Una detective joven y de buen ver despierta en una suntuosa habitación con una rubia espectacular desnuda a su lado y una resaca de campeonato. Mientras ambas renuevan las caricias de la noche pasada en la ducha, la detective realiza titánicos esfuerzos por recordar el nombre de la dama en cuestión, porque quizás esté bebida, quizás apeste a humo y a sexo, pero esta mujer es, ante todo, un caballero. ¿Estamos hablando acaso de Micky Knight, la famosa detective de la saga de J.M.Redmann? ¡No! Pero casi: es Cate Maynes. Ella también se hace la dura, también es cínica y rehúye el compromiso; ella también bebe hasta el punto de definirse como una “meticulosa inversora en la degradación de mi hígado”, y también puede mostrar al mundo un corazón roto que arrastra, a duras penas, la carga de un pasado traumático.
Cate se cura la resaca con una receta de elaboración propia (paracetamol mojado en café) y con la reconfortante sopa de pollo de Caroline, la dueña de la tasca-Pub Powanda. Caroline es uno de los tres ángeles de la guarda de Cate, junto a Marie, camarera del Powanda y ocasional refugio de amor sin ataduras, “la guapa Marie del lunar en la mejilla, melena oscura y sonrisa deslumbrante”, y Mimí, que es también (y no por casualidad) responsable de la barra de un bar, concretamente del local de ambiente para chicas de los más punteros de la ciudad: el Sappho y su abarrotado cuarto oscuro.
En esta primera parte de lo que promete ser una saga, Clara Asunción García plantea un caso de chantaje a una familia de clase alta. El retrato de la clienta, Elora Brust, no tiene pérdida. Es un personaje odioso, cazafortunas en su juventud, casada con un mago de las finanzas, conservadora hasta el tuétano, típica “señora de”, promotora de eventos de caridad y sociedades filantrópicas, homófoba e insoportablemente altiva. Irascible, su desconfianza y mal disimulado clasismo la convierten en un ser altamente irritante. Al parecer, está recibiendo anónimos que – supone- afectan a su hija, Athira, oveja descarriada de la familia a la que proyecta enviar lejos para evitarse más problemas.
Además de seguir el proceso de la investigación, entre revelaciones imprevistas y diversos sospechosos, nos atrapará también la tortuosa relación entre Cate y Micaela. El diálogo entre la detective y su principal amiga y confesora de amores, Caroline, nos muestra las dudas y temores de Cate al respecto:
[Cate] -¿Tú crees que se puede mantener una relación abierta con alguien que te gusta mucho?
Ella [Caroline] frunció el ceño.
-¿No es eso lo que hacéis Marie y tú?
Vale, a ver si lo concreto.
-Quiero decir, alguien que te gusta mucho. A mí Marie me gusta, es guapa, tiene un lunar en la mejilla de lo más sexy y me pirro por su melena oscura y su sonrisa deslumbrante.
-¿Pero…?
-Pero sólo me gusta – concluí.
-Quieres decir que no te gusta mucho.
-Ajá. Y si Marie un día viene y me dice que ha encontrado a la mujer de su vida y que se acabó el acostarnos juntas, le desearía la mayor suerte del mundo y ya está.
-Vale. No hay dolor, quieres decir.
-Ajá.
Me taladró con la mirada.
-¿Y quién es esa misteriosa mujer que sí te duele? –preguntó suavemente.
ENTREVISTA A LA AUTORA
En El primer caso de Cate Maynes has construido un personaje fuerte y tierno a la vez, vulnerable pero con la fuerza suficiente para seguir adelante, a pesar del dolor de un pasado traumático. Nos gusta Cate, tenemos ganas de más. En la entrevista que concediste a InOutRadio explicabas que habías empezado a escribir la segunda parte. ¿En que punto se encuentra?
La segunda parte de Cate se encuentra en fase de escritura muy avanzada, aunque todavía falta para que la considere terminada. Me está resultando más complicada de escribir esta segunda parte, ya que debo andar con pies de plomo ante cada “hilo” que pongo en el camino. No hay que perder de vista que Cate fue concebida desde un principio como una serie y, como tal, habrá una sucesión de acontecimientos que tendrán lugar en el futuro (que afectarán tanto al personaje principal como al resto) y para los que he de ir asentando ciertas bases. Hay que tener en cuenta que el abanico de personajes es amplio, aunque la serie se centre en Cate y Micaela, y para algunos de ellos también tengo reservada su ración de “sucesos”.
En “El primer caso de Cate Maynes”, al ser el primero y, podríamos decir, fundacional, me limité a poner sobre el escenario a —casi— todos los personajes y a dar una serie de pinceladas sobre sus afectos, desafectos, filias y fobias. Aunque hay un par de “miguitas” en ese primer libro que apuntan a ciertas revelaciones futuras que afectarán a uno de los personajes principales —Micaela— en realidad son tan pequeñas y sutiles que no encontrarán su explicación hasta más adelante, cuando se descubra su verdadera naturaleza. Pero si algún/a lector/a quiere jugar a encontrarlas, puede elucubrar todo lo que desee y dármelo a conocer, claro.
Al igual que en las novelas de J.M. Redmann, en tu novela hay una intención de crítica social que denuncia la hipocresía y la homofobia de determinadas clases sociales, y el rechazo de éstas, cuando no el indisimulado menosprecio, hacia tod@s aquell@s que no pertenecen a su privilegiada tribu. ¿Va a haber también un tratamiento de temas sociales en tu próxima novela?
Es mi intención, sí, tocar temas sociales, aunque estos no estarán en todos y cada uno de los libros. No olvidemos que es novela detectivesca y en ella tiene cabida un amplio espectro de temas, no siempre restringidos al ámbito social. En este aspecto, decir que sí fue absolutamente premeditado que el primer tema que se tocara en la serie fuese el de la homofobia y la hipocresía. Aunque pudiera parecer que el personaje de Elora Brust es algo tópico, la triste realidad es que, como ella, los hay a decenas (y decenas y decenas). La verdad es que fue muy gratificante poder decir a través de Cate lo que pensaba de este tipo de individuos. Y, por cierto, nadie “pilló” la bromita de su apellido, sugerencia de un amigo: Brust, en alemán, es pecho. Por lo que nuestra querida Elora se llama, así, señora Teta.
En la segunda parte de esta novela, sí habrá un tema social destacado, lamentablemente a la orden del día: la crisis económica. Más que un tema desarrollado en concreto dentro de la trama, se verá en los comentarios y situaciones tanto de algún personaje como de la propia Cate.
En su relación con Micaela, aunque Cate se repite como un mantra aquello de “sólo es sexo sin compromiso, sólo es sexo sin compromiso”… su relación irá complicándose. ¿Puedes avanzarnos por dónde irán los tiros (nunca mejor dicho)?
En el desarrollo de la serie las cosas se complicarán, sobre todo en el aspecto personal y, especialmente, en lo que se refiere a Cate. La relación entre ella y Micaela continuará por los tortuosos senderos del amor y la duda, especialmente agudizado esto último por la desmantelada personalidad de Cate. No hay que olvidar que ella dejó atrás una historia de amor que se rompió por las circunstancias y, tal vez, le quedó “algo” pendiente que regresará para zarandearla un poquito más… ¡y hasta aquí puedo leer!
¿Estás trabajando en algún otro relato o novela aparte del personaje de Cate?
Yo siempre estoy escribiendo algo aparte de Cate. Tengo varias novelas en danza, y me suele pasar que cuando me atasco con una me paso a otra y viceversa. Por decirlo de algún modo, me voy con otras hasta que una de ellas me reclame con la suficiente fuerza y entonces le dedico toda mi atención.
En estos momentos, también, estoy inmersa en la escritura de un segundo relato corto de Cate Maynes. Me publicaron un primer cuento —“El camino de su piel”, lo puedes leer en mi blog: http://claraasunciongarcia.blogspot.com.es/ — y ahora me han ofrecido colaborar con un segundo en una recopilación de relatos de novela negra. En estos momentos el proyecto se encuentra tan solo en una fase inicial, por lo que no te puedo dar más detalles, pero, en todo caso, el relato ya está en marcha.
¿Habrá novela tuya el año que viene, Clara?
Sí, el año que viene hay muchas posibilidades de que salga publicada mi segunda novela, también con la Editorial Egales. No se trata de la continuación de Cate, ni está ubicada en su universo. Es una novela ambientada en el Mediterráneo —en Elche en concreto, mi ciudad natal— que sigue, a base de un primer flashback introductorio, la relación entre dos mujeres y las circunstancias que desembocaron en su ruptura… aunque no todo puede ser como parece, claro. ¿Ingredientes? Obviamente amor, pasión, unas pinceladas de humor y cierta intriga en forma de elemento perturbador que será el desencadenante de todos los acontecimientos.
Más información:
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[…] en el marco de una cena con amigos. No, no es broma. No busquéis duchas compartidas al estilo Cate Maynes, ni la añoranza de Rebeca Santana por el cuerpo amado que se deja durmiendo en la habitación, […]