“Vamos a comenzar después del verano”, fue lo que Paula y yo nos dijimos en las últimas Navidades. Queríamos darnos unos meses para prepararnos mentalmente, hacer un viaje a Asia (que hicimos y disfrutamos profundamente), y aprovechar para hablar con otras familias, despejar dudas, temores, etcétera.
A mediados de septiembre llegamos a nuestra primera cita en IVI, teníamos buenas referencias y en los últimos 5 años los tratamientos a mujeres lesbianas en sus clínicas han subido casi un 40%.
Nos sentamos junto a la doctora y le dijimos que, aunque teníamos claro que era yo la que quería embarazarse, nos dejábamos aconsejar.
El primer paso fue probar el pack mamás2, que consiste en una serie de pruebas para ambas (valoradas en 640€ pero por este pack las obtienes a solo 120€). En estas pruebas nos hicieron exploración ginecológica, ecografías y nos midieron la reserva ovárica con la hormona antimülleriana.
Los resultados fueron bastante positivos. Teníamos una buena reserva las dos, nuestros úteros estaban bien, así que podíamos elegir quién desempañaba qué papel en el proceso.
El segundo paso fue elegir la manera en la que queríamos ser madres. De los tratamientos que nos ofrecieron, inseminación artificial, fecundación in vitro y método ROPA, nos gustaban dos. La inseminación por lo fácil, poco invasiva y económica, y el método ROPA, porque nos permitía participar activamente a ambas.
Nos decidimos por el ROPA, porque sabíamos que al menos queríamos dos hijos. Y porque probablemente ahora se daban las condiciones para embarazarnos fácilmente por una inseminación, pero quizás en dos o tres años eso cambiaba drásticamente. La fertilidad de la mujer decae en forma abrupta a partir de los 36.
Y aquí se presentó un nuevo giro. Decidimos que fuera yo la que aportara los óvulos y Paula la que se embarazara en primer lugar, ya que tiene dos años más que yo.
La tercera parte del tratamiento vamos a comenzarla ahora. Yo empezaré con la estimulación de mis óvulos pinchándome hormonas, y ella comenzará a preparar su endometrio.
Una vez que mis óvulos estén preparados me los sacarán en un procedimiento rápido e indoloro. Esos óvulos serán fecundados con semen de donante. IVI ha buscado un donante que se parezca físicamente a Paula.
Cuando el endometrio de Paula esté listo le van a transferir uno de los embriones.
¿Y el paso final de este viaje tan intenso? El último trayecto que viviremos con la clínica será unas dos semanas después de la transferencia, cuando tengamos que hacernos la prueba de embarazo y la ecografía.
El resto de nuestros embriones quedarán congelados a la espera de que queramos dar un hermanito.
¿Y tú? ¿También has querido comenzar después del verano?
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