Gerda Wegener, la ilustradora lesbiana que “La Chica Danesa” no mostró

mirales.esLa madrugada del 29 de febrero del presente año Alicia Vikander logra el premio Óscar a la mejor actriz de reparto por su papel de Gerda Wegener (1885-1940) en la película de Tom Hooper La chica danesa. En ese preciso instante pocos son los que reconocen al personaje histórico encarnado por la actriz. Si, además, en ese instante, alguien pretende investigar sobre la vida de la pintora danesa, poco ha de encontrar, y la información que encuentre se hallará fragmentada por una narración ambivalente que ni de lejos refleja la frágil y entregada esposa que la película de Hooper ha querido revelar.

Gerda Wegener, a pesar de la poca evidencia histórica que puede desprenderse de una biografía algo oscura, que asoma por los huecos de la historia quebrada por el insuficiente rigor de algunas informaciones, no fue ni frágil, ni entregada, ni secundaria, ni heterosexual, referencias que, no se sabe muy bien por qué, el largometraje  ha querido trasmitir como hechos determinantes. El personaje diseñado en la película limita su participación en la historia a ser la esposa abnegada y comprensiva de Einar Wegener, pintor danés que representó el primer caso de intersexualidad pública de la historia de Occidente, y cuya leyenda ha sido recientemente llevada al cine a través de la ya citada cinta, La chica danesa.

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No. Rotundamente, no. Gerda Marie Fredrikke Gottlieb fue mucho más de lo que la película deja entrever. Fue una pintora insigne del art decó que triunfó en el París de los años 20 con sus intensas ilustraciones de carácter erótico y su arrebatadora personalidad. Gerda fue una gran artista, una interesante ilustradora, enorme retratista e increíble intelectual que revolucionó el París de entreguerras: su presencia en determinados círculos despertaba gran expectación y su contribución a la historia del arte posee un valor revelador. Nada de esto resulta demasiado elocuente en la película.

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Gerda nació en Dinamarca. Asfixiada por el contexto que la vio nacer pronto abandonó la vida de provincias para abrirse a otras formas de existencia mucho más abiertas y, en 1904, a la edad de 19 años, se mudó a Copenhague. Tras licenciarse en la Academia de Bellas Artes, donde conoció al que sería su marido, Einar Wegener, comenzaría una trayectoria artística caracterizada fundamentalmente por la evolución del retrato femenino. Gerda dedicó prácticamente toda su obra a crear, experimentar y evolucionar alrededor de la imagen y la apariencia femenina, lo que tiene un profundo valor simbólico desde la perspectiva de la historia de la mujer y desde el desarrollo de la teoría feminista. Al parecer, esta inmensa curiosidad por la contemplación y por la plasmación de lo femenino contribuyó a que su marido se viera cada vez más implicado en las obras de su esposa, ya que ésta habitualmente precisaba de modelos femeninas que no siempre podía pagar. De esta forma, el pintor danés se travistió en cuantiosas ocasiones para hacer de modelo. Según otras informaciones, el desarrollo de los acontecimientos sucedió de forma contraria: Einar hacía tiempo que en la intimidad sólo se comportaba como mujer y ese hecho fue muy oportuno para la pintora. La cuestión es que la relación artística que articuló el matrimonio supuso una especie de catarsis para la identidad sexual controvertida de la que Wegener hizo gala a lo largo de su vida. Einar, paulatinamente, era cada vez más Lili, y cada vez menos un hombre.

mirales.esAunque en su país de origen su pintura tardará en ser reconocida, Gerda ya sabe que el París convulso de los locos años 20 suspira por su arte, así que, animados por la promesa del éxito, la artista y su marido deciden instalarse en la capital gala en el año 1922. Sus obras fueron consideradas profundamente embaucadoras y sugerentes, y de ese modo, su pintura pasó con rapidez a formar parte de la gran galería parisina de entreguerras, en la que pronto se hizo un nombre con fuerza y un lugar distinguido entre los artistas del momento. Fue una de las principales ilustradoras de la revista Vogue, y particularmente célebres son las pinturas referidas a este tiempo que el escritor Louis Pearceau le encomendó para ilustrar su libro Douze sonnettes lascifs (1925), que tuvieron como tema fundamental el sexo entre mujeres. Dichas ilustraciones sembraron gran controversia en aquel momento y todavía hoy despiertan una gran admiración.

