Es profundamente lamentable que Brittney Griner, la estrella de la WNBA de Estados Unidos, esté siendo víctima de conflictos políticos entre dos potencias, Rusia y Estados Unidos.
Brittney Griner representa todo lo que Rusia detesta, una mujer lesbiana visible, orgullosa y venerada en temas deportivos.
La jugadora de baloncesto, casada desde hace tres años con Cherelle Griner, viajó en febrero a Rusia. Llevaba consigo dos cartuchos de vapeo que contenían 0.252 y 0.45 gramos de aceite de cannabis. Es una sustancia que usan cada vez más deportistas en su país para tratar el dolor, pero ilegal en Rusia. Incluso presentó la prescripción médica pero no sirvió para nada.
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Brittney fue detenida y eso causó indignación en la administración Biden. El presidente de Estados Unidos reiteró que Brittney Griner está “detenida ilegalmente” e instó a Rusia a “liberarla de inmediato”. Pero todos sabemos que ha sido usada como arma política.
El juicio se ha desarrollado hace unos días, Brittney se ha declarado culpable y ha pedido perdón, pero ha sido condenada a 9 años de prisión en una cárcel rusa. Incluso podría ser enviada a campos de trabajo forzado.
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Tanto Brittney como su mujer han pedido varias veces ayuda para su liberación. La deportista ha declarado sentirse totalmente aterrada con su situación. No es para menos.
Actualmente el gobierno trabaja para intercambiarla con un prisionero ruso, un traficante de armas.