Hola:
Soy una chica trans, he sido niña desde pequeña pese a que mi familia, el colegio, la sociedad entera, me obligase a asumir desde la más tierna infancia que yo me encontraba en un error y que, “por cojones”, tenía que entender que era un niño, debía comportarme como un niño, crecer como un niño, estudiar cosas de niño, jugar a juegos y deportes masculinos, etcétera.
Con cada día que pasa, mis recuerdos son más nítidos: yo era una niña súper femenina, me encantaban las coletas en el pelo, me gustaban las Barbies, me gustaban los vestiditos con puntilla y volantes, y si tenían lazos, mejor… Me gustaba el rosa, pero también me gustaban todos los demás colores sin discriminación. Me gustaba estar con otras niñas, me gustaba mirarles las faldas, me gustaba correr y verles los muslos un poco con el vuelo de las faldas. Me gustaban las bragas y desde muy, muy, pequeña no hubo cosa que odiase más en el mundo que usar ropa interior masculina y tener genitales externos.
Mis genitales, que nadie veía, pero por alguna razón se creían con derecho a saber y creer que estaban ahí, condicionaron total, completa y absolutamente mi vida y mi desarrollo personal, sin permitirme ser libre jamás. No servía de mucho que los escondiese y aplastase, que para ir a gimnasia me pusiera dos prendas de ropa interior una talla menos que la mía. Bueno, servía para que se burlasen de mí los compañeros de clase, a los 12 años, porque no se me movían al correr y porque incluso llevaba ropa interior debajo del bañador cuando había clases de natación.
Con 10 años llegué a hacer un intento de mutilármelos, quería acabar con los genitales colgantes… quería tener una entrepierna lisa, como las demás niñas, para que me dejasen ponerme bragas y correr con falda por el patio, como cualquiera de mis compañeras y amigas. Con 11 años me traumatizó recibir la explicación del Tema 9 “La Reproducción Humana” (en la página 85 del libro de Ciencias Naturales de 6º de EGB) de manos de un profesor seglar en un colegio de monjas. Jamás lo olvidaré. Salí de clase llorando, estuve deprimida varias semanas, llorando por las esquinas sin explicar lo que me pasaba. En casa sólo dije que jamás tendría hijos. A los 14 años supe que existía la vasectomía y empecé a reclamar que me haría una. Pensaron que lo de no tener hijos era porque no quería ser padre, pero con 15 años empecé a comprar compresas y tampones a escondidas. Yo anhelaba que me viniera la regla como a cualquier otra chica, había estudiado formación sanitaria y sabía todo lo que se podía saber de la menstruación. Pero en el libro no había nada que hablase de transexualidad, de modo que mi formación sanitaria no sirvió para comprender, sola y en silencio, a escondidas en el fondo de mi armario, por qué no llegaba el momento de estrenar esas compresas que había comprado.
Y así me pasé llorando desconsolada un año y medio, hasta que, en otro curso de FP de la Rama Sanitaria apareció la Transexualidad, definida como un trastorno mental de la conducta sexual de las personas que se creían que eran del sexo opuesto al que realmente eran. De modo que había chicos que hacían tratamientos para convertirse en chicas… y yo me entristecí. Yo no era una trastornada mental. Pero a lo mejor lo que me pasaba a mí era eso… pero yo no era un chico… entonces ¿por qué decía lo de “creerse del sexo opuesto”? No, concluí, yo no era transexual. Tenía casi 17 años y algún día me crecerían los pechos y la cadera se me expandiría para ser como las compañeras del equipo de vóley del instituto en el que me había apuntado. Era el único chico (solían decirme) y yo no entendía. Yo era una más del equipo, aunque no podía competir (imagino que sería por el nombre, o por la técnica, que no era muy buena). Pero yo entrenaba duro y usaba el mismo uniforme que mis compañeras de equipo, así que a mí nadie me quitaba nunca de estar en el banquillo, sonriente y expectante.
