Lesbianas del mundo, aceptémoslo ya. Somos demasiado idiotas. Nuestras capacidades son limitadas, al igual que la trascendencia de nuestros actos cotidianos.
Nos levantamos cada mañana creyendo que solo porque decidimos si nos ponemos una camiseta azul o una roja, si desayunamos café cortado o solo, vamos en metro o en autobús, somos seres autónomos que determinamos nuestro destino. La verdad es que no somos más que niñas pequeñas que nos creemos libres corriendo en un parque cerrado, vallado y blindado.
Si durante años he amado a una mujer, me he levantado junto a su cuerpo y hemos hecho planes de cómo será nuestra vejez, puede ocurrir que no la pueda acompañar en el momento de su muerte ni su enfermedad. Le pasó a Sebastián, en Chile. Su novio enfermó, estuvo internado en el hospital y hace unos días murió sin que él pudiera verlo o cogerlo de la mano. ¿La razón? La familia, evangélica, se oponía a la relación y las leyes chilenas le permiten decidir junto a quien puede morir su hijo. Así como ordenan si te puedes casar con quien quieres o no. En caso de homosexuales, por supuesto que no.
En España presumimos de nuestra libertad y nuestros derechos. Señoras y señores, me puedo casar con una mujer. Nos creemos mayores, nos creemos iguales. Como las niñas pequeñas, cuando las dejan dormirse una hora más tarde los días que no hay cole. Pero no. Una comisión de expertos del Ministerio de Sanidad decide por todas nosotras, mujeres lesbianas, apuñala nuestra precaria libertad y propone que no podamos optar a tratamientos de fertilidad para tener a nuestros hijos. Reserva el derecho a formar una familia a las mujeres casadas con hombres infértiles. Si no, clínicas privadas. Afuera quedan lesbianas, solteras, drogadictas y locas. Sí, todas las que atentamos contra el modelo de familia tradicional. Cuando la niña pequeña pensaba que era libre, la han dejado sin postre.
¿Y si no he nacido biológicamente mujer pero lo soy?, ¿y si me creo libre porque a pesar de todo uso vestidos, me maquillo y me paseo tranquila por las calles de la ciudad? Pues es probable que me asesinen. Así le ocurrió a Madonna, brasileña recientemente apedreada hasta la muerte, como sucede a muchas transexuales en ese país y en toda Latinoamérica, donde constituyen el colectivo más vulnerable.
La niña pequeña llora en el patio del colegio. No sólo porque se da cuenta de que no es libre y que probablemente nunca lo será, sino que porque los que toman las decisiones por ella, los que le dicen cómo debe ser y cuándo lo debe ser, no se encargan de educar al resto de los niños. Al contrario, invierten en convertirlos en niñatos intolerantes, agresivos y una unidireccional mirada sobre el mundo.
Sí, somos idiotas. Permitimos que nos traten como tal. Nos creemos independientes, jugamos a que somos mayores porque tenemos un teléfono con internet, porque si tenemos suerte estudiamos una carrera que nos gusta, porque podemos ver películas para adultos, comprar tabaco y, en una parte importante del mundo, hasta votar. ¡Cuántas cosas! Visto así hasta no parece importante que en el 95% de este planeta los otros, los que deciden, te digan que no puedes formar una pareja legal con una persona de tu mismo sexo. Sin importar lo que sientas.
Niñas pequeñas, desobedeced ya.
Chapó la editorial.
Desobediencia inmediata, quiero disfrutar de mi libertad completa. Crecer y aprender que yo decido y no dejar que nadie lo haga por mi. Y se me tiran al suelo, levantarme y gritar más fuerte.
Me ha encantado, Felicidades
Excelentes tus apreciaciones. Ahora, como bien dice Kira en un comentario anterior, se trata de adoptar una actitud de lucha.
Si, somos idiotas, muchas gracias por las reflexiones
¿Y cómo se puede superar esta idiotez? Parece inevitable
Aunque me siento un poco insultada… gracias por estas palabras
Esta claro que salvo en España y en otros pocos paises, estamos bastante mal de derechos y que hay que tener conciencia de luchar porque es como se ha conseguido lo que hay. Siempre viene bien recordarlo.
Si llegara a convertirse en ley, sería una discriminación anticonstitucional ¡recurso de inconstitucionalidad al canto! Pero el que esa comisión sea capaz, no ya de pensarlo, sino de proponerlo públicamente, ¡ME PONE LOS PELOS DE PUNTA!
Siento que el tema que planteaste da para mucho,mucho, pero mucho mas. Obedeceré lo que siento, lo que soy, lo que me hace vivir.