengo que decir que tenía unas expectativas muy elevadas con respecto a esta película y, por suerte para mí, las ha cumplido casi todas.
No dudaba ni por un momento de la magnífica dirección ya que solo tenemos que volver a ver las películas de Sciamma para saber con qué mimo iba a tratar esta historia (escrita y dirigida por ella).
“Después de contar tres historias sobre la infancia y la adolescencia, he querido fijarme en sentimientos más cercanos a quien yo soy hoy”.
La presentación de los personajes se hace con cuidado, con detalle, con unos planos maravillosos, muy trabajados, pero a su vez sencillos. Reconozco algunos planos secuencia que te dejan expectante y algunos mantenidos que hacen que quieras entrar en ese mundo femenino y saber más en primera persona.
El mundo de Héloïse y Marianne es puramente feminino; no hay hombres en esta historia y eso se nota. Este retrato lo que realmente muestra es que las mujeres nos entendemos, nos ayudamos y que nosotras nos situamos como un sujeto propio y no como un objeto (como ha compartido la directora en unas declaraciones).
“No hay suficientes artistas femeninas que hayan creado obras que reflejen la experiencia femenina compartida. Necesitamos repensar a la mujer como sujeto en lugar de verla como un objeto. Las lesbianas no tenemos pasado, carecemos de historia, y yo he querido otorgarnos uno”.
“Las mujeres nos sentimos más conectadas entre nosotras, somos más conscientes de todo lo que nos une. En ese sentido, es fantástico ser mujer en el 2019”.
No dejéis de ir a verla si no habéis estado este fin de semana porque, aunque algunos críticos han echado en falta ver más escenas de sexo (al más puro estilo La vida de Adele), tengo que confesar que no son necesarios. Sí que es cierto que quizá algunas secuencias son, al contrario que el resto de la película, demasiado rápidas, pero esto es, desde luego, un comentario absolutamente personal. La verdad es que no te dejará indiferente. Desde ahora, “Retrato de una mujer en llamas” está en la lista de las películas lésbicas top del cine universal.