Los chistes son graciosos, graciosos y divertidos, o eso entiendo yo por chiste. Historietas que me hagan reír, bueno, pero, ¿y si me cuentan un chiste homófobo? ¿Qué hago? ¿Me río o suelto un sermón?
Los chistes sirven para romper el hielo pero, ¿qué pasa si en lugar de romper el hielo te hacen sentir incómoda? Una vez en un cursillo para conocernos tenían que contarnos un chiste. Mi pareja en el curso, un chico de unos veinte años, me suelta:
―Papá, papá, ¿a quién vas a votar este año?
―Pues no sé a quién, pero debería haber un partido de maricones.
―¿Por qué? ―pregunta el hijo.
―Pues porque, si nos van a dar por culo, mejor que lo hagan profesionales.
No me hizo ninguna gracia, en absoluto. Me le quedé mirando con mala cara pero no dijo nada. Después contaron en alto alguno de los chistes que nos habían dicho. Yo, claramente, no abrí la boca, pues a él le parecía tan gracioso que tuvo que decirlo en alto. Nadie rio. Entonces pidió disculpas por si había molestado.
Posiblemente todos, con mayor o menor frecuencia, hayamos tenido que escuchar alguno de estos chistes, ya haya sido de amigos, familiares o simples compañeros. Mucha gente se calla o simplemente ríe aunque no le hagan gracia. Yo depende el día y de mi humor. A veces me callo simplemente y pongo cara de incómoda, las demás veces empiezo un debate que acaba en discusión ya que la gente es incapaz de entender que una cosa tan graciosa pueda ser molesta. El problema no es que riamos o dejemos de reír frente a estos chistes, el problema es que los chistes existen, que si vamos a google y buscamos chistes de bolleras nos salen 500.000 resultados y si escribimos chistes de maricones encontramos 124.000 resultados. A mí me da qué pensar, me da rabia, me produce impotencia. El problema es que los chistes llegan hasta nosotros y no hacemos nada.
Hablando con mi tía me decía que si sus amigos o compañeros de trabajo hacían un chiste sobre maricones o bolleras ella se reía y seguía la corriente. ¿Por qué? Pues porque no quería que pensaran que ella era lesbiana o porque no quería ponerse a discutir por un tema que no va con ella. Es una opinión que respeto pero realmente sí que va con ella, ¿no? Su sobrina es lesbiana y al respetarme como lesbiana y apoyarme frente a lo que piensen los demás, debería importarle que la gente indirectamente se esté burlando de mí, de mi condición sexual y de todas las lesbianas, gays, bisexuales y transexuales del mundo.
A veces vale más pasar por alto muchas cosas y hacer oídos sordos a aquello que no nos gusta o que nos molesta. En el mundo de hoy en día cada vez hay menos gente con pensamiento crítico hacía lo que pasa a nuestro alrededor, caemos en las tendencias, caemos en la moda y seguimos la corriente en lo que dice la gente. ¿Para qué? Para no llamar la atención, para no destacar, para no ser diferente, para que no piensen cosas que no gustan hacía nuestra persona. Pero, ¿conseguimos algo siguiendo la corriente?
Me ha parecido muy interesante el artículo, a veces hay cosas tan cotidianas y pequeñas que parecieran carecer de importancia, como bien son los chistes, pero que al final de todo tienen un impacto bastante considerable. Coincido con lo que dices, la respuesta ante esa clase de situaciones y chistes de tan mal gusto, como son éstos, depende de mi humor, de la circunstancia y de la persona que me lo cuenta. Está claro que en una discusión con otra persona nunca se va a tratar de defender la verdad, cuando ambos velamos por el simple hecho de tener la razón por sobre el otro. Y discutir con alguien a quien nunca le calará la verdad ni aunque ésta lo abofetiara, pues como que no va conmigo. Hay causas más que justas que merecen ser defendidas, nuestra indentidad por ejemplo, pero aqui yace una disyuntiva, porque si no hacemos nada vamos con la corriente, pero si somos nosotros mismos y valoramos esa identidad que nos hace únicos y la defendemos, estamos violando esa programación conceptual y cultural que nos dicta lo de siempre en una sociedad abrumada por las etiquetas más que por lo esencial.
Hola, me preguntaba que te parecen los chistes que se cuentan dentro de la propia subcultura, como el famoso: “Qué lleva una lesbiana a la 2ª cita? El camión de la mudanza”, popularizado por la ´comica Lea Delaria, lesbiana ella misma.
Hola Estrella,
los chistes dentro del mismo nicho LGTB me parecen igual de mal que los demás porque lo único que se consigue es estigmatizar a las personas. De todas formas hay una diferencia muy clara y es que (normalmente) los chistes que hablan de cualidades de las cuales tu no te sientes identificado suelen ser para degradar esa cualidad y reírte de ella, en cambio, si es de algo que tu misma eres suele tener una finalidad de entretenimiento y broma.
Es decir, el matiz es la diferencia entre unos y otros pero de igual manera no me parece que haciendo chistes sobre un tema se llegue a normalizar y des-etiquetar.
Muchas gracias por tu comentario,
Marta
Si que es verdad que a veces hay algún chiste que me parece muy desagradable y no me hace ninguna gracia, ya sea sobre homosexuales o sobre muchas otras cosas.
