Le ha tocado el turno a una mujer. Recordemos que el año pasado, también en Londres, un policía pedía la mano de su novio en pleno Orgullo. Mismo lugar, misma fecha. Una nueva pedida de mano, que también acaba en un Sí.
En esta ocasión la que se arrodilló no fue la policía, que se encontraba protegiendo la marcha del Orgullo, sino su novia, que detuvo unos minutos su recorrido para pedirle la mano. Como existen ya más cámaras que personas, alguien grabó el momento y lo subió a su Twitter, para que diera la vuelta al mundo.
No porque ya haya ocurrido en el pasado este hito pierde importancia. Más bien todo lo contrario. Es una muestra de valentía doble, teniendo en cuenta que el policía que lo hizo en 2016, Phil Adlem, denunció haber recibido muchas críticas e incluso amenazas de muerte. “Ambos deberían ser ahorcados hasta morir” fue un ejemplo de los comentarios recibidos en sus redes sociales.
Hoy, la respuesta de la comunidad LGTB ha sido la que siempre daremos: Seguir siendo visibles y libres, pese a quien le pese.
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