Ahora tengo 39 años, todo aquello son recuerdos trágicos del pasado. Soy una bella persona, una chica trans ejemplar, un referente en mi entorno, activista convencida, conocida de Mar Cambrollé, quien me ayudó a conseguir mi DNI con sus indicaciones, aunque ella no tenía mucha fe en que lo consiguiera tan pronto. Y de Carla Antonelli, a quien admiro mucho como persona, igual que me pasa con Kim Pérez Fernández-Fígares, otra mujer trans referente en la comunidad trans y fuera de ella. Inicié mi tránsito social (proceso que artísticamente yo bauticé como “salir de los baúles de la Piquer y que, con el tiempo, dio lugar a una página de Facebook llamada “Salí de los baúles de La Piquer”) con 37 años; primero hablé con varias personas de que me hartaba de esperar un cambio en la sociedad que me permitiera ponerme faldas. ¿Por qué no podía? La respuesta era “Porque eres un tío”, y cuando les convencí de que algún día lo haría me vinieron con el cuento de que eso implicaría que me querría cambiar de sexo.
Pensé en ello un tiempo… Una conocida mía lo había hecho, se fue a Tailandia a operar, y su entrepierna había quedado lisa como a mí me gustaba y lucía un bonito pecho (algo grande para mi gusto), de modo que acepté que eso era lo que iba a hacer. La Seguridad Social aceptó concederme la vasectomía que llevaba pidiendo desde los 14 años, y le dije al urólogo que me iba a operar, que cortase todo, que se dejase de conductos deferentes y delicadezas, que fuera “a saco” y me explicó el proceso de la vasectomía (que yo ya conocía) y el de la reasignación de sexo (que yo desconocía), y que encajaba con lo que había hecho mi conocida. Me pareció lento, pero en dos años podía ser la que siempre había sido por dentro (dentro de mi baúl)…
A día de hoy ya he cambiado mi documentación, ya llevo un tiempo hormonándome y estoy a la espera de la cirugía reparadora de esa deformación que tengo entre las piernas. Eso que me va a impedir tener hijos (y no hablo de la vasectomía, hablo de mi carencia de ovarios, útero, vagina, etcétera). Por eso dije con 11 años que no iba a tener hijos nunca. Porque intuía que teniendo un pene y testículos en un escroto cerrado, era complicado gestar un embarazo. Sólo tenía 11 años y no podía asegurarlo y saberlo, pero intuía que el asunto iba por ahí. Mi frase más repetida, respecto a tener hijos, fue:
“Eso no es para mí, yo adoptaré.”
Todo esto es historia, un resumen, digamos, para que sepáis con quién estáis hablando. Soy una mujer transexual adulta, de reasignación tardía. Pero ahora viene el tema afectivo-sexual, que no he comentado salvo por un pequeño desliz en un párrafo anterior. Desde pequeña estaba fascinada con las chicas y su belleza, me gustaba mirarlas, por supuesto que yo quería y esperaba ser una de ellas, pero yo no quería casarme, no quería (y eso que lo intenté ya desde los 12 años) tener relaciones con chicos. Lo intenté en varias ocasiones e incluso tuve una relación con un chico que años después se reasignaría y realizaría el tránsito social entre los 20 y los 30 años. Dejé de intentar salir con chicos en el 2003, después de 4 ó 5 años intentándolo. No sólo no me gustaban los chicos, ¡es que estos querían estar con un chico! ¡Y yo no era un chico!
Mis relaciones con chicas (heterosexuales) fracasaban una tras otra, las chicas heterosexuales que me encontré y que integré en mi vida se asombraban de que mi feminidad fuera más relevante que la suya propia, mis actitudes, comportamientos, roles, gustos, hábitos, etcétera. eran más femeninos que ellas mismas. Y fracasé varias veces… Entonces tuve un encuentro con una chica lesbiana, abierta a la bisexualidad decía, pero bastante centrada en su lesbianismo. Tuvimos un affaire y entonces lo entendí… “SOY LESBIANA… y vengo de ser una chica trans… ¡esto es de locos!”