mirales.esA pesar de que la historiografía oficial no ofrece ningún tipo de evidencia, Gerda era abiertamente lesbiana. Resulta cuando menos llamativo que en la película no haya mención, ni siquiera de forma leve, al tema de la apertura y creatividad sexual de la que, presuntamente, la pareja hizo gala durante todo su matrimonio y también durante toda su vida, tanto en público como en privado. Iban a fiestas vestidas, ambas, de mujer. Mantenían relaciones sexuales fuera del espacio matrimonial y, según algunas fuentes, su relación, cuando Einar pasaba a ser Lili en la intimidad, seguía forjándose sobre la más férrea solidez y la pasión, una cuestión que en la película de Hooper queda injustamente disimulada. Gerda amaba a Einar como hombre y a Lili como mujer pues, al parecer, para ella constituían los dos rostros de una misma persona. Este acto de performatividad se puede observar en la obra de la pintora Una tarde de verano. En ella, Einar aparece como varón, paleta en mano, contemplando y representando pictóricamente la escena en la que también aparece Lili, tumbada en el suelo junto a otras mujeres, entre ellas la propia Gerda. Esta cuestión tan ambigua como trasgresora se presenta en cierto modo silenciada en la cinta La chica danesa. En cambio, la forma en la que Gerda dejó a un lado su carrera para apoyar a su marido en el proceso de trasformación de sexo sí que queda subrayada de forma explícita.

Tras cinco intervenciones, Einar Wegener terminará por consumar su deseo de vivir en un cuerpo de mujer exclusivamente como Lili Elbe. Gerda lo apoyó hasta el final, e incluso después de la consumación de su cambio de sexo continuaron funcionando como matrimonio. En el año 1930, sin embargo, la nulidad de la unión por parte del rey de Dinamarca terminaría con la relación. La unión de dos mujeres, en aquel momento, constituía una ilegalidad.

Lili falleció un año después a consecuencia de las complicaciones derivadas de su última intervención. Gerda lo hizo en 1940, en condiciones precarias y tras asistir al ocaso de su éxito como artista pero pudiendo presumir de haber sido una de las pocas mujeres que ha expuesto varias veces en la galería Ole Haslunds de Copenhague, un verdadero desafío para los pintores de la época. Gerda fue una de las retratistas más importantes de la historia del arte del siglo XX y una importante ilustradora de las revistas de moda de referencia de la época. Aunque en su país de origen le costó un tiempo recibir el reconocimiento que su trabajo parece ocupar en la historia de la pintura contemporánea, el país galo sí que cayó a sus pies. Cayeron después el resto de países occidentales y, todavía hoy, especialmente a raíz del revés que la película ha otorgado a su lugar en la historia, la chica danesa es un referente de máximo valor para la historia del arte, la historia de las mujeres y la historia del lesbianismo.

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13 comentarios en “Gerda Wegener, la ilustradora lesbiana que “La Chica Danesa” no mostró”

  1. ABAJO EL NEO PURITANISMO!!!!!
    LOS QUE VEN COSAS SUCIAS QUE OCULTAR SON LOS NEO-PURITANOS
    LOS DEMAS VEMOS NUESTRA SEXUALIDAD DE LA FORMA MAS NATURAL POSIBLE
    Y OCULTARLE SUS SEXUALIDADES A LOS NIÑOS ES UN ERROR
    LOS NIÑOS TAMBIEN TIENEN SEXUALIDAD
    LOS NIÑOS NO SON IMBECILES
    LA SOCIEDAD ACTUAL VIVE CEGADA EN SU PROPIA HIPOCRESIA
    OTRO MUNDO ES POSIBLE Y ESTA EN ESTE

  2. Gracias por el rescate de la obra de Gerda pero me parece que el uso de términos, usanzas y expresiones transfóbicas está de más.

    1. Muy de acuerdo con Rosario. Sumaría además la necesidad de incluir las fuentes utilizadas para el relevo de la obra de Gerda. De todas formas, muchas gracias por el artículo.

    2. Irantzu Monteano

      Por aprender y evolucionar (y no caer de nuevo en ese error la vz próxima)… ¿podrías, por favor, señalarme alguna de esas referencias transfobicas a las que te refieres?

