Ojiplática me quedé la primera vez que me hablaron de poliamor. Y sin aliento la primera vez que una amiga iniciaba una relación a tres.
Pero pronto mis oídos se acostumbraron al término y ahora es rara la semana que no lo oigo pronunciar.
El ser humano ha pasado, en cuestión de una centuria, de la monogamia extricta sin opción a separación o la poligamia exclusivamente masculina, a la libertad de elección y separación de pareja para ambos sexos.
Y esto se ha debido a la evolución de nuestras mentes y nuestra tecnología. Los hijos ya no vienen del cielo. Sabemos muy bien de dónde vienen. Incluso podemos ser padres o madres sin una pareja. Ya no es necesario para nuestra especie tener un compañero si nos queremos reproducir o cuidar a nuestra prole. La neurobiología ha demostrado que desenamorarse es muy humano, y la psicología que el deseo no es pecado, sino líbido.
Ya ni la biología ni la religión nos impiden tener varias relaciones. ¿Se acerca entonces la era del poliamor?
Muchas personas lo están viviendo. Y disfrutando. Incluso tres mujeres brasileñas han desafiado la idea clásica del matrimonio casándose entre ellas.
Pero lo cierto es que posiblemente los casos son excepcionales. Somos seres imperfectos, posesivos y románticos. Una especie demasiado visceral por ahora para que las relaciones paralelas se impongan sobre las demás formas de unión. El poliamor, entendido como la posibilidad de tener varias relaciones de pareja a la vez, es un proyecto inalcanzable, al menos por mucho tiempo, para la mayoría de nosotros. Porque requiere tener una autoestima radicalmente sana, donde la posesividad, los celos o la inseguridad no existan o se gestionen de forma magnífica. Un narcisismo tan equilibrado que nos permita no comparar relaciones, ni necesitar tener exclusividad de la emoción de nuestras parejas.
Aun no he visto una relación de poliamor que funcione. Sin embargo, sí relaciones abiertas donde cada uno hace su vida sin inmiscuir al otro, pero sin crear nuevas relaciones (Simone de Beauvoir siempre dijo que su mayor acierto romántico fue abrir su relación con Sartre). Pero sin duda podría funcionar, y seguro que algún día lo veré (Quién sabe si estaré yo dentro). No es que no sea una combinación tan buena como las demás, sino que hay que estar psicológicamente tan preparado que creo que es un tipo de unión, a día de hoy, solo disponible para unos pocos.
¿Tú qué opinas?
Ana Rojas
Opino que… desgraciadamente, por esto y muchos otros factores más no tan sólo en el plano amoroso-sentimental, las personas se están volviendo cada vez más frívolas… y todo sea netamente carnal…
Denisse, tú no puedes encadenar un sentimiento. Yo tengo mis dos compañeras y las amo por igual.
Nuestra relación no es frívola, no se basa tan sólo en sexo. Y es un tema que debido a la estructura de nuestra relación se afronta igual que en una relación monógama, no es ese “gran idilio” de sexo en grupo que habita parte del imaginario colectivo.
pues que estrés! a mi con el curro, la oposición,cuidar a familia, amigos y mi chica no me da tiempo a absolutamente nada… como para tener varias parejas!!!uffffff demasiado complicado para mi!
Opino que si te gusta ser polígama, bien por ti, pero respetando a quienes somos monógamos, gracias. Un saludo.
A mi nunca me resultaron…
A mi nunca me resultaron faciles las relaciones. No encontraba mi lugar en el amor, hasta que llegaron ellas. Y lo unico que puedo decir es que, aunque es verdad que no es para todos, Sí es una forma valida de amar, para quienes somos diferentes.