Fue algo confuso de explicar a la gente cuando inicié el tránsito social, y sigue siendo complicado, a veces, de explicar por mi parte y de entender por parte del resto…
Sé que no soy la única, igual que no soy la única trans, y de pequeña llegué a convencerme de dos cosas: una, que debía de ser la única niña del mundo que tenía genitales externos; y dos, que “por cojones” tenía que estar equivocada y yo era un chico confundido. Pero ahora estoy convencida de lo correcto.
Debido a la edad con la que afronté el tránsito y la reasignación y adecuación de los caracteres secundarios, mi nivel de feminización no es el que una chica cualquiera desearía.Conservo rasgos secundarios masculinizados bastante notorios y pronunciados, aunque dedico una hora diaria a acicalarme para defender mi identidad (no tanto para ponerme mona, pero es que es la única forma de conseguir que casi me reconozcan como mujer). Y es que mi DNI es femenino y la foto del mismo es una preciosidad: fui a la peluquería, me hice las cejas, me maquillaron, me vestí para la ocasión, fui a hacer las fotos y me hice varias, en varios estudios diferentes, incluso cambiando una camiseta por otra… Quizá es la foto del DNI más currada y trabajada que se pueda encontrar.
Pero entre mi edad, casi 40, y mi condición de trans me siento confinada a la soledad, convencida de que jamás existirá una persona que encuentre atractivo en mí. Además, no sé si estaré siendo muy cruel o injusta pero, a menudo considero que una persona, chica o chico, que sienta atracción por mi persona, al conocerme en la calle, interactuar conmigo, hablar, pasear, etcétera, estará mal del juicio, o de la chola, trastornado/-a mental, si mantiene esa atracción por mi persona a nivel físico, pensando en intimar, en compartir desnudez conmigo, etcétera. Si soy una chica, y entiendo que con ropa pueda llegar a gustar (para eso me lo curro con los modelitos) debería gustarte una chica también cuando me desmaquille, me desnude… (y no es lo que ofrezco).
De modo que llevo meses martirizándome con esto de que estoy avocada a la soledad eterna, que no existe nadie cabal y/o con dos dedos de frente que pueda aceptar a una persona como yo. Con un pie en cada mundo, femenina de día, desdichada de noche. Si es la hora de la siesta puedo ser igual de desdichada que a la noche, me refiero a lo que ya he explicado, que vestida y acicalada sí, pero después… es como si me quitase un disfraz. Y para mí no es ningún disfraz, ¡es mi identidad!
Una identidad que, por culpa de una sociedad antigua y todo eso, me fue negada y ahora tengo que construirla sobre el cuerpo de una niña masculinizada “por cojones”.
Gracias por leerme.
Un saludo cordial,
Antía
Fotos: Alfonso Carrera Figueirido
Hola!
Primero de todo quería agradecerte que seas tan valiente y cuentes tu historia; seguro que le será de gran ayuda a muchxs lectorxs.
La verdad es que no he dejado de leer ni una sola línea tuya, me ha conmovido tu historia. Me he alegrado y entristecido a la vez: me entristece que los ideales antiguos hayan hecho que tu proceso de reasignación de sexo sea tardío, pero me alegra que hayas seguido luchando por ser tú misma. De verdad, enhorabuena por ser quién eres y cómo eres.
No tires la toalla, seguro que en este mundo de locos, existe una mujer cuerda que vea tu belleza tanto de día como de noche, y pasará contigo el resto de tu vida. Sigue luchando por ello, como has hecho contigo toda la vida.
Enhorabuena, de verdad.
Sigue adelante.
Ana Belén
Antía poco a poco consegurás todo. Seguro que encuentras a esa mujer que te mereces y la transición irá evolucionando con la hormonación y cada vez te sentirás mucho mejor e identificada.
Te deso lo mejor, es lo que mereces.
