Mi mayor reto de visibilidad lésbica

Nunca he escondido mi sexualidad, no. Desde que salí del armario, a los 19 años, he llevado mi lesbianismo con mucha naturalidad. He tenido novias, he ido de la mano con ellas, las he besado en público, he aguantado los comentarios desubicados en plan: “no pareces lesbiana”, “¿será porque no has probado con un chico?”, etcétera.

Toda lesbiana sabe que no se sale del armario una sola vez. No. Se sale una vez a lo grande, con la familia y los amigos, pero después hay infinitas salidas. La universidad, algún curso, un trabajo y otro, amigos nuevos, y tantas pequeñas cosas.

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Pero no sabía que el desafío mayor de visibilidad lésbica estaba aún por llegar. Estoy casada con una mujer maravillosa, tras una preciosa ceremonia en la playa junto a nuestros seres queridos, Lourdes y yo decidimos pasar la vida juntas construyendo un proyecto en común.

Desde hace tres años soy madre. Lourdes y yo tenemos dos pequeños nacidos gracias a Institut Marquès y a  Rainbow Fertility Barcelona, un centro especializado en la fertilidad de reproducción asistida de mujeres lesbianas, personas no binarias y trans con capacidades reproductivas.

Tenemos un niño de 3 años y un bebé de dos meses. Y han sido justamente estas dos personas las que han supuesto para Lourdes y para mí nuestro máximo reto de visibilidad.

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Cuando te conviertes en mamá, te das cuenta que este mundo no es precisamente el que te gustaría que fuera en lo que a diversidad familiar se refiere. Empieza una lucha personal para que sea más justo, más inclusivo.

Cuentos infantiles, dibujos animados que vayan más allá de los modelos tradicionales de papá Pig y mamá Pig.  

Siguen los comentarios desubicados pero esta vez son en la presencia de tus hijos. “¿Pero quién es la verdadera mamá?”, como si parir te hiciera madre de primera y no gestar madre de segunda. “¿Y quién se sabe del papá?”, en referencia al donante de esperma.

Convertirme en mamá ha sido el mayor reto de visibilidad lésbica que he vivido en mis 42 años de vida. Desde que mi pequeño empezó la guardería y este año la escuela infantil, he dejado claro en el centro y a cada familia que somos una familia de dos mamás, regalando cuentos a la clase sobre familias homoparentales.

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Es nuestra forma de luchar contra los prejuicios. Nuestra visibilidad es una forma de proteger a nuestros hijos de la ignorancia.

Si quieres información sobre cuentos infantiles de dos madres, pincha aquí.

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