En el Día Internacional contra la LGTBIfobia, recordamos a quienes aún luchan por amar libremente.
El 20 de marzo de 2025 debía ser el inicio de una nueva vida para una pareja de chicas lesbianas afganas, de 20 y 19 años, Maryam Ravish y Parwen Hussaini, y su amiga trans Maeve Alcina Pieescu, de 23. Planearon escapar de Afganistán, un país donde ser LGBTQ+ es motivo de persecución, tortura e incluso muerte. Con la ayuda de la organización Roshaniya, que protege a nuestra comunidad ante los talibanes, reunieron dos mil euros para asegurar su paso por los controles del Aeropuerto Internacional de Kabul y abordar un vuelo hacia Irán, con la esperanza de solicitar asilo en Europa posteriormente.
Sin embargo, en el último momento, un cambio inesperado en los planes separó a las tres mujeres. Maryam y Maeve fueron dirigidas a la terminal VIP, mientras Parwen continuó hacia la puerta de embarque. Al abordar el avión sola, Parwen comprendió con horror que sus compañeras no habían logrado pasar. Fue la última vez que vio a su amada Maryam.
En la terminal VIP les revisaron el móvil y descubrieron contenido LGTB. Desde entonces, Maryam y Maeve están detenidas por las autoridades talibanes. Se les acusa de homosexualidad y apostasía, cargos que, bajo la ley Sharia, pueden conllevar penas de prisión prolongadas, amputaciones de sus extremidades o incluso la ejecución. Según informes de Roshaniya, ambas están siendo torturadas diariamente para obtener confesiones y nombres de otros miembros de la comunidad LGBTQ+.
Maeve, la chica de trans de 23 años, enfrenta una situación particularmente grave. Se informa que, tras rechazar el Islam durante los interrogatorios, ha sido rapada, obligada a dejarse crecer la barba y a recitar el Corán durante largas horas, en un intento de los talibanes por imponerle normas de género patriarcales.
Parwen, ahora refugiada en Irán, vive con el temor constante de ser deportada y enfrentar el mismo destino que Maryam y Maeve. Su visa expira en junio, y la incertidumbre la consume. “Estoy atrapada en Irán”, declara. “No sé qué hacer cuando se me acabe la visa. Estoy desesperada. Temo que me detengan y me deporten a Afganistán cuando mi visa expire”.

A pesar de la distancia y el peligro, el amor entre Maryam y Parwen permanece intacto. “Si pudiera hablar con Maryam, le diría que no se rinda”, expresa Parwen. “Este es nuestro derecho. Es tu derecho ser libre. Estamos trabajando día y noche para liberarte”.
En este Día Internacional contra la LGTBIfobia, la historia de Maryam, Parwen y Maeve nos recuerda que la lucha por los derechos LGBTQ+ está lejos de haber terminado. Desde MíraLES, nos unimos al llamado de organizaciones como Roshaniya y la Peter Tatchell Foundation para exigir la liberación inmediata de Maryam y Maeve, y para proteger a Parwen de una posible deportación que pondría su vida en peligro.
El amor no debería ser un crimen. La identidad no debería ser motivo de tortura. Hoy, más que nunca, alzamos la voz por quienes no pueden hacerlo.