Hola Antía
Te felicito por compartir tu historia, eres muy valiente. Pero más te felicito por atreverte a luchar, a salir de tu baúl y a batallar contra quien fuera necesario para ser quien eres y para poder vivir tu vida como debió haber sido desde que naciste, tú vida ha sido mucho mas difícil de lo que será la vida de cientos de personas y aun así sigues en pie, luchando por ser completamente feliz. Admiro tu fortaleza y tus ganas de seguir adelante, eres una guerrera y nunca lo olvides. Lamentablemente tuviste la mala fortuna de que errores genéticos asignaran un cuerpo que no te correspondía, pero siempre ten muy en claro que NO ES TU CULPA, es algo que va mas allá de ti, es un caso clínico y que afortunadamente hoy en día cualquier persona con un poco de educación, cultura e inteligencia lo puede entender. Desafortunadamente transicionar tarde y en una etapa posterior a la pubertad te limita en muchos aspectos a poder ser lo femenina que quizás hubieses deseado ser o sin duda hubieses sido de haber nacido como una mujer biológica., pero como te dije anteriormente la sociedad esta cada día mas abierta a entender y aceptar a los demás tal cual como son y más aun dentro de la comunidad LGBT, en tu caso como lesbiana apoyate en la comunidad LGBT de donde vives y vas a descubrir que hay mas personas con historias como la tuya y que el amor que hay en la naturaleza humana va mas allá de nuestras condiciones físicas, biológicas y genéticas. Es una realidad que en la sociedad en que vivimos hay mucha discriminación, homofobia, transfobia y un montón de odio contra el propio ser humano pero como existen estos malos sentimientos también existe mucho amor, respeto, empatía, confianza y muchos otros sentimientos que aportan a hacer de este un mujer planeta. Muchas veces la comunidad LGBT ha pasado por historias de dolor y es por lo mismo que en ella es mas fácil encontrar apoyo y amor hacia el prójimo.
Te animo encarecidamente a que sigas adelante con tu proceso de transición, las hormonas te ayudaran mucho. Ten en cuenta que hay muchas mujeres biológicas que son muy masculinas, (dentro de la comunidad lesbica se pueden encontrar y ver más) y aun así son felices y tienen amor. Y de todos modos ten presente que hoy en día hay muchos tratamientos estéticos, quirúrgicos y médicos que, en caso que puedas acceder a ellos, sin duda te puedan ayudar a lograr sentirte mas segura contigo misma. Pero sobre todo y lo mas importante es:
1. Que te ames a ti misma por sobre todo en el mundo.
2. Que termines de aceptarte completamente tal y como eres, que elimines esos pensamientos absurdos y negativos, esas malas energías que están dando vuelta en tu cabeza (Y que debieron haberse quedado en el baúl) y que mejor te concentres en disfrutar y vivir la etapa en la que estas, eso te hará sentirte mas feliz.
3. Que saques de tu cabeza ese pensamiento absurdo que nadie podría o querría estar contigo, por que efectivamente estas siendo muy cruel e injusta contigo misma y NO TE LO MERECES!
También te animo a que cambies ese sentir con respecto a que se te ha impuesto a vivir como si tuvieras un disfraz, no sientas que usas un disfraz ni que la gente piensa eso, todas las mujeres son mas bellas con maquillaje o con una buena produccion estética, pero no significa que por las noches dejen de serlo, que alguien por verte con menos maquillaje va a cambiar lo que siente por ti y por ultimo NO pierdas nunca la esperanza en el amor, por que el amor existe y también hay muchas mujeres maravillosas que estarían orgullosas de estar contigo y hacerte feliz.
Es solo cuestión de tiempo, y de cambiar de actitud para que alguien especial llegue a tu vida.
Como dijeron anteriormente, tu historia de seguro ayudara a muchos lectores y lectoras que estén en una situación como la tuya o que simplemente quieran aprender mas de la transexualidad. La transexualidad es algo muy complejo de entender y desafortunadamente en muchos lugares sigue siendo un tema tabú pero gracias a personas como tú y a tú valentía de hablar sobre tu experiencia, muchos no sentirán lo que tu sentiste cuando eras pequeña ni tendrán que sufrir el martirio de no saber que pasa con ellos mismos.