Y digo que me pasa cuando son sobre otros muchos temas por que también hay chistes de negros, de chinos, de gordas, flacas, bajos… Chistes que se meten y generalizan de hombres, de mujeres, catalanes, franceses… Chistes que se meten con gente que tiene alguna discapacidad, todos hemos escuchado algún chiste que empezaba con un: era un ciego, un sordo y un…
Al final, si lo piensas bien prácticamente en todos los chistes, algún colectivo se lleva la peor parte…
Hay que tomarse la vida con un poquito de humor y no tomarse absolutamente todo como un ataque personal, por que sino estaríamos todo el día a la defensiva.
Yo voto por reírse de las cosas, a no ser que se pasen tres pueblos y pase a ser algo desagradable.
Como en todo, la medida de lo homófogo lo marca la intención. La pretensión de la persona con el chiste; si es ésta cómica u ofensiva.
A los chistes, personalmente los considero como una expresión liberadora, en la que bien pueden usarse estereotipos y todas aquellas características de las que pueda sacar un provecho humorístico.
Pocas cosas hay más sanas que reírse de uno mismo, y pocas más dañinas que sentirse víctima de comentarios cuya finalidad es echarse unas risas. Si la persona que cuenta el chiste tiene como objetivo ofender a los homosexuales porque los odia, y pretende humillarlos a través de ese recurso, entonces sentirse ofendido resulta legítimo. Pero lo es porque la intención ha sido homófoga. Pero, de lo contrario, si la intención es reír, sentirse insultado es únicamente una elección autodestructiva, pues te abandonas a merced de los demás. Y ello te vuelve vulnerable.
Fractamente, encorazarse hasta de los chistes quita demasiada energía, mejor canalizarla en algo más productivo que en un enfado. No hagamos un drama de un chiste con intención de chiste. Las lesbianas no somos dramáticas, ¿o sí? 😛
Y, bueno, ya que lamentablemente se usan muchas veces los chistes como arma de insulto por parte de ignorantes, no está de más responder alegremente con otro chiste:
– Sí, ya sabemos que estás ansioso de que te den profesionales
¡Saludos! 😉
Quizá lo que más normal me ha hecho sentir en mi vida es poderme reír de las cosas. Ciertamente, en mi casa no se pronuncia la palabra “mariconadas” ni nada que se le parezca. Si a alguien se le va la olla con algún comentario o guasa, suelo decir en tono de broma “apelo al recurso de anticonstitucionalidad de ese chiste”. Tienden a entenderlo. En el trabajo aún no lo he intentado. Hay demasiados chistes sobre los colectivos y es cierto que a veces es difícil reírse cuando las personas somos sensibles a todo: a la discriminación racial, por movilidad, por sexo, por país.. En fin, creo que es más importante la atmósfera casi que el propio chiste.
Hola, no quiero molestar a nadie con mi opinión, pero me parece oportuno decirla porque puede aportar una nueva forma de ver el asunto.
Yo misma como lesbiana, TORTA en mi país, me rió de esos chistes y aveces hasta los hago, como también me rió de los chistes de Argentinos, o de los chistes que atañen a mi profesión o a cualquier cosa que me guste y forme parte de mi identidad. Creo que el humor es una forma de afrontar temas que nos son difíciles o de sacarle un poco de gravedad a ciertas cosas.
Pienso que necesitamos como seres humanos reírnos de lo que nos duele o dolió, o de lo que nos pone en posiciones incomodas porque de esa forma se nos hace mucho mas fácil afrontarlo. No quiero decir con esto que las discusiones serias sobre estos temas no sean importantes o necesarias, solo que para empezar a asimilar algo, hacerlo con humor resulta bastante sano.
Lo que si me parece importante evitar es decir estos chistes para molestar o discriminar, ya se sabe que hay muchas formas de decir cada cosa. Hasta el alago mas justo puede resultar discriminatorio o hiriente si se dice con esa intención.
Me rio, carcajeo, y lo tomo de quien viene, normalmente no piensan sea lesbiana y me digo: “pobres, ilusos”
Un chiste homófono? pero igualmente no me reiría con un chiste racista etc., Yo no lo reiría nunca, conociéndome como soy seguramente con un toque personal mío y toque de humor sarcástico, acido, le diría preséntame a tu mama o a tu hermana para que así se diera cuenta esa persona que no esta bien hacer burlas, chistes sobre temas tan delicado como la homofobia, y creo que jamás se debería de reír nadie con lo que tenga q ver con la homofobia, racismo etc. Buen día amigasssss.
yo me rio de todo, de mi misma lo primero. luego dependerá del chiste claro
yo suelo poner mala cara siempre, no me hacen gracia los chistes homofobos, ni los machistas ni racistas….
Yo desde luego no me río y por supuesto no me callo, abro debates y discusiones, no puedo permitir chistes homófobos, machistas ni racistas, me enervan… De los que si me río son de aquellos que no faltan el respeto a ningún colectivo, sea del tipo que sea. ¿Seguir la corriente por no llamar la atención? No va conmigo ¿Reirse aún cuando te parezca ofensivo por si piensan que eres lesbiana? Mas vergüenza da parecer homófobo, machista o racista, eso si que da vergüenza.