Un conductor de Uber se dispone a iniciar un recorrido por Nueva York para dos pasajeras cuando observa por el retrovisor que la pareja está besándose. No lo duda un segundo, y para el coche mientras las invita a salir, llamativamente irritado. Es entonces cuando una de ellas decide grabar lo que estaba pasando:
https://www.facebook.com/alex.eyeoveen/videos/10212436080680464/
Ellas son Emma Pichl y Alex Iovine, de 24 y 26 años. Unas chicas tan jóvenes como preparadas para plantarle cara a personajes como estos. El involuntario protagonista de esta historia es Ahmad El Boutari, que incluso se atrevió en primera instancia a decirles que lo que estaban haciendo era ilegal.
Nos encanta y admira la reacción de una de las chicas, que decide grabar al sujeto mientras le pregunta “¿Por qué has cancelado el viaje si no hemos hecho nada ilegal?. Hablan entre ellas de denunciarle a la policía y él, cada vez más entre la espada y la pared, se niega a hablar y va asumiendo que no tiene ningún poder ni derecho de negarles un servicio sin razón. Finalmente la pareja se hizo con la documentación del conductor y subió el vídeo y la historia a su Facebook.
El comportamiento de la pareja es tan admirable como necesario. Gracias a su valentía de sacar el móvil y grabarle mientras defienden su derecho innato a besar a quien quieran, han podido denunciar ante el mundo este trato tan “paleto”, permítaseme decir, como denigrante de un conductor de la plataforma Uber y han conseguido que la Comisión de Taxis y Limusinas de New York investigue el suceso. Posiblemente tras su emisión muchos personajes como éste se lo pensarán dos veces antes de tomarse la “justicia” por su mano.
Algo está pasando con Uber y nos preocupa. No hace mucho que una pareja gay fue sacada de otro de sus coches a las 4 de la mañana en una carretera perdida de Texas. Por lo menos la CEO de la compañía en EEUU, Dara Khosrowshahi ha afirmado que no piensan renovar a El Boutari.
Actualización de la noticia: Hoy hemos sabido que Uber ha cancelado la licencia de este conductor. ¡Menos mal!