La primavera ha llegado. No sé si lo habréis notado pero es mejor que os empecéis a fijar… Sol, pajaritos cantando, buen tiempo, alergias, ropa de entretiempo, terracitas… Y nuevas parejas que empiezan a brotar en el ambiente, cual tortolitas enamoradas, sonrientes, inseparables, empalagosas y atontadas…
Seguramente lo habréis adivinado, y lo digo sin resquemor alguno, ni animadversión o envidia… Pero todas mis amigas, y digo todas, se han echado novia o están apunto de ello o se han enamorado de alguien o están enamoradas del amor y no dejan de hablar de la primavera, del amor, del buen tiempo, del amor, del calorcito, del amor… Y yo sólo soy capaz de pensar que ya está aquí la primavera, el solecito, el calor, las terracitas, las cerves pero echo en falta lo más importante: ¿dónde están las chicas en shorts?
Es llegar primavera y todas se vuelven más enamoradizas, más tontorronas, más sonrientes, más empalagosas. Mis amigas pasan de ser personas cabales y sensatas, a personas que parece que viven en los mundos de Yupi. Además pasan de ser una persona sola, individual, a ser dos. Así de pronto, de la noche a la mañana. Ya no es mi amiga, no. Ahora es mi amiga y su novia, el pack. Y así con todas.
Fijo que os está pasando. Esa amiga que de pronto está más feliz que nunca, cuyos estados de Facebook han pasado de ser deprimentes y suicidas a un “Qué bonita es la vida” y fotos bucólicas con frases esperanzadoras, que te hacen pensar que está drogándose o automedicándose y la jodía no ha compartido contigo lo que se mete. O esa amiga, que si antes ya vivía pegada al móvil, ahora aún más, pero con una diferencia: esa gran sonrisa y cara de idiota que se le pone cuando le escribe alguien en concreto… Eso es. El pack, quiero decir, su novia. Una chica muy maja, es verdad, que inconscientemente ha lavado el cerebro a mi amiga y ha hecho que sólo sepa hablar de ella y sonreír sin parar, sin causa aparente.
Todas tienen los síntomas del enamoramiento clásico de primavera: sonrisa floja al ver, leer o saber de su novia, temas de conversación reducidos a lo que han hecho o dejado de hacer con su pack, doy gracias que los detalles sexuales los evitan, al menos por el momento. Y, por supuesto, quedar con ellas, sólo y exclusivamente con ellas, se convierte en misión imposible, antes consigues una cita romántica con Ellen Page, que ver a tu amiga a solas.
Admitid sin problema que muchas os identificáis y tenéis estos síntomas, no os preocupéis, vuestras amigas os seguirán queriendo igual y también a vuestro pack, me refiero a vuestra nueva novia, que pasará a formar parte del grupo como una más. De hecho, casi hasta te caerá mejor que tu cegada y enamorada amiga porque puede que por vergüenza o pudor de no conocerte o estar en un grupo que no es el suyo la reciente novia, trate de evitar parecer igual de atontada pero… Querida nueva y apreciada “intrusa”, por mucho que disimules, estás tan o más pillada por mi amiga que ella por ti y como no sea así… ¡Te mato! Lo sé, queda muy a lo Belén Esteban, pero por mis amigas “ma-to”
Y es que bien sabemos que la primavera la sangre altera y que se acaban diciendo y haciendo cosas que hasta te hacen dudar de si tus amigas son las de siempre. Las que conoces a la perfección, las que hasta hace dos días decían que no querían saber nada de relaciones serias, que a ellas no las cambiaba nada ni nadie o que estaban hasta las narices de las mujeres y sus complicaciones… Que si lo llego a saber las grabo para que se escucharan ahora, que parecen las promesas electorales de los partidos políticos, que primero dicen una cosa y luego ni se acuerdan de lo que dijeron. En el caso de mis amigas es por las hormonas y la llegada del calorcito… Lo de los políticos mejor ni comentarlo.
Y junto a estos síntomas primaverales surgen distintos estilos de parejas y de enamoramientos.
