Hay situaciones que nos pasan a todas las lesbianas en algún momento de nuestras vidas, como cuando tienes pareja y de repente alguien, graciosete y resabido, os suelta aquello de “Pero venga va, decidme la verdad, ¿quién es el hombre y la mujer de vuestra relación?”. Y tú le miras, le remiras y le vuelves a mirar, valorando qué nivel de ironía y sequedad puedes usar. Es posible que al presentaros ante él o ella por primera vez, asintiera pausadamente al decirle que erais pareja, diciéndoos “Bien, me parece muy bien” o “Ah, no pasa nada, yo no tengo problemas con eso”. Siempre hay gente que cuando salgas del armario ante ellos, independientemente de lo que piensen realmente de vosotras, sentirá la imperiosa necesidad de darte su aprobación.
En esta línea, estoy también segura de que no soy la única lesbiana adulta y casada del planeta a la que le han dicho que sigue siendo virgen. Y miren ustedes, a mí me gusta el sexo, desde los 19 años, y subiendo, mi vida sexual está bien, gracias. Supongo que unos novios heterosexuales se imaginarán que mi mujer y yo jugamos al parchís durante hora y media mientras que ellos practican sexo “de verdad” y “normal” de 15 minutos. Bueno, quizás él piense que a mitad de partida le abriremos la puerta de casa al butanero para que nos haga un trabajito bueno. Además siempre hay gente que si haces amago de responder con un mínimo básico de detalles reales se asustan. Supongo que porque la ausencia sexual de un pene protector en la vida les da miedo, pobres, no vaya a ser que se nos caiga el cielo sobre la cabeza o algo peor (cualquier día de estos fabrican estampitas con penes místicos dibujados).
Aunque debo decir que hay excepciones, porque luego está mi abuela que, aunque nunca le damos detalles, cada vez que vamos a visitarla al pueblo, le da palmaditas en la espalda a mi mujer y le dice “Ale, ale, que me tenéis que hacer bisabuela pronto, venga, venga”. Yo hago un esfuerzo y contengo un “Si nosotras lo intentamos, pero no nos sale por el método natural”.
Hace tiempo me sucedió la siguiente historia:
Tarde sobre las ocho en el reloj, mi novia y yo tranquilas tiradas en el sofá. Suena un timbre. Me asomo a la mirilla de la puerta de entrada y veo a una vecina (50 años y pico) esperando con una caja de madera y unos táperes.
Llevamos poco tiempo en la finca pero ya nos conocen: somos la nueva pareja que habita el primer piso. Así que abro curiosa pero confiada a la señora vecina y ella, algo nerviosa, me dice que viene a traernos la Virgen, porque somos creyentes ¿verdad? Yo cambio el peso de pie unas cuantas veces, la miro dubitativa -una no quiere caerle mal tan pronto a la gente del barrio- y le digo que nosotras no somos muy creyentes (mentira, totalmente ateas). Ella, con cara de pena, me cuenta que allí es costumbre acoger a la Virgen en casa un par de noches cada mes o algo así. Mi novia responde amigable que vale, que si es costumbre pues la acogemos ese par de noches, que la pondremos junto a mis muñecos de Epi y Blas en la estantería del salón para que la cuiden. La vecina, tras recomponerse y entregarnos la mercancía, nos ofrece los táperes. ¿Pastitas de su pueblo? no. Agua, sal y hojas de olivo benditas para “purificar” nuestra casa.
Cuando abrimos la caja, vemos dentro a un Cristo en su cruz y todo. Yo no sé ya qué cara exacta pusimos (hace ya más de ocho años de aquello y seis desde que nos casamos), pero con los táperes benditos aún en las manos, tras descubrir, encima, que o bien nadie había abierto aquella caja excepto nosotras o bien que la Virgen era transexual, nuestra cara tuvo que ser de foto. 100% lesbifact basado en hechos reales, true story.
