Vox lo propuso y Ciudadanos y PP otorgaron. El movimiento mas abiertamente homófobo que haya hecho un gobierno español desde que existe el matrimonio igualitario. El Pin Parental ya está aquí. En Murcia recientemente se ha emitido una orden por la Consejería de Educación y Cultura para el curso 2019/20 en la que se obliga a los centros a solicitar el consentimiento familiar para cualquier formación curricular y complementaria programada en su proyecto curricular.
¿La excusa? La de siempre, la libertad. La supuesta libertad de expresión de poder decirle a tus hijos “no te acerques a ese que es un apestado”.
Y esta familia, -una de las madres es Esther Nevado, concejala del Ayuntamiento y autora del tweet-, lo ha denunciado en su twitter de una forma conmovedora:
Les ha tocado hacer el album familiar de su familia, una práctica clásica en los coles donde cada niño presenta a sus compañeros un álbum donde muestra su día a día en casa. Ellos son una familia homoparental formada por dos mamás, y he aquí donde viene el dolor: “En Murcia un padre o madre con pensamientos homófobos, racistas, machistas o negacionistas del cambio climático puede negarle a su hijo o hija la asistencia a actividades que ellos consideren que van contra su «moral» o son socialmente controvertidas…Así que podría ser que alguna padre/madre negara la asistencia a su hijo/a a la presentación del álbum familiar del mío. Y os preguntaréis, qué tiene de socialmente controvertido un álbum familiar si en España todas las familias son iguales ante la ley”.
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Nevado ha hecho un llamamiento para que veamos la gravedad del asunto, y se dirige directamente a los que han hecho posible esta locura: “Gentes del PP, el Pin Parental da la oportunidad a aquellos que nos machacaron en el instituto a perpetuar el modelo. Les permite enseñar sus hijos que el mío es menos por tener dos madres, que hay algo en su familia que esconder, Les alienta a que eduquen en el rechazo (…) No existe el derecho a limitar la información, sí a recibirla. No existe el derecho a discriminar, sí a no ser discriminado. No existe un derecho a enseñar a no respetar, sí a ser educado en el respeto”, ha denunciado.
En definitiva, y en palabras de la propia protagonista de esta historia; “Negar a tus hijos la oportunidad de que conozcan que no todas las personas son heterosexuales y que existen familias homoparentales no tiene sentido. No es una cuestión controvertida, ni si quiera moral. Es una cuestión de derechos civiles. Y nada extraordinario (…) Terminaréis entendiéndolo, como terminasteis yendo a la boda de Maroto, a pesar de haber recurrido el matrimonio igualitario. Es cuestión de tiempo y de pedagogía.
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“Por cierto el álbum quedó genial” aseguró Esther. No nos cabe duda de que fue así.