La Corte de Oregon, Estados Unidos, sentencia a los dueños de una panadería a pagar 135 mil dólares por daños y perjuicios.
Cinco años atrás, Rachel y Laurel Bowman-Cryer fueron a la Panadería Gresham, donde Aaron y Melissa Klein, los dueños, se negaron a hornear un tarta de boda esta pareja de lesbianas, quienes los denunciaron ante las autoridades por discriminación.
Estas dos chicas fueron a encargar su tarta a otra pastelería pero, aun así, les denunciaron para evitar que más negocios discriminen a las parejas del mismo sexo.
La pastelería alegó que como artistas sus derechos a la libre expresión habían sido violados, pero la Corte de Oregon ha indicado que no ha encontrado evidencia alguna de que la penalización monetaria que se les impuso haya sido por sus creencias religiosas o su ejercicio de la libertad de expresión (que recoge la Primera Enmienda a la que se quisieron acoger).
La sentencia consta de más de 60 folios detalla los pormenores del caso. La Corte del Estado indica que si bien los pasteles de los Klein deben ser tomados “seriamente”, no son obras de arte y por ende no están protegidos por esa Primera Enmienda.
Actualmente la panadería está cerrada al público, pero sirve para testificar que las leyes del Estado de Oregon están para garantizar la inclusión de todos sus habitantes sin importar sus preferencias sexuales, religión o inclinaciones políticas.
Según medios de la zona, hace unas semanas ocurrió otro caso similar en el que un panadero de alto perfil se negó a vender un pastel de boda para una pareja gay en Colorado.
Debido a que el acusado indicó que sus derechos a la libre expresión fueron violados, la Suprema Corte de Estados Unidos tuvo que intervenir para ver si sus alegatos realmente pueden apoyarse en la Primera Enmienda o no.
La Primera Enmienda prohíbe la creación de cualquier ley con respecto al establecimiento de alguna religión oficial, que impida la práctica libre de la misma y que reduzca la libertad de expresión. Fue adoptada a finales del siglo XVIII.