A pesar de esta anécdota, vivo una vida muy normal, incluso pertenezco a esa gran y no suficientemente documentada población lésbica que en su hogar tiene un gato. Y no tengo más porque mi mujer, en su inmensa sabiduría, no me deja tener más y convertir la casa en una selva gatuna. Bueno, es que en mi caso además tenemos una mesa de comedor-pingpong-billar que se acepta como animal de compañía. Y un póster de dos chicas tumbadas en ropa interior abrazándose como cabecero de nuestra cama desde siempre y sobre el que mi madre comentó la primera vez que lo vio: “Es muy bonito”, sólo atreviéndose a mirarlo de reojo. Y un calendario colgado en mitad del salón al más puro estilo “Taller mecánico de barrio”, de actrices que a las dos nos hacen poner los ojos en blanco y suspirar: Sharon Stone (toda ella), los ojos de gata de Michelle Pfeiffer, la mini ropa matazombies de Milla Jovovic, las piernas de Natalia Millán… Maravillas.
Lo bueno, como para muchísimas lesbianas más, es que al final del día, a la hora de ir a dormir y meterte en la cama con ella, la mujer de tus días y tus sueños que afortunadamente es tu mujer, todas las peripecias lésbicas varias se quedan bastante atrás y lo que pasa entre nuestras sábanas nos incumbe sólo a nosotras. Fuera queda la ciudad llena de gatos que adoptar, estampitas por rechazar, vecinos a los que preocupar o escandalizar y lesbifacts de los que reírse.
Laura Morillas García, visita mi blog Atlanthis
Jajaja creo que a todas nos ha pasado alguna vez que nos digan esas cosas de “Quién lleva los pantalones?”. Buen artículo, saludos!
Aun no dejo de reírme con esto … “Ale, ale, que me tenéis que hacer bisabuela pronto, venga, venga”. Yo hago un esfuerzo y contengo un “Si nosotras lo intentamos, pero no nos sale por el método natural”.
Bueno, estas cosas pasan tanto a lesbianas como a gays/bis y todo el colectivo lgtb. Con este articulo nos damos cuenta que esos comentarios debemos tomarlos a como de broma y sacar buenas anécdotas de ellos.
Buen articulo,
Saludos.
Siempre están los que te dicen, ¿y tu hermana?…porque vosotras sois hermanas…¿no?
y tú te quedas pensando “sí, claro señora, cada una viene de un lado del charco, pero no separaron al nacer, como la peli…”
Ya se que no viene al caso pero lo voy a decir porque me hace ilusión: Hoy es mi primer aniversario con mi novia. El articulo muy bueno
felicidades Ali!! Qué artículo mas gracioso y verídico jajaja me he sentido muy identificada!! y eso que sólo llevo 2 años de convivencia lésbica jeje. Porfavor quiero más
quiero mas lesbifacts!!
Me ha encantado lo de “estampitas con penes místicos dibujados” jajajajjajajajaja todavía me sigo riendo jajajaj
Genial!! jejejej…
Muy bueno!
Jajaja q bueno…
Me encanta!! tan real como la vida misma!! No dejes de escribir nunca!!
Mil gracias a tod@s por los comentarios y la buena acogida al artículo. Tengo mil Lesbifacts más en mente que espero poder compartir pronto 🙂
Esperando más lesbifacts con los que echarse unas risas. Felicidades por el artículo!!
Me ha encantado el artículo, muy pero que muy bueno!!!
Esperando el próximo Lesbifacts con mucha ilusión.
Tu fan nº1.
Estupendo e hilarante, no he parado de reirme y saborear estos lesbifacts… y quedo a la espera de leer más… por cierto hay muchas frases para enmarcar. Excelente!
jejejeje me ha encantado, y hasta le pongo el tono a tu abuela y a tu respuesta. Genial!!!
Jajaja, muy divertido. Tenemos un amigo al que adoramos que todavía hoy se hace esa pregunta…en vuestra relación cuál ejerce el rol de hombre y cuál ejerce el de mujer…le miramos con la adoración de quererle a pesar de todo y le contestamos pero muchacho si comes con palillos chinos cuál es el tenedor y cuál la cuchara?…bss.
[…] Lesbifacts es el primer artículo con el que colaboro en MIRALES MGZ, quizás la revista hecha y leída por lesbianas más conocida del país; estoy muy contenta de que me hayan dado la oportunidad de escribir junto a ellas. […]