El recurso que sigue ensombreciendo la igualdad

por Boti García Rodrigo

Cómo ha volado el tiempo, cómo ha volado desde aquel junio de 2005 en que, precisamente en la Semana del Orgullo LGTB, se aprobó en el Parlamento la Ley de modificación del Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio, modificación que permite -que nos permite en igualdad- el acceso al mismo a las personas del mismo sexo. En igualdad. Esta ley, la ley 13/2005, que entró en vigor el 3 de julio y fue ampliamente respaldada por la sociedad, es nuestra ley: la Ley de Matrimonio Igualitario.

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A lo largo de estos siete años muchas parejas de personas del mismo sexo, muchas de ellas parejas de lesbianas, mujeres de todas las edades, con una corta o una amplia convivencia entre ellas, pero con un mismo empeño, una misma ilusión y una misma trayectoria, han acudido a los Registros Civiles y a los Ayuntamientos para casarse. Muchas. No debería importarnos su número, las leyes no deben hacerse al peso, su importancia no debe medirse cuantitativamente; mas, no obstante, se estima que pueden suponer alrededor de un diez por ciento de las parejas que se han casado en estos últimos años, que han formado familias gracias a la ley de Matrimonio Igualitario.

Pero un día como hoy, del mismo año, el Partido Popular interpuso un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional, alegando que la ley 13/2005 no tenía encaje en la Constitución. El mismo partido al que tanto le perturba la libertad de las mujeres, el derecho a su plena autonomía, la soberanía absoluta sobre sus cuerpos. El mismo partido que, de la mano con la casposa jerarquía católica, concibe una mujer con valores de hace siglos, a la que el machismo administre libertad y sexualidad.

Para el PP las personas LGTB tenemos los mismos deberes, pero no los mismos derechos, manteniendo una marginación secular hacia nosotras y nuestras familias. Por ello, el PP decide dinamitar con su recurso el derecho a la igualdad recién consagrada, derecho por el que tanto hemos luchado en la FELGTB, una igualdad que la sociedad ya estaba asumiendo de hecho y que la ley de Matrimonio Igualitario acababa de sancionar.

En las primeras semanas, los primeros meses, quienes decidieron hacer uso de la ley recién estrenada hacían cola, ellas con ellas, ellos con ellos, cada oveja con su pareja, -peras con peras y manzanas con manzanas- para tramitar el expediente de matrimonio; todo era nuevo, nuevo para todo el mundo. Las demás personas que también esperaban turno en las oficinas de los Registros Civiles, se sorprendían ante la novedad y aún mostrando su curiosidad, acertaban a reaccionar con naturalidad y empatía hacia la legítima pretensión de igualdad de esa pareja que rezumaba ilusión, una cierta inseguridad y a la que siempre, siempre, jóvenes o mayores, ellas o ellos, se le traslucía el amor, reclamando su derecho a ser. A existir.

Solo el recurso del PP ensombreció nuestra igualdad. Pero a su pesar, más de treinta mil parejas que se han casado, más de treinta mil parejas han formado familias. Y todas, todas ellas viven con incertidumbre, pendientes de la retirada o de la resolución del recurso de la vergüenza, del recurso que cuestiona nuestra dignidad, nuestra igualdad. El recurso que retrata la ideología del partido que lo ha interpuesto.

Cómo ha volado el tiempo. Y han pasado los años, años que, a pesar del recurso, por encima del machismo, por más que les escueza a curas y a ministros populares, suman muchas caras felices, muchas manos unidas delante de un juez, de un alcalde, mientras se desgrana una fórmula legal que consagra la dignidad, la igualdad, que sanciona el amor. El amor de dos mujeres, de dos hombres.

Boti G. Rodrigo.
Presidenta de la FELGTB, Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales.

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4 comentarios en “El recurso que sigue ensombreciendo la igualdad”

  1. Este gobierno está acabando con España. La clase media es más pobre que hace unos años, los pobres son más pobres y tenemos menos educación, menos oportunidades, menos sanidad, menos cultura.
    Y ahora, además, menos opciones de amar a quien queremos amar y de la manera legal en la que queremos hacerlo. ¡¡Basta ya!!!

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