Todas conocemos (gracias a Angelina Jolie) a Gia, aquella joven que trabajaba de camarera para su padre en los 80 cuando fue captada por Wilhelmina Cooper, quien la llevó a convertirse en la modelo mejor pagada de la década (Con 18 años ya ganaba 100.000 dólares al año).
Fue por ella por que se acuñó el apelativo de supermodelo -una modelo por la que se pelean todas las marcas y que no tiene que envidiarle a los sueldos de los futbolistas- que luego conquistaron mujeres como Cindy Crawdford y Claudia Schiffer. (Por cierto, a Cindy la llamaban Baby Gia por su parecido con la estrella y ella misma confesó que alcanzó tan rápido el éxito por tocar la fibra de aquellos que anhelaban la estela de Gia).
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Pocos saben verdaderamente de la vida detrás del icono. Gia vivió y creció con su padre mientras sus dos hermanos mayores se quedaron con su madre tras la separación de ambos progenitores. Años pasaron sin hablarse con su madre, aunque fue ésta la única persona que la cuidó y a la que vio en los últimos meses de su vida.
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(¿No es igual que Ricky Martin en esta foto?)
Nacida en 1960 en Philadelphia, Gia fue siempre irreverente, auténtica y también bastante andrógina. Gustaba de aprender guitarra y David Bowie fue uno de sus mitos.
Su primera sesión de fotos fue a los 16 en una fiesta en un bar a petición de un fotógrafo del barrio. De ahí al estrellato en cuestión de meses. Opacó a todas las modelos del momento con su mirada característica, con su naturalidad -rara vez llevaba maquillaje- y con su falta de pudor a la hora de posar.
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Radicalmente famosa fue su foto desnuda en una reja junto a su peluquera, Sandy Linter, con la que tuvo un affair en el que se basa la película Gia, protagonizada por Angelina Jolie. (Si aún no has visto la película, puedes hacerlo aquí).
Sin embargo, algo que no cuenta la película, Gia tuvo otra pareja más estable, Sharon Beverley, a la que conoció en un bar lésbico en New York (la rubia de la derecha).
Desde el principio se declaró lesbiana sin ningún pudor, y sorprendentemente, sus declaraciones fueron muy bien recibidas. La industria aprovechó su autenticidad para crear un estilo tan femenino como masculino, tan sutil como atrevido (Foto inferior).
Siempre dijo lo que quiso pero sorprendentemente solo dio una entrevista pública en toda su vida (a continuación), en la que desgraciadamente ya está claramente enganchada a la heroína.
Algunos la llamaban la Heroína Chic. Luego ese apelativo fue para Kate Moss. Como efectivamente cuenta la película de Angelina Jolie sobre su vida, en su última aparición en portada en Cosmopolitan (foto inferior) le tuvieron que esconder los brazos para que no se vieran los pinchazos. Se pinchó tanto en uno de ellos que tuvieron que operarla tras una infección.
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Desgraciadamente, y aunque entró y salió multitud de veces de la drogas, llegando incluso a rehabilitarse, el SIDA se la llevó con tan solo 26 años. Nada en Gia fue común. Como ella misma narró, su vida fue un viaje arriba abajo entre el infierno y el paraíso.
