Fernanda Pinilla es una destacada jugadora de la selección chilena de fútbol. Una figura importante en el país, y desde hoy un gran referente para la comunidad LGTB, puesto que Fernanda, en una entrevista, ha hablado abiertamente de su lesbianismo y de feminismo.
Fernanda supo desde niña que le gustaban las chicas, pero tal como ella cuenta, decidió mantenerlo en secreto durante años.
“Me cuestioné muchas cosas. Nunca mi existencia, pero sí que yo estaba haciendo algo mal, que tal vez tenía que alejarme un poco del fútbol, que tal vez era el fútbol el responsable”.
Fernanda es delantera y está clasificada para la Copa Mundial Femenina que se disputará en Francia 2019, pero no todo en su vida, esta gran deportista es doctorada en Física. Cuando estaba en la Universidad le contó a su familia que era lesbiana. Le respondieron que ya lo sabían.
“Siento una responsabilidad súper bonita con los niños y las niñas, de la imagen que una tiene que proyectar porque se me han acercado un millón de niños y niñas. Siento que la imagen que hoy día puedo proyectar es netamente de cumplir los sueños que uno se propone, de cumplir las cosas y de hacer las cosas que a uno le gustan. Y todo lo demás que viene conmigo, todo lo demás que lleva Fernanda Pinilla de que es lesbiana, es feminista, estudia Física, son cosas que vienen incluidas en este pack”.
Grandes palabras, sin duda una gran referente. Cuando le preguntan si siente que ser lesbiana daña su imagen, Fernanda, claramente, contesta que no. Que lo que dañaría su imagen de deportista es una foto de ella bebiendo alcohol, por ejemplo. Pero no junto a una mujer.
El problema no es su sexualidad, es Chile: “Ser mujer en Chile es difícil. Pero ser lesbiana es peor. Me siento discriminada por el país en el que vivimos. Yo no me puedo casar, no puedo adoptar, no puedo tener hijos simplemente”.
En Chile no está aprobado el matrimonio igualitario y no existe la filiación de hijos de parejas del mismo sexo. Son luchas que aún se están librando. Solo existe la unión civil. Esperemos que pronto los activistas consigan los cambios reales que la comunidad LGTB necesita para mejorar sus vidas.