Por ultimo te cuento que soy un chico gay y que personalmente no tendría ningún problema, limitan, miedo o pudor de enamorarme de un transexual gay y estar con él por el resto de mi vida. Te cuento esto por que si yo siento y pienso así ten por seguro que no soy la única persona en el mundo en pensar y sentir lo mismo.
Te envio un abrazo enorme, espero que mi mensaje te ayude y de todo corazón te deseo que puedas ser feliz!!!
Detrás de todo rechazo sólo hay miedo e ignorancia.Vivimos en una sociedad hipócrita que rechaza por sistema todo lo que no sigue las “normas”impuestas.Quédate con aquellas personas que te aporten algo positivo.
Los necios no ven más allá de lo que tienen delante de las narices.
Tu compañera Vanessa de COMO-LOS PUENTES te agradece que compartas tu
historia conmigo y mi apoyo absoluto
para cualquier persona que se encuentre
en situaciones de rechazo por condición
u orientación sexual.
Antía, que sepas que no eres la única lesbiana trans, de hecho eres parte de la mayoría. Sobre un 30% de las mujeres trans son lesbianas, más que el 25% que son heteros. Un saludo y suerte.
Gracias por compartir tu historia y contar cómo te sientes. Me alegro de que por fin puedas ser tú, y como dicen los demás comentarios: encontrarás a alguien que te quiera como eres y precisamente por cómo eres: por tu personalidad, por tus valores y por tu cuerpo también, por todo lo que tú eres. Yo soy mujer bisexual y como dicen otros comentarios, no me causaría rechazo ni nada negativo el estar con una mujer transexual. Y seguro que no soy la única. Así que a seguir adelante con el tratamiento y a sonreír a la vida, lo mejor está por llegar.
Mucho ánimo con todo.
Antia,, no quiero ofender ni muchisimo menos, porque me imagino que estar en el proceso trans no es facil algunos jovenes, ya lo han conseguido, porque gracias a dios, vamos paso a pasito evolucionando. Lo que me llama mucho la atencion, es que en esa situacion, tu texto tenga tildes sexistas, androfobos y hasta casi, si me lo permites, clichequeado y fantasioso, y te lo digo, solo como una opinion de una mujer liberal, feminista y lesbiana, a la que no le gusta nada, independientemente de gustos sexuales o de generos, que se hagan este tipo de aseveraciones, aunque si es cierto, supongo que tendras certificados psiquiatricos que lo avalen, que tu familia te haya obligado a jugar al futbol y a ser albañil (lo cual espero, desde todo corazon, que no sea asi)
Que es ser hombre,que es ser mujer.Decia Lucia Exchebarria en uno de sus libros,a los niños se les enseña a ser brutos,a ju gar al futbol y odiar a los homosexuales yo añadiria todo lo legtb,a las niñas a ser princesas ,femeninas,llevar faldas y jugar con las muñecas.Seria bueno quien quiera,que las niñas pudieran jugar al futbol,los niños a las muñecas,y que el comportamiento de unos y de otros fuera mas global mas abierto.
Negar que una persona pueda cambiar de sexo,negarle que vista como quiera,es negarle su sentimiento y mucho mas que eso.No me importa como te sientas,no me importa lo mucho que sufras,naciste en un cuerpo de hombre,acarrea con las consecuencias,naciste en un cuerpo de mujer acarrea con las consecuencias.
No puedo imponer yoa los demas,Benjamin Santafe Moya,como se tienen que sentir,que pueden ser,el daño psicologico a la que se someten a las personas Trans no tiene ni limite,ni frontera.Como se trata a las madres Transexuales,que va a llevar a sus hijos a los colegios,la gente solo ve un metro 78 con maquillaje y labios pintados,hay gente que grita a estas personas y monta pollos enormes en la puerta de un colegio y el niño o la niña esta al lado,viendo como se pasan,con su madre y padre.
En los colegios,se tendria que hablar de estos temas,los colegios tendrian que llamar a coelctivos que dieran charlas y que enseñaran a madres y padres a respetar a estas personas.
