Esa es la conclusión que sacamos el otro día mi amiga Cricri y yo en nuestro Central Perk particular. El enamoramiento es humo, maravilloso, pero humo al fin y al cabo, tan estupendo, que hay cada vez más lesbianas que son adictas al humo y van fumándose cigarrillo tras cigarrillo buscando precisamente ese humo contradiciendo la idiosincrasia de la lesbiana clásica, esa que el segundo día ya se lleva el camión de mudanza, como cuenta el famoso chiste. Son las “enamoradas del amor” o fumadoras compulsivas. Yo he sido una de ellas, aunque en realidad lo único que buscaba era amor de verdad.
El enamoramiento es humo porque cuando tienes un flechazo, te atrae una chica, tú la atraes a ella lo único real que hay al principio es esa atracción física y química, porque en realidad poco o nada sabes de ella, sólo que te gusta, te pone, te interesa por lo que tú misma proyectas que ella podría llegar a ser para ti. Todo lo demás, las mariposas, los nervios cuando la ves, hablas con ella, por fin os dais el primer beso, esa magia que sientes que vuelas, la primera vez que os acostáis y parece que no has sido más feliz nunca es estupendo, pero sigue siendo deseo, atracción. De repente aparecen las ensoñaciones, el imaginarte con ella en vacaciones, haciendo deporte, querer compartir toda tu vida con ella, saberlo todo, necesitas bebértela, su mente, su vida, igual que bebes su cuerpo cada noche, mañana o medio día en que hacéis el amor sin parar, sigue siendo química, deseo, pasión, pero al final sigue siendo humo hasta que no pasa el suficiente tiempo para dejar de proyectar fantasías y que esas fantasías se conviertan en realidades. En el caso de dos chicas todo este proceso es mucho más rápido que cuando se trata de una pareja heterosexual, porque, seamos sinceras, cuando te enrollas con una chica casi siempre llega la fase “lapa” que dura ya toda la relación, dure lo que dure. Es por eso por lo que un amigo mío, Óscar dice que las parejas de lesbianas nunca se separan mucho porque cuando se separan más de 100 metros, a la otra le estalla la cabeza. Es la ventaja de las lesbianas: somos tan intensas que al final todas las relaciones van mucho más rápido y en poco tiempo puedes realmente comprobar si toda la historia irá a más o es sólo humo.
Y cuando el humo se acaba, ¿qué ocurre? Pueden pasar dos cosas: o se difumina tanto que desaparece, o se solidifica y se convierte en amor verdadero.
El humo puede evaporarse completamente, poco a poco, cuando esas proyecciones chocan con la realidad, esas ganas de estar a todas horas con tu chica se van apagando, te empieza a agobiar que quiera estar pegada a ti cada día, como una lapa insoportable, ya no hacéis el amor tres veces al día, ni dos, incluso puede que ya ni siquiera una, o sí, porque todavía te pone un poco, pero luego al día siguiente cuando te despiertas con esa persona, te sobra. Cosas que te encantaban como que llevara un calcetín de cada color, fuera extremadamente sensible y llorara por todo, fuera súper fan de Malú, no se perdiera La Voz y escuchara hasta su música, todas esas cosas que te parecían adorables, inexplicablemente, empiezan a ponerte nerviosa y llega el momento “comparación” con todas tus ex, o ex rollos, o cualquier humo pasado, que llegadas a ese punto, te parece mejor en tu distorsionada cabeza, porque ya sabemos todas cómo somos no las lesbianas, si no las mujeres, que tendemos a la idealización de historias pasadas que, por supuesto, jamás fueron ideales. Te cruzas con ella en tu casa y sólo quieres que se vaya por fin a la suya para estar un rato al fin sola.
Llegadas a ese punto la opción es clara. Dejarlo. Y ya sabemos lo que pasa también, las lesbianas tardan más tiempo en dejarlo que la propia relación en sí. El tiempo en dejarlo puede llegar a ser inversamente proporcional al tiempo de relación. Es decir, para dejar una relación de 4 meses puedes llegar a tardar 8. Pero la realidad es que como hay demasiadas mujeres “liana” que van de chica en chica y de humo en humo porque no saben ni quieren estar solas, normalmente se acaba cuando te vas con otra y entonces todo vuelve a empezar como un círculo infinito. El humo no deja nunca de moverse, y se mueve rápido.
También puede ser que ese humo se solidifique y se convierta en amor. ¿Cómo saberlo? Porque todos esos defectos te siguen dando igual meses después, no te importa que cuando se lave los dientes sea incapaz de no llenarse la cara de espuma como Papá Noel o peor aún, un perro rabioso. Te da igual cuando ves que ya no es ella la única que lleva un calcetín de cada color, sino que eres tú también quien lo lleva ya que te quita toda la ropa, y no sólo eso, sino que también la pierde, y ya no te queda un sólo par de calcetines entero. No sólo te tragas La Voz, sino que además la acompañas al concierto de Malú, aterrorizada por la posible traumática experiencia, y resulta que te lo pasas bien y te das cuenta de que sí, que Malú tiene un punto (ahora, sus canciones siguen siendo muy malas, lo siento por su inmenso club de fans). Te pasas el día como una lapa y cuando te tienes que separar te cuesta realmente, pero lo haces y no pasa nada porque tenéis un amor sano y maduro. Es amor de verdad cuando ya no te acuestas todos los días, ni incluso, todas las semanas, pero la rutina y la convivencia, que son duras, no han matado el deseo, y cuando os acostáis sigue habiendo ese humo del principio.
Es amor de verdad cuando quizá, en un momento difícil, puedan aparecer otros humos pero ya sabes qué es, sólo humo, y que por mucha atracción que haya no es más que eso y tu propia fantasía, y que por ningún humo merece la pena que estropees un amor verdadero.
Pero para llegar a eso la mayoría de nosotras tenemos que fumar mucho.
Julieta Lamoto
Ilustraciones: Elena Rubio Montesinos
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17 comentarios en “Y después del enamoramiento, ¿qué?”
Una de las cosas que más me ha fascinado (obsesionado, en realidad…) de todo esto es lo dificil que es saber cuando una historia o persona es “algo más”, cuando merece la pena arriesgarse a que esa relación funcione y que esa persona no acabe siendo una cab**** o que, por otra causa cualquiera, dicha relación no perdure. Hay veces que pienso que –subconscientemente– ponemos fecha de caducidad a los rollos o relaciones casi antes de empezarlas, lo cual quizás pueda parecer obvio en algunos casos pero no por ello menos triste. Dejamos que una emoción o una proyección empañe la que debería ser nuestra visión de la relación, una basada en una mezcla de sensaciones, sentimientos y necesarias dosis de realidad que, a la larga, puede hacer menos excitante una convivencia, pero hay que ser conscientes de que el amor, como todo lo bueno en esta vida, puede dar sin pedir nada al principio, pero tarde o temprano vas a tener que mojarte el culete para recuperar lo que un día fue.
Y es cierto que quizá no todo será como antes, pero las relaciones, al igual que las personas, deben madurar y crecer y, sobre todo, asumir y aceptar el paso del tiempo como algo ineludible. No importa cuando lo hagamos, ni cuantas veces tengamos que levantarnos, lo importante es que lo hagamos y que aprendamos a aceptar nuestras carencias, nuestros errores y nuestras limitaciones, que son la gran causa de tanta infidelidad, insatisfacción y falta de respeto hacia otr@s, y sobre todo hacia nosotr@s mism@s.
Es muy fácil dejarse llevar por la pasión y el deseo, noche tras noche de juegos y miradas, a la caza de ilusiones y sueños que duran siempre ¡oh!, tan poco, sentirse deseada y perseguida y todo ese rollo que algunas tan bien manejan. Pero eso lo sabemos hacer todos, mejor o peor. Más dificil es mirarse a una misma a los ojos y mantener la mirada sin echarse a llorar, queriéndose, aceptándose…
Con todos mis respetos, la gente debería reaprender que las relaciones sentimentales, por breves que sean, siempre dejan una huella que hay que borrar antes de iniciar una nueva. Si no lo haces, antes o después reaparecerá y alguien, posiblemente la nueva persona que busca dejar su huella en tí, descubrirá que todavía estás marcada por esa huella anterior. Ahora repite ese proceso diez veces… y ya estás jod***, nena.
Yo he iniciado una relación con una mujer y llevamos dos meses. Leyendo esto creo que soy una lesbiana atípica: me encanta estar con ella (vivimos en ciudades distintas) y cada segundo a su lado es mágico e intenso. Su cariño es un regalo maravilloso y disfruto dando todo mi afecto, haciendola reir cuando está triste, escuchándola…
Pero cuando vuelvo a mi casa, a 50 km de la suya, soy perféctamente capaz de estar sin ella. Mi comida favorita me sigue sabiendo igual de bien (aunque a veces coma menos, lo reconozco), puedo estudiar concentrada, disfruto yendome de paseo aunque sea sola, disfruto con mis amigos… No me obsesiono. Es verdad que la tengo en mente y deseo que venga el finde para estar con ella, para enredarme en sus brazos, arroparla por las noches y conpartir las anécdotas de toda la semana, pero soy capaz de seguir cuando no estoy con ella. Y si a ella le apetece irse con sus amigas aunque yo no esté me alegro sincéramente de que salga y se divierta. Quiero una pareja, no una compresa pegada a mi culo las 24 horas del día, no sería capaz de soportarlo. No entiendo el amor con adicción ni dependencia porque eso para mí es una forma de esclavizarse. Así que por eso creo que soy una lesbiana anormal…
Hola Bruane, permiteme hacer un comentario sobre lo q publicaste: yo crei que era anormal mi forma de pensar y sentir, es exactamente igual a la tuya. Creo firmemente que las parejas deben gustar de estar juntas y darse por completo, peroo tb deben ser capaces de tener cada una su espacio.
A mí me pasa igual: no necesito a nadie para ser feliz; ahora bien, si aparece cualquier mujer y se merece la oportunidad, bienvenida sea, pero eso de que esté conmigo las veinticuatro horas del día no lo soportaría, más me gustaría tener ratos con ella para compartir.
He estado años soltera y con pareja: pocas diferencias hay en el sentido de encontrarse “feliz” y “tranquila” (a honrosas excepciones). Precisamente, lo primero es sentirse a gusto consigo misma y estar primero capacitada para hacerte feliz, vaya, primero tú, y luego, a la que toque (si se lo merece). Si tú no te quieres, no puedes querer a nadie. Un poco de amor propio no viene mal. Eso de buscar el alguien que te quiera cuando tú no te gustas… chungo. No comprendo esa obsesión por enamorarse, por agarrar a alguien cuando has cortado hace pocas horas con alguien… ¿problemas de autoestima, miedo a la soledad? No sé…
Muchos consideran que tener pareja es la felicidad máxima. No siempre es así. Hay solteras que están la mar de bien sin pareja. O peor aún: gente que está convencida de que si tienes pareja y llevas tiempo, tienes que convivir, por narices, con ella, y si no, es que eres “rara”. Y, sinceramente, se puede estar bien con alguien, cada una con su espacio (no sólo en lo físico, también en lo cercano).
He tenido una relación en la que ella estaba en su lugar, yo en el mio (a distancia), y todo fue perfecto… hasta que cometimos el error de irnos a vivir juntas (por una casualidad).
No significa que seas anormal, por el contrario ojala todas pudiéramos hacer eso, es más sano.. Es bueno compartir en pareja y disfrutarlo al máximo y también es bueno disfrutar de estar sola o en compañía de otras personas, darse un espacio en pareja y darse un espacio para una misma.
Muchas gracias a todas chicas!!! Hacen mucha ilusión los comentarios!! bruane, no eres una lesbiana atípica, eres una mujer normal, madura y con un amor sano….no sabes lo que me ha costado a mí llegar a ese punto! disfruta de tu amor sin dependencia. Es el sano y maduro…besos a todas!
Os habéis olvidado de explicar muchas cosas, de cómo se puede construir el amor verdadero a partir de un simple rollito, de cómo reenamorar a tu pareja todos los días para construir una relación sólida, de las chicas que hagas lo que hagas te ignorarán siempre porque son tan egoístas que solo se quieren a ellas… y de que hay tantas maneras de amar como personas en el planeta, y que ninguna es mejor que otra aunque unas os parezcan mas sanas y maduras y otras.
El humo de difuminará o se solidificará dependiendo de tus acciones, si eres sólo una chica a la cual le gusta andar probando otros humos, pues jamás se solidificará, al contrario si sientes lo mismo, o sigues sintiendo ese cosquilleo cada vez que la ves, que aún está esa esa chispa, que cuando se enojan y se ven no pueden contener esa sonrisa, les aseguro ese humo se solidificará fertemente, sólo se trata de madurez y evitar lo cotidiano.
Amén. Creo que has descrito a la perfección el enamoramiento y el amor. En varias ocasiones me he preguntado en mi relación, “¿Cómo sé que es amor, si ya no siento mariposas?”, y he llegado a la misma conclusión que tú: porque a pesar de los años, de que las mariposas se han ido, de que ya no me siento nerviosa cuando me mira…sigo viendo a la mujer más maravillosa del mundo cuando la miro, sigo perdiendo la cabeza por ella, y sus defectos continúan pareciendo pequeños al lado de todo el amor que me da. Tras 6 años de relación en la distancia, y 4 años de convivencia, he aprendido que sentirse enamorado es muy bonito, pero que termina ahí… y que, como dice mi chica, el amor es lo que queda cuando todo eso se acaba, y la relación aprende a perdurar, y es más bonito todavía. Superar los problemas de la convivencia, aprender a respetarse, a compartir espacio, echarla de menos si no está y que la casa se haga enorme sin su presencia… eso es amor, el bueno, el que dura, el que llena el corazón de felicidad. El próximo mes cumpliremos 10 años juntas, y con ella aprendí a creer que el amor verdadero es posible. Sólo estaba tras el humo. Gracias.
Julieta, muchas gracias por el artículo. Me ha encantado, has descrito perfectamente lo que siento yo por mi mujer 😉 Por cierto, las ilustraciones chulísimas, enhorabuena a Elena Rubio Montesinos.
Estoy deseando leer tu siguiente texto. No dejes de escribir!
Fumar perjudica seriamente tu salud y la de los que están a tu alrededor. Y como el corazón tiene más capacidad que nuestros pulmones, no deberíamos proyectar el amor y el deseo hacia una sola persona.
Me encanto el post y me sentí muy bastante identificada, hubo mucho humo de ese que se consume rápido y de cual te aburres rápido, por mucho tiempo vivi sola, era una hija de papá, y no me interesaba conocer a nadie en particular más que para una noche. Eran tan fácil. Un día por cosas de la vida, me encontré con una de la noche anterior que iba acompañada de su mejor amiga(tiempo después me entere), en ese momento comenzó el humo más intenso de mi vida (hasta ahora), fue todo intenso, me fascino desde el primer momento, busque en facebook a la de “la noche anterior” e inmediatamente después encontre a “Ella”, salimos juntas, le ofrecí un viaje por el norte de Chile, ella acepto. Han pasado tres años desde esa primera noche en Bahia inglesa nunca más nos hemos vuelto a separar. Ahora vivimos juntas con nuestros dos perros, y lo primero que siento al despertar, son mis brazos alrededor de ella.
Ps: Ella es mi primera novia (y espero última novia); Y también me quede sin calcetines !
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Me encanta la descripción del amor de este texto. Es preciosa y absolutamente real. 🙂
Me ha gustado mucho 😉
Una de las cosas que más me ha fascinado (obsesionado, en realidad…) de todo esto es lo dificil que es saber cuando una historia o persona es “algo más”, cuando merece la pena arriesgarse a que esa relación funcione y que esa persona no acabe siendo una cab**** o que, por otra causa cualquiera, dicha relación no perdure. Hay veces que pienso que –subconscientemente– ponemos fecha de caducidad a los rollos o relaciones casi antes de empezarlas, lo cual quizás pueda parecer obvio en algunos casos pero no por ello menos triste. Dejamos que una emoción o una proyección empañe la que debería ser nuestra visión de la relación, una basada en una mezcla de sensaciones, sentimientos y necesarias dosis de realidad que, a la larga, puede hacer menos excitante una convivencia, pero hay que ser conscientes de que el amor, como todo lo bueno en esta vida, puede dar sin pedir nada al principio, pero tarde o temprano vas a tener que mojarte el culete para recuperar lo que un día fue.
Y es cierto que quizá no todo será como antes, pero las relaciones, al igual que las personas, deben madurar y crecer y, sobre todo, asumir y aceptar el paso del tiempo como algo ineludible. No importa cuando lo hagamos, ni cuantas veces tengamos que levantarnos, lo importante es que lo hagamos y que aprendamos a aceptar nuestras carencias, nuestros errores y nuestras limitaciones, que son la gran causa de tanta infidelidad, insatisfacción y falta de respeto hacia otr@s, y sobre todo hacia nosotr@s mism@s.
Es muy fácil dejarse llevar por la pasión y el deseo, noche tras noche de juegos y miradas, a la caza de ilusiones y sueños que duran siempre ¡oh!, tan poco, sentirse deseada y perseguida y todo ese rollo que algunas tan bien manejan. Pero eso lo sabemos hacer todos, mejor o peor. Más dificil es mirarse a una misma a los ojos y mantener la mirada sin echarse a llorar, queriéndose, aceptándose…
Con todos mis respetos, la gente debería reaprender que las relaciones sentimentales, por breves que sean, siempre dejan una huella que hay que borrar antes de iniciar una nueva. Si no lo haces, antes o después reaparecerá y alguien, posiblemente la nueva persona que busca dejar su huella en tí, descubrirá que todavía estás marcada por esa huella anterior. Ahora repite ese proceso diez veces… y ya estás jod***, nena.
Yo he iniciado una relación con una mujer y llevamos dos meses. Leyendo esto creo que soy una lesbiana atípica: me encanta estar con ella (vivimos en ciudades distintas) y cada segundo a su lado es mágico e intenso. Su cariño es un regalo maravilloso y disfruto dando todo mi afecto, haciendola reir cuando está triste, escuchándola…
Pero cuando vuelvo a mi casa, a 50 km de la suya, soy perféctamente capaz de estar sin ella. Mi comida favorita me sigue sabiendo igual de bien (aunque a veces coma menos, lo reconozco), puedo estudiar concentrada, disfruto yendome de paseo aunque sea sola, disfruto con mis amigos…
No me obsesiono. Es verdad que la tengo en mente y deseo que venga el finde para estar con ella, para enredarme en sus brazos, arroparla por las noches y conpartir las anécdotas de toda la semana, pero soy capaz de seguir cuando no estoy con ella. Y si a ella le apetece irse con sus amigas aunque yo no esté me alegro sincéramente de que salga y se divierta. Quiero una pareja, no una compresa pegada a mi culo las 24 horas del día, no sería capaz de soportarlo. No entiendo el amor con adicción ni dependencia porque eso para mí es una forma de esclavizarse. Así que por eso creo que soy una lesbiana anormal…
Hola Bruane, permiteme hacer un comentario sobre lo q publicaste: yo crei que era anormal mi forma de pensar y sentir, es exactamente igual a la tuya. Creo firmemente que las parejas deben gustar de estar juntas y darse por completo, peroo tb deben ser capaces de tener cada una su espacio.
A mí me pasa igual: no necesito a nadie para ser feliz; ahora bien, si aparece cualquier mujer y se merece la oportunidad, bienvenida sea, pero eso de que esté conmigo las veinticuatro horas del día no lo soportaría, más me gustaría tener ratos con ella para compartir.
He estado años soltera y con pareja: pocas diferencias hay en el sentido de encontrarse “feliz” y “tranquila” (a honrosas excepciones). Precisamente, lo primero es sentirse a gusto consigo misma y estar primero capacitada para hacerte feliz, vaya, primero tú, y luego, a la que toque (si se lo merece). Si tú no te quieres, no puedes querer a nadie. Un poco de amor propio no viene mal. Eso de buscar el alguien que te quiera cuando tú no te gustas… chungo. No comprendo esa obsesión por enamorarse, por agarrar a alguien cuando has cortado hace pocas horas con alguien… ¿problemas de autoestima, miedo a la soledad? No sé…
Muchos consideran que tener pareja es la felicidad máxima. No siempre es así. Hay solteras que están la mar de bien sin pareja. O peor aún: gente que está convencida de que si tienes pareja y llevas tiempo, tienes que convivir, por narices, con ella, y si no, es que eres “rara”. Y, sinceramente, se puede estar bien con alguien, cada una con su espacio (no sólo en lo físico, también en lo cercano).
He tenido una relación en la que ella estaba en su lugar, yo en el mio (a distancia), y todo fue perfecto… hasta que cometimos el error de irnos a vivir juntas (por una casualidad).
En fin, una aprende de la vida.
Enamoraros primero de vosotras mismas.
Saludos,
La perra
No significa que seas anormal, por el contrario ojala todas pudiéramos hacer eso, es más sano.. Es bueno compartir en pareja y disfrutarlo al máximo y también es bueno disfrutar de estar sola o en compañía de otras personas, darse un espacio en pareja y darse un espacio para una misma.
Como comunmente se dice… ¡cuánta razón!
(Quiero leer más de la que escribe!)
Muchas gracias a todas chicas!!! Hacen mucha ilusión los comentarios!! bruane, no eres una lesbiana atípica, eres una mujer normal, madura y con un amor sano….no sabes lo que me ha costado a mí llegar a ese punto! disfruta de tu amor sin dependencia. Es el sano y maduro…besos a todas!
Os habéis olvidado de explicar muchas cosas, de cómo se puede construir el amor verdadero a partir de un simple rollito, de cómo reenamorar a tu pareja todos los días para construir una relación sólida, de las chicas que hagas lo que hagas te ignorarán siempre porque son tan egoístas que solo se quieren a ellas… y de que hay tantas maneras de amar como personas en el planeta, y que ninguna es mejor que otra aunque unas os parezcan mas sanas y maduras y otras.
El humo de difuminará o se solidificará dependiendo de tus acciones, si eres sólo una chica a la cual le gusta andar probando otros humos, pues jamás se solidificará, al contrario si sientes lo mismo, o sigues sintiendo ese cosquilleo cada vez que la ves, que aún está esa esa chispa, que cuando se enojan y se ven no pueden contener esa sonrisa, les aseguro ese humo se solidificará fertemente, sólo se trata de madurez y evitar lo cotidiano.
Amén.
Creo que has descrito a la perfección el enamoramiento y el amor.
En varias ocasiones me he preguntado en mi relación, “¿Cómo sé que es amor, si ya no siento mariposas?”, y he llegado a la misma conclusión que tú: porque a pesar de los años, de que las mariposas se han ido, de que ya no me siento nerviosa cuando me mira…sigo viendo a la mujer más maravillosa del mundo cuando la miro, sigo perdiendo la cabeza por ella, y sus defectos continúan pareciendo pequeños al lado de todo el amor que me da.
Tras 6 años de relación en la distancia, y 4 años de convivencia, he aprendido que sentirse enamorado es muy bonito, pero que termina ahí… y que, como dice mi chica, el amor es lo que queda cuando todo eso se acaba, y la relación aprende a perdurar, y es más bonito todavía.
Superar los problemas de la convivencia, aprender a respetarse, a compartir espacio, echarla de menos si no está y que la casa se haga enorme sin su presencia… eso es amor, el bueno, el que dura, el que llena el corazón de felicidad.
El próximo mes cumpliremos 10 años juntas, y con ella aprendí a creer que el amor verdadero es posible. Sólo estaba tras el humo. Gracias.
Qué bonito :)!
Julieta, muchas gracias por el artículo. Me ha encantado, has descrito perfectamente lo que siento yo por mi mujer 😉
Por cierto, las ilustraciones chulísimas, enhorabuena a Elena Rubio Montesinos.
Estoy deseando leer tu siguiente texto. No dejes de escribir!
Fumar perjudica seriamente tu salud y la de los que están a tu alrededor. Y como el corazón tiene más capacidad que nuestros pulmones, no deberíamos proyectar el amor y el deseo hacia una sola persona.
Un saludo.
Me encanto el post y me sentí muy bastante identificada, hubo mucho humo de ese que se consume rápido y de cual te aburres rápido, por mucho tiempo vivi sola, era una hija de papá, y no me interesaba conocer a nadie en particular más que para una noche. Eran tan fácil. Un día por cosas de la vida, me encontré con una de la noche anterior que iba acompañada de su mejor amiga(tiempo después me entere), en ese momento comenzó el humo más intenso de mi vida (hasta ahora), fue todo intenso, me fascino desde el primer momento, busque en facebook a la de “la noche anterior” e inmediatamente después encontre a “Ella”, salimos juntas, le ofrecí un viaje por el norte de Chile, ella acepto. Han pasado tres años desde esa primera noche en Bahia inglesa nunca más nos hemos vuelto a separar. Ahora vivimos juntas con nuestros dos perros, y lo primero que siento al despertar, son mis brazos alrededor de ella.
Ps: Ella es mi primera novia (y espero última novia); Y también me quede sin calcetines !
Tan verdadero lo que relata este articulo !