Los bebés bimaternales nacidos son saludables
Carla y Daniela querían ser mamás. Intentaron todas las técnicas conocidas, pero un fracaso tras otro ensombrecía su ilusión. Ellas son solo un ejemplo de lo que miles de mujeres lesbianas (y bisexuales) sufren cada día para intentar ser madres.
“Gran parte del proceso dependía de una oportunidad aleatoria y desgarradora”. La montaña rusa emocional y financiera era agotadora. Pero no fue la parte más difícil. La pareja había aceptado que, por mucho que quisieran un bebé, su hijo no estaría biológicamente relacionado con ambas. Y no es que la biología sea lo importante de la maternidad, pero ciertamente existen mujeres a las que les gustaría que su bebé estuviese relacionado con ambas, como las parejas heterosexuales.
“Lamenté que nuestro hijo no estuviera genéticamente relacionado con las dos. Anhelaba lo biológicamente imposible”.
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Pero ahora, un nuevo conjunto de tecnologías tiene el potencial de cambiar lo que es imposible, permitiendo que las parejas del mismo sexo tengan hijos que compartan su material genético, al igual que las parejas heterosexuales.
Hay algo llamado “impresión genómica”, que es que cuando tenemos carga genética XX y XY ahy algunos genes que se “apagan” en pro del contrario y viceversa. Ese es un problema para las parejas del mismo sexo que desean tener un bebé. Si los dos conjuntos de genes de una descendencia provienen del ADN materno, por ejemplo, ambas copias de los genes impresos se desactivarán. Entonces, el embrión no puede producir ninguno de los productos de los genes.
“No obtenemos el conjunto completo de productos [genéticos] que necesitamos para un desarrollo adecuado a menos que tengamos una contribución tanto XX como XY para un óvulo fertilizado”, dice Marisa Bartolomei, genetista de la Universidad de Pennsylvania en Filadelfia, quien descubrió uno de los primeros genes impresos en ratones.
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Los científicos descubrieron la impronta genómica en mamíferos hace unos 30 años. Durante los experimentos a mediados de la década de los 80, los investigadores eliminaron las contribuciones genéticas maternas o paternas de los huevos de ratón recién fertilizados. Luego, transfirieron un segundo conjunto de genes de otro ratón para crear embriones con dos conjuntos de material genético femenino o dos conjuntos de material genético masculino. Un ratón sustituto pudo gestar los embriones, pero ninguno sobrevivió. El hallazgo mostró que el desarrollo normal requiere material genético tanto de XX como XY. Más que eso, los resultados revelaron que el material genético materno y paterno difiere entre sí de manera significativa.
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Consiguiendo lo imposible
En octubre de 2018, los investigadores superaron esta imposibilidad en ratones. Al eliminar las regiones impresas, Wei Li y un equipo de la Academia de Ciencias de China en Beijing produjeron ratones sanos de dos madres. Los investigadores también crearon cachorros de ratón de dos padres por primera vez. Sin embargo, la descendencia murió solo unos días después del nacimiento.
Para superar la barrera de impresión, Li y sus colegas investigadores recurrieron a CRISPR, una técnica de edición de genes que hace que alterar los genomas sea más fácil que nunca. Utilizaron la herramienta para eliminar regiones genéticas de células madre embrionarias de ratones madres. Luego, los investigadores inyectaron estas células madre modificadas en el huevo de un ratón hembra y luego usaron un tercer ratón hembra sustituto para llevar al feto a término.
Los ratones bipaternos no han conseguido ser saludables y llegar a adultos, sin embargo, en contraste, a los ratones bimaternos les fue mucho mejor. Estos ratones crecieron hasta la edad adulta y fueron lo suficientemente saludables como para tener cachorros propios al aparearse con ratones machos típicos. También se comportaron igual que los ratones de control. Hasta donde los investigadores pudieron ver, los ratones bimaternos parecen tan saludables y normales como cualquier otro ratón de laboratorio.
“No significa que sean normales en todos los aspectos. Uno no puede investigar todos los aspectos bajo condiciones experimentales restringidas con un número limitado de animales”.
A pesar del éxito de los investigadores,aún esta técnica no está lista para usarse en humanos. La descendencia bimaternal es más prometedora y el equipo de investigación ahora está trabajando para traducir sus hallazgos a monos.
No obstante, los científicos usan una técnica para producir óvulos y espermatozoides a partir de otras células del cuerpo. Para hacerlo, los biólogos primero reprograman las células adultas de la piel para que se conviertan en células madre. Luego, estimulan las células madre derivadas de la piel para que se conviertan en óvulos o espermatozoides.
Investigadores de Japón ahora han perfeccionado la técnica en ratones. Y en un trabajo innovador, Katsuhiko Hayashi y Mitinori Saitou y su equipo generaron huevos funcionales a partir de células de la cola de los ratones.
Luego, los investigadores fertilizaron los óvulos con esperma de ratones machos e implantaron los embriones en madres sustitutas. La descendencia creció sana y fértil. En principio, este enfoque podría permitir que las células de la piel de una mujer se conviertan en esperma y se usen para fertilizar el óvulo de su pareja.