Si te encantó ver a la guapísima Margaret Qualle (hija de mi crush de la adolescencia Andie MacDowell) en su divertido papel lésbico en Drive-Away Dolls, te voy a alegrar el día contándote que la tendremos otra vez de bollera.
En Drive-Away Dolls (Dos chicas a la fuga) interpretó a Jamie, en una comedia de carretera que sigue a dos amigas lesbianas texanas en un viaje lleno de situaciones absurdas y encuentros inesperados. Surrealista y divertida.
Y ahora, prepárate porque Margaret Qualley vuelve a la carga en Honey Don’t!, la nueva peli lésbica de la maravillosa pareja creativa que forman Tricia Cooke y Ethan Coen. Sí, el Coen de los Coen Brothers, pero en versión LGTB y desatada gracias a su talentosa esposa, montadora, guionista y genia total, Tricia. Bendita sea.
En esta nueva entrega —que, por cierto, es la segunda parte de una trilogía sáfica con estética serie B— Margaret será nada más y nada menos que una detective lesbiana. ¿Y qué investiga? Una iglesia turbia liderada por un gurú tan sospechoso como guapo: Chris Evans. Sí, Capitán América en plan secta.
Y como si Margaret Qualley no fuera suficiente motivo para tener las entradas reservadas desde ya, Aubrey Plaza también aparece en la historia interpretando a una misteriosa mujer que, claramente, va a traernos tensión lésbica, miradas intensas y una energía bisexual que nos hará morder el sofá.
Esta peli se sitúa en Bakersfield, una ciudad calurosa y polvorienta de California que no suena muy gay… pero que en manos de Tricia y Ethan se convierte en el escenario perfecto para una mezcla de cine negro, comedia absurda y bollodrama con giros que no vimos venir ni con radar lésbico.
Recordemos que en Drive-Away Dolls ya nos regalaron una historia de carretera con chicas malas, maletines sospechosos, humor absurdo y deseo lésbico a lo bestia. Así que nuestras expectativas para Honey Don’t! están tan altas como el moño de Margaret en la alfombra roja.
La peli aún no tiene fecha de estreno cerrada, pero lo que sí sabemos es que sí o sí la veremos y te iremos informando de cada paso. Porque merecemos este tipo de historias diferentes: divertidas, descaradas, sexy, donde al final no mueran las lesbianas, no. Sino que podamos morir nosotras, pero de la risa.