Diario de una adolescente: ¿Me tomo mal las bromas o es lesbofobia?

Una noche de este verano la pasé en la casa de campo de un amigo del instituto. En un momento me levanté para salir afuera a tomar el aire. En ese mismo instante se levantaba otra chica con la que no tengo mucha relación para venir conmigo. Uno de los chicos le advirtió en voz alta ‘’Cuidado Lucía, que no te haga nada’’ Tras breves comentarios, en los que argumenté que el hecho de que me gustaran las chicas no implicaba que me gustaran todas ellas, y que aunque lo hicieran, no tendría por qué lanzarme; por alguna razón ella decidió quedarse adentro y yo salí. Unos minutos después salió mi mejor amigo, se sentó a mi lado y me dijo que entendía que me hubiera molestado, pero que no lo tuviera en cuenta, que la intención del chico no era mala.

En varios momentos durante el curso anterior, Ana, una de mis mejores amigas de la infancia, y Javi, un colega suyo, me pusieron como apodo ‘’bollito de fresa’’, y aprovechaban cada ocasión, por mínima que fuera, para usarlo. Al principio me pareció hasta gracioso, pero el hecho de escucharlo cada dos segundos, al principio y al final de cada frase, me fue quemando. A parte de eso, cada vez que él me miraba simulaba la tijereta con sus manos y se reía de forma estúpida y lasciva. Cuando le comenté ambas cosas a Ana, me llamó exagerada y me dijo que ellos no tenían ‘’ningún problema con que sea lesbiana’’, que me tomaba las cosas demasiado a pecho, que se trataban solo de bromas.

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En otra ocasión, el novio de Ana le dijo al teléfono, supongo que en broma, que tuviera cuidado si nos quedábamos solas en su casa. Todo esto es capaz de hacer sentir a una que es diferente, que no encaja, y es una injusticia que alguien se tenga que sentir así.

Puede que pensemos que somos una más, que todas somos iguales en nuestro círculo de amistad heterosexual, que nuestros amigos de toda la vida no van a cambiar su forma de ser con nosotras debido a nuestra orientación sexual, pero la realidad se aleja mucho de esta afirmación.

Puede que no lo hagan a malas, de hecho, es lo más seguro, pero parece imposible cambiar su mentalidad cerrada, dejar de hacerles ver la homosexualidad como una excepción. Por eso pienso que es normal que al final acabemos creando nuestro nuevo círculo de amistades cada vez más lésbico, más gay y más bisexual; cada vez menos heterosexual. Espero que algún día esta ‘’separación social’’ no sea necesaria porque todo el mundo acepte todas las orientaciones de una manera totalmente igualitaria.

Aun así, quiero resaltar que no todos los heterosexuales son así, los hay de más abiertos y de menos; y que los que lo son y he mencionado anteriormente en este diario, me han apoyado y querido, han reído y han llorado conmigo, me han abrazado cuando lo he necesitado, me han hecho ver las cosas de una perspectiva diferente cuando me negaba a ver; y han estado a mi lado en los momentos más importantes de mi vida.

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16 comentarios en “Diario de una adolescente: ¿Me tomo mal las bromas o es lesbofobia?”

  1. Personalmente la ironia , la satira y el humor me han ayudado,,,si me gastan una broma,,,pues contesto con otra mejor!! ejjejeje cuanto mas inteligente y rapido seas mas les descolocaras,,o la gasto antes de que lo hagan ellos jajajaja que es buenisimo cuando les dices aajjaja eso ibas a decir eh!!! original !!! jajajaja a mi me sirvio jejeje y aun lo hace …y normalmente la que recurre al insulto facil muy muy inteligente no es ejejejeje asique no me callo , lo digo y si puedo beso a mi pareja ejjeje feliz miercoles y gracias x estos articulos..y mucho apoyo para todas.

  2. