Cuando decidimos que sí queríamos ser madres era ya bastante tarde. Acababa de cumplir 42 años y mi chica iba en la mitad de sus 43. Pero por fin teníamos estabilidad laboral, un buen sueldo, tiempo, y ganas de entregar nuestra vida a una criatura.
Y aunque sabíamos que sería difícil, porque a partir de los 35 años comienza a decaer la fertilidad, y porque después de los 40 años hay mayor riesgo de generar embriones con alteraciones cromosómicas, sabíamos que al menos queríamos intentarlo.
Si es tu caso, te cuento que nos fuimos por recomendación a IVI, en cuanto a tecnología, tasas de éxito y embarazos de alta complejidad, es la mejor.
A través del Pack Diagnóstico evaluaron nuestra fertilidad y nuestras posibilidades. Aunque era yo la que me quería embarazar, teníamos claro que, si su situación era mejor, sería ella.
Y aunque mis datos no eran muy alentadores, tampoco eran catastróficos. La opción que nos dio IVI para probar con mis óvulos era hacer una FIV Genetic.
¿Qué es una FIV Genetic? Es una fecundación in vitro que suma la tecnología del diagnóstico genético preimplantacional (PGT-A) para seleccionar los mejores embriones, con el objetivo de lograr el embarazo sin complicaciones en el menor tiempo posible y reducir el riesgo de abortos espontáneos.
Nos recomendaron también la acumulación de ovocitos, algo que viene muy bien a las pacientes con baja reserva ovárica.
La tasa acumulada de embarazo en la FIV Genetic, o sea donde se han realizado biopsias de los embriones, es de 73%.
En caso de que mis óvulos no consiguieran un embarazo, IVI nos proponía un plan B: la ovodonación.
Esto es conseguir embriones a través de los óvulos de una donante. La tasa de éxito de un embarazo por ovodonación es del 99% (acumulada a tres intentos).
Me sometí a una FIV Genetic con la idea de vivir el proceso en paz. No pasa nada si no funciona, nos decíamos, porque en ese caso intentaríamos la ovodonación.
Recibí estimulación ovárica muy controlada, mis óvulos respondieron bien, aunque después de la fecundación y de realizar el diagnóstico genético a los 3 embriones conseguidos, solo uno era apto para la transferencia.
Que sea lo que tenga que ser. ¿Y sabéis qué? Fue. Lo conseguimos. Solo teníamos un embrión, pero era todo lo que necesitábamos.
Actualmente estamos en la semana 32 de embarazo de nuestro hijo, al que esperamos con ansias. Con esta historia queremos animar a todas las mujeres mayores de 40 que tienen este deseo. Es posible, solo necesitas ponerte en las manos adecuadas.
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