Prohibir a una persona,a que se dirija donde su sentimiento y estado psicologico la lleven,es como imponer a una persona,es ejercer opresion sobre alguien.No importa el daño que se haga a esa persona,NO importa las secuelas que luego pueda arrastrar a lo largo de la vida.
Artic.14 de la Constitucion sobre la igualdad,se incumples con las/os Transexuales
Hola que bien encontrar algo así, a mi novio les gusta los trans y yo soy bisexual aún no he estado en esa situación pero aceptaría participar con una chica así, así como el me permite andar con chicas. Siento que esto afianza más las relaciones si hay confianza todo es posible
Ser mujer no es que te guste las coletas, el color rosa ni jugar con muñecas, viejo. Estoy de acuerdo con la chica de arriba (yo también soy feminista) tu texto tiene muchas connotaciones sexistas.
Por cierto nací con un desequilibrio hormonal y siendo hombre soy muy andrógino. No tengo problemas con eso, soy bisexual y no estoy de acuerdo con las convenciones sociales de como un hombre tiene que ser… Pero sigo siendo un hombre, ¿entiendes?
Hacía mucho tiempo que no leía mi propia historia…
Ni vuestros comentarios, que tanto se agradecen, de verdad.
Hace dos años de este texto, algo menos de su publicación, porque las vacaciones se metieron por el medio. Las fotos son del 1 de Mayo de 2015, unas fotos del 5 de Julio de 2017, en el mismo lugar podrían demostrar cuán cruel fui conmigo misma y cuánta razón habéis tenido con cada palabra de ánimo y consejo que me habéis destinado.
Me alejé tanto del baúl del que salí que ya no me acuerdo dónde está para ir a meter allí algunas de esas ideas que expresé hace dos años. No he terminado de quitarme de la cabeza que igual soy y seguiré siendo indigna de ser amada, pero no por ello he perdido la esperanza y a veces me ilusiono con ideas románticas. No ha cuajado ninguna, pero supongo que llegará.
Igual que mucha gente me dijo cuando comencé mi lucha por conseguir la Partida Bautismal que no lo lograría y ahora la tengo. Si mi Dios me quiere tal como soy y soy una Hija más de Dios, ¿por qué no habrá alguien que pueda quererme?
Supongo que el miedo puede paralizar a más de una, pero en tal caso lo que corresponde es un quid pro quo… ¿o alguien piensa que yo no tengo miedos?
Yo lucharé contra ellos, pero lucha tú también contra los tuyos.
¡Hola!
La verdad que me sorprendo al leer este testimonio. Me encuentro en una situación parecida a la tuya, pero con la diferencia de haber conseguido una pareja que me admita tal como soy, incluyendo mi gusto por las mujeres. Pero me sorprende porque a veces me da la sensación de ser ese bichito raro, y que no hay nadie más en el mundo así.
Ciertamente no ha sido cosa fácil. A través de mucho dialogar, hemos llegado hasta el punto en el que nos encontramos. Conocernos ha sido una sorpresa para ambas ya que, incluso, hemos aprendido cosas de nosotras mismas que no nos habíamos parado a pensar.
Pero, sobre todo…esto es debido a la cultura de la sociedad, en general. Es decir, tal como nos enseñan nos hacen ver que la persona, definida por su sexo, es tal para el resto de los aspectos, sin tan siquiera mencionar que también existe tu identidad de género, y tu gusto/preferencia sexual. Es como un paquete de todo-en-uno y, por tanto, si eres lesbiana no se comprende que puedas tontear con los hombres, o si eres trans puedas tener preferencias por el mismo género con el que te identificas. Todo ello lo hace difícil….pero como en mi caso, no imposible.
Aún así, al leer tu historia me ha venido el mismo pensamiento al que recurro ¿qué me ocurrirá cuando me quede sola? Porque, sí, una cosa es conocer gente que te acepte tal cual como eres, pero otra distinta llevar adelante una relación sentimental. Y llego a considerar el mismo deseo de no vivir más que mi chica
Se por lo que pasas (o has pasado) y, cuando menos, ten certeza que no eres la única, como yo pienso muchas veces.