A veces, cuando menos esperamos, encontramos el amor, la conexión, esa sensación que se siente en las viseras, que nos altera el ritmo cardiaco, el apetito, la forma de ver la vida. A veces encontramos el amor, y otras tantas nos arriesgamos a perderlo.
¿Por qué? Razones hay infinitas. Miedos, conflictos internos no resueltos, inseguridad, cobardía. Pero ese amor, si lo hemos perdido, es porque en algún momento lo hemos tenido. Ha sido nuestro.
Esta dualidad es parte de la sensación que te deja “Amor de invierno” (editorial Tránsito), una novela de Han Suyin. De lo mejor que he leído los últimos años en literatura lésbica.
Con una atmósfera que puede llegar a recordarte a Carol (Patricia Highsmith), Amor de invierno nos lleva a 1944, un Londres sin casi hombres, lleno de mujeres. Aún falta un año para que se termine la Segunda Guerra Mundial, y mientras ellos están en el frente, ellas están ocupando los espacios de una ciudad que, a pesar del frío invierno, vive con relativa normalidad los estragos de la guerra.
Red es una chica que estudia Ciencias. Cuando se fija en una nueva compañera de facultad, Mara Daniels, no se sorprende. No es la primera mujer de la que se ha enamorado. Sin normalizar ni nombrar su lesbianismo, Red se mueve por redes de amor y pasión entre mujeres.
Pero no solo ella. En una ciudad sin hombres, las “amistades especiales” entre chicas no eran infrecuentes.
Mara es diferente a todas las demás. Excéntrica, muy bien vestida y maquillada a pesar de la guerra, profundamente atractiva, llama la atención ahí donde llega. A pesar de estar casada, es una mujer bastante libre en todos los sentidos.
Red y Mara se enamoran con intensidad. Se enamoran como una explosión que divide la vida entre antes y después. Se las arreglarán para vivirlo a pesar de la opresiva moralidad de la época.
Según The Daily Telegraph, esta novela es “probablemente lo mejor que ha escrito nunca” Han Suyin.
The New York Times sugiere que Amor de invierno, que se publicó por primera vez en 1964, es indispensables para todas las incondicionales de la película Carol.
A veces el amor es calma y a veces es tormenta. Y a veces es todo a la vez. Y qué preciosamente retratada está esta dicotomía en una novela que no te puedes perder.