Tengo una amiga con novia, más o menos reciente, que están todo el día juntas y si no lo están, el móvil es su mejor compañía… Igual que en Her pero aquí sin la voz de Scarlett Johansson, así que no le veo la gracia. Y están todo el día que cuánto te quiero, que yo más, que no yo más, haciéndose carantoñas, mimos, caricias y la cosa va subiendo de temperatura hasta un punto que… En serio… ¡Basta! Iros a un hotel o dejarme tomar apuntes porque hay cosas que en lugares públicos todavía no se me habían ocurrido hacer.
También, otra de mis amigas con pack, está todo el día con la frase “Es la mujer de mi vida pero aún no lo sabe”, “Es la madre de mis hijos”… Sí, amiga sí, y también es “la nuera de tu madre” y “la cuñada de tus hermanos” pero por favor, ¿dónde quedaron nuestras conversaciones de horas y horas acerca de no entender a las mujeres y lo complicadas que eran? Ahora sólo es capaz de tener una conversación donde, de 5 palabras, 6 son el nombre de su novia.
En serio, que a mí me encanta que sean felices y de ser un grupo reducido de amigas, ahora nos hagan descuento por grupo, pero agradecería que dejaran de decir que me buscan novia o que pronto me pasará a mí… ¿Tan mal les caigo? Yo no quiero pasar por toda esta etapa primaveral tan “cuqui” y “pucking rainbows”. Y mucho menos quiero cambiar mi estado sentimental del Facebook, eso es sagrado. Que en Facebook soy y seré: Viuda.
Y también están las que se enamoran de una mirada, unas manos, un pelo, una sonrisa… Y que al llegar la primavera es mucho peor y andan “enamorándose” cada nanosegundo…
He de confesar que de este tipo puede que sea yo… Soy de las que se enamoran de las sonrisas bonitas pero, de momento, me he librado del atontamiento y enamoramiento primaveral, sigo siendo la misma de siempre, la viuda.
Aunque hay una sonrisa que me empieza a llamar la atención, que me ha robado la cordura, que si ella supiera la de vueltas que dan su sonrisa y ella por mi cabeza se acabaría mareando. Pero tranquilidad, no voy a pedirle que se case conmigo, ni que sea la madre de mis hijos, ni le voy a insinuar que cambie su estado sentimental en Facebook. Me valdría con ser el motivo de esa sonrisa suya…
¡Mierda! ¡He caído! He sido cursi, empalagosa, casi indigesta… Y todo sin poder evitar sonreír cual idiota mientras pensaba y escribía sobre ello. ¡“Maldita” primavera!
Chicas, vosotras aún estáis a tiempo, aunque puede que no todas. Si aún no os identificáis en ninguno de estos casos, ni tenéis los síntomas del enamoramiento clásico de primavera… ¡Salvaos aún que podéis! Evitad sonreír sin motivo, suspirar sin saber por qué, pensar en ese alguien que te ronda la cabeza. Evitad dejaros llevar por una felicidad inexplicable, mirar a unos ojos que te fascinan o una sonrisa que te provoca más de diez mil cosas a la vez y, por supuesto, evitad los mensajes sin motivo con emoticones con corazoncitos y donde te dicen que tienen ganas de verte o que te echan de menos…
Os he avisado: Love is in the air. Ahora, ya, decidid vosotras si lo respiráis o no.
Carlota Asecas
Snif…. 🙁
haha Muy bueno, yo soy de las tuyas. Si durante el año voy construiendo castillos de princesas, ahora el castillo tiene hasta fuegos artificiales…pero sigo siendo la viuda…
Yo quiero quedar a tomar un Gin Tonic, o dos, o… con la autora del texto!! 🙂
yo tambien me tomaria uno con la autora del texto y sin riesgo de nada porque es muy raro que yo sonria jaja
Jajaja has dado en el clavo… yo me identifico contigo(en cuanto a mis amigas y sus novias)…las cuales se comportan muy bien..¿se compadecerán de mi mi soltería de oro añejo..?no cesan en que pa el mes de junio tendré al menos una amigüica o algo parecido…ni de lejosss…consejo: no corráis mucho, disfrutad, saborear cada instante y cada sabor.. si no os gusta a cambiar! pero educadamente y no jo…ndo ;D que sobra tiempo pa aburrirse de todo y aprender de todo …
Jajajaajajajajaa….
Me alegra que os guste. 🙂
Yo ya estoy en la segunda fase. Pasé de ser “viuda” a transformarme en “viudo”. Te comprendo perfectamente.