      1. El tono del artículo en general es bastante transfóbico. “El personaje diseñado en la película limita su participación en la historia a ser la esposa abnegada y comprensiva de Einar Wegener, pintor danés que representó el primer caso de intersexualidad pública de la historia de Occidente”: solo esta frase tiene muchos problemas. Hablas de Lili en masculino y usando el nombre antiguo, y haces referencia a su “intersexualidad” (debatida) como resumen de su biografía, lo que me preocupa porque Lili también era una artista queer, y no sé por qué es menos interesante para ti, ya que la película la reduce a un cliché tragable para cisheteros interpretado por un tipo. Pero más adelante empeora la cosa: “Einar Wegener terminará por consumar su deseo de vivir en un cuerpo de mujer exclusivamente como Lili Elbe. Gerda lo apoyó hasta el final, e incluso después de la consumación de su cambio de sexo continuaron funcionando como matrimonio.” Esto es horrible. De nuevo, el nombre de hombre, reforzando la idea de que Lili no era una mujer (¡ni siquiera después de 5 operaciones le respetas el nombre!)… Más allá, la idea de que un cuerpo de mujer es un cuerpo con vagina es violencia transfóbica y genera situaciones terriblemente peligrosas (véase Carolina del Norte). Y como guinda del pastel, ese “incluso después de su cambio de sexo” sí que no lo entiendo. Si Gerda era lesbiana y su mujer se iba a hacer una vagina, ¿por qué no iba a apoyarla? La sensación general que me da tu texto es Lili aparece villanizada, y me da mucha pena porque sí, La Chica Danesa retrata horriblemente a Gerda, pero no menos a Lili en absoluto. La película es transfóbica, cisheteronormativista y mentirosa a propósito. Es una película horrible, salida directamente de y hecha para el cisheteropatriarcado, y tu forma de contraponer a las dos mujeres inspira cierta misoginia internalizada por tu parte, que parece que intentas contraponer masculinizando a Lili: da la impresión de que al final ves a Lili como el hombre que se lleva la atención de Gerda, y creo que a eso se refería Macarena en el comentario original.

        1. Irantzu Monteano

          Buenos días,
          creo que se me está achacando un tono transfóbico cuando en ningún momento he pretendido que fuera tal. Bien es cierto que el campo de la intersexualidad no es mi campo y mis habilidades científicas en dicho son muy limitadas e incluso algo “ingenuas”, pero se presentan una serie de consideraciones que me gustaría aclarar:

          1. “El personaje diseñado en la película limita su participación en la historia a ser la esposa abnegada y comprensiva de Einar Wegener, pintor danés que representó el primer caso de intersexualidad pública de la historia de Occidente” sólo esta frase tiene muchos problemas: esto es lo que dice la Historia oficial, no lo digo yo. Que el discurso oficial sea machista, heteronormativo, transfóbico y cutre no lo he decidido yo. No digo que esté de acuerdo y en ningún momento es mi opinión. No creo señalar esto en ningún momento del artículo. Es la versión oficial y, a grandes rasgos, la idea general que transmite la película, otra cosa es que se esté atribuyendo a mi persona el tono general de la misma, cosa que me parece bastante sujeto a prejuicios. Es más: si me preguntara por mi opinión personal, te diría que en mi opinión en el caso de Lili Elbe no estamos ante un caso de “intersexuliadad”, sino ante uno de “transexualidad”, que, en sus primeras manifestaciones fue más bien un caso de travestismo (teniendo en cuenta el momento histórico que estamos analizando). Pero eso si se me pregunta. En este artículo me limito a reproducir lo que dicen las fuentes, no lo que opino yo.

          2. Hablas de Lili en masculino y usando el nombre antiguo, y haces referencia a su “intersexualidad” debatida como resumen de su biografía y, lo que me preocupa porque Lili también era una artista queer, y no sé por qué es menos interesante para ti”: En ningún momento del artículo he puesto en cuestión su intersexualidad. Otra cuestión es que mi rigor terminológico con respecto a las teorías de la intersexualidad sea pobre, y haya preferido escribir para un lector tipo medio; ahí creo que sí tengo una parte de responsabilidad importante en la calidad del artículo, pero creo que puedo escoger quien es objeto de mi interés en mis propios artículos, y, en este caso, a mí, quien me interesa, es Gerda, por ello es ella la protagonista del artículo, no Lili, que no sé por qué ofende que no me interese como protagonista…

          3. “Einar Wegener terminará por consumar su deseo de vivir en un cuerpo de mujer exclusivamente como Lili Elbe. Gerda lo apoyó hasta el final, e incluso después de la consumación de su cambio de sexo continuaron funcionando como matrimonio”. Esto es horrible. De nuevo, el nombre de hombre: ¿por qué es horrible? Einar no renunció a su nombre masculino hasta muy avanzado el proceso, y yo entiendo la transexualidad no sólo como algo endógeno y determinante (tan determinante es entender que por tener vagina has de ser una mujer, o por tener pene un hombre, que esperar que por tener una identidad de género en un momento determinado no puedas desarrollar otra en otra etapa de tu vida. Siguiendo la teoría de la performatividad de Judith Butler, entiendo, y desde ahí está escrito este artículo, la identidad de género como la posibilidad creativa de llegar a ser, es decir, poder decidir un día que quieres ser hombre o mujer o ambas cosas, a pesar de que tus rasgos biológicos sugieran otra cosa. La historia de Einar parece ser ésta. Incluso quiso implantarse un útero. Además, en su documento nacional de identidad lo que constaba en ese momento era su nombre de hombre. Era 1930. En ningún momento le he atribuido yo una identidad masculina. Eso, creo, ha venido consolidada por una lectura sesgada, quizá algo sensible con respecto al tema. En ningún momento he reforzado la idea de que Lili no era mujer, pero, en 1930, Lili Elbe no constaba como tal en ninguna parte, lamentablemente. Sólo 14 meses antes de su muerte consiguió el pasaporte como Lili.

          4. Y como guinda del pastel, ese “incluso después de su cambio de sexo” sí que no lo entiendo. (¿¿es que Lili no transformó su sexo?? (sexo: conjunto de peculiaridades biológicas que caracterizan a los individuos de una especie en femeninos y masculinos. Y no lo digo yo. Lo dice el Diccionario de Sociología y también los informes médicos sobre su transformación. No debemos olvidar no confundir género y sexo. Su última intervención quirúrgica estaba diseñada para implementarle un útero porque su deseo más profundo era ser madre, y biológicamente le era imposible. En ningún momento he dicho yo que Einar fuera un hombre ESENCIALMENTE, pero en ciertas etapas, aunque no se identificara con tal categoría, lo fue).

          5. Si Gerda era lesbiana y su mujer se iba a hacer una vagina, ¿por qué no iba a apoyarla? ¿Porque, por muy contemporáneas que fueran, era 1920?
          6. Da la impresión de que al final ves a Lili como el hombre que se lleva la atención de Gerda, y creo que a eso se refería Macarena en el comentario original: no, rotundamente no. Ni Lili es un hombre, ni se ha llevado la atención de Gerda. Lo que quería denunciar es que es la historia, patriarcal y heteronormativa, es la que nos ha robado la posibilidad de fijarnos en Gerda como un referente trascendental en la historia de la mujer, atribuyéndole en la historia el papel que al patriarcado le ha convenido. El problema es que ese discurso patriarcal ha querido contar esta historia a su manera y lo que he querido denunciar ha sido cómo, en ese intento, se ha llevado a Gerda por delante.
          Estoy totalmente de acuerdo con que la película es transfóbica hasta la saciedad, pero no era el objetivo de este artículo indagar en la historia de Lili. Lamento mucho que mi falta de artes en según qué áreas del conocimiento. Y muchísimas gracias por los apuntes y las consideraciones. Las tendré en cuenta para futuras investigaciones.

          Fuentes utilizadas para el artículo:

          – BUTLER, J.
          – (1997) Lenguaje, poder e identidad. Síntesis. Madrid
          – (2007) El género en disputa. Paidós. Barcelona
          – (2010) Deshacer el género. Paidós. Barcelona
          – CLARK, A. (2010). Deseo. Una historia de la sexualidad en Europa. Cátedra. Madrid
          – HERRN, R. (2005) Schnittmuster des Geschlechts. Transvestitismus und Transsexualität in der frühen Sexualwissenschaft. (registro detallado de las operaciones de Lili Elbe, su preparación y el rol de Magnus Hirschfeld). Gießen: Psychosozial.
          – HOYER, N. (2004) Man into Woman. The first sex change by Lili Elbe. Blue Boat Books. London.
          – ORTIZ de ZARATE, P. (2016). Las chicas danesas. Historia y vida, 68-73

  3. Sinceramente, el artículo es interesante, pero le veo varias pegas:
    1_ Las innumerables referencias a Lili Elbe en género masculino. Está bien claro que, aun cuando “era” Einar, era una mujer.
    2_ La película se centra en Lili, y Gerda es el personaje secundario porque la cinta habla de la primera mujer transexual en someterse a una operación de reasignación de género. Evidentemente, en el contexto de su vida se encuentra Gerda, a quien no creo que retraten como alguien débil, sino todo lo contrario. En la película ambas son puestas como personas normales, con sus momentos de comprensión pero también de necesidad de ser egoístas. Lili y Gerda tenían una situación que desde luego no ha de ser fácil, menos en aquella época sin entender qué estaba ocurriendo por no tener referencias. Y ambas tuvieron que sufrir mucho, pero también supieron sobreponerse y mantenerse juntas hasta que su matrimonio dejó de ser legal. No creo que en Gerda se vea a alguien débil, sino una persona que, en un mundo en el que lo que le ocurría a Lili se consideraba una enfermedad, decidió ser fuerte y entendió y apoyó a su pareja hasta el final porque Lili merecía poder ser ella misma. Eso no es algo que todo el mundo haga, menos entonces. La película, por cierto, está basada en una novela y en las memorias de Lili (escritas en base a sus diarios personales por un amigo al que se los dejó para ello)
    3_ Creo que el hecho de que Gerda fuera artista, que siempre han tenido una visión menos encorsetada del mundo, influyó mucho en que fuera capaz de apoyar a Lili y también en su visión más amplia de la sexualidad. Evidentemente no podemos preguntar a Gerda cuál era su orientación sexual, pero no creo que fuera lesbiana. ¿Bisexual? Puede. ¿Sin necesidad de etiquetas? También. Pero aunque dibujara esas ilustraciones y el gran número de retratos con Lili, al fin y al cabo se casó con ella como Einar y, poco antes de morir Lili, se casó con un oficial italiano con el que se fue a vivir a Marruecos. No creo que si fuera lesbiana fuera a casarse con un hombre y a dejar su carrera estancada para irse de París y Copenhague a vivir en Marruecos con él, desde donde le fue prácticamente imposible mantener su éxito y su carrera empezó a decaer.
    4_ Por último, y haciendo alusión a algunos comentarios: ¿la película, transfóbica? ¿a caso la película demoniza a Lili? ¿la trata como a una enferma? ¿justifica la violencia contra ella? La película se centra en una persona, una sola y real, y relata su caso, no el de nadie más. No me parece transfóbico que Tom Hooper pensara que Lili Elbe era un personaje tan importante y con una historia tan digna de contar que merecía la pena pasarse casi 10 años luchando e intentando convencer a alguna productora para poder hacer la película mientras una y otra vez le decían que no porque no estaban dispuestos a dar ese protagonismo a un personaje transexual. Yo he visto la película, y además la vi junto a una de mis amigas, que está pasando por ese proceso ahora mismo. Y a nosotras nos pareció una película increíble, sobre todo teniendo en cuenta que es la primera, que hasta ahora nadie había creído importante o no se había atrevido a sacar una película de alto presupuesto basada en un personaje como Lili. Lo que nos pareció transfóbico fueron esas personas en la sala que en los momentos de más intensidad de la película se reían y decían cosas como “normal, si fuera vestido como cualquier hombre normal no le pasaría eso” en la escena de la agresión en París. U hombres que, al darse cuenta de lo que la película iba a hablar, decían cosas como “una película sobre maricas que quieren ser tías” y se levantaban y se iban mientras sus mujeres les llamaban de todo por no ser ni capaces de ver la cinta (cosa que, por cierto, también ocurrió cuando fui a ver Carol).

  4. Creo que no hay que sacar las cosas de contexto, la película no es biografía de Gerda, es una adaptación de una novela, que yo no he leído.
    Supongo que el libro, tomando como referencia la historia real, habrá ya modificado/omitido las cuestiones a que se aluden.

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