Patricia Racette, una diva de la ópera lesbiana, activista y enamorada.

La soprano Patricia Racette ha llegado al Teatro Real de Madrid con la Ópera Street Scene y dos recitales de cabatet. Esta estadounidense natural de New Hampshire es lesbiana y visible en un mundo bastante masculino y donde el 99,99% de las óperas giran sobre amores y tragedias heterosexuales. De ahí nació su necesidad de hacerse visible, para ser un referente y para reclamar también nuestra presencia justa en las creaciones artísticas: “Ser una cantante lesbiana no es diferente de ser heterosexual o un hombre homosexual. Soy Patricia Racette y soy una mujer, pero resulta que también soy lesbiana (…) Creo que hay que ir rebajando esas distinciones. Lo que importa es que en la forma teatral hay que actuar y contar una historia, así que no es bueno diferenciar entre ‘nosotros’ y ‘ellos’. Tenemos tanto en común… la división hace mucho daño. Dicho esto, me gustaría ver más historias que no sean sólo sobre heterosexuales. Nosotros estamos ahí afuera, ¡¡¡pagamos impuestos!!!”. Sobre ser lesbiana en el mundo de la Ópera Patricia tiene claro que hay una inmensa batalla por lidiar y que ella piensa estar a la cabeza: “La ópera es un mundo de hombres. Ser lesbiana y tener menos visibilidad es un problema dentro de uno mayor, la discriminación de la mujer” -La homosexualidad masculina se vive con mucha más normalidad que la femenina en el mundo de la Ópera-. Estas son las palabras con las que Patricia resume con rotundidad lo mucho que queda por conseguir en el mundo a nivel feminista y LGTB. Y ella actúa en consecuencia: No canta ni piensa cantar en países que no respeten sus derechos. “No quiero cantar ni trabajan en países en los que lo que soy es ilegal”, son sus palabras. En cierta manera se refiere también ha su matrimonio. Está casada hace 13 años con Beth Clayton, también cantante, en su caso mezzo-soprano (foto izquierda). Un enlace que en ciertas partes del mundo no tiene validez. “He estado 21 años con Beth y no quiero trabajar en países donde me puedan llevar a la cárcel por ello. No quiero apoyar a esos países con mi presencia” sentencia.

A sus 53 años es especialista en Verdi y Puccinni tras 30 años de carrera. Sin embargo entró en el mundo operístico por recomendación de su profesor de conservatorio. Ella quería jazz. Y cabaret. Y tuvo que compaginar ambos mundos. 

Esta interpretación de Madama Butterfly la ha convertido en leyenda. Una técnica impecable mezclada con un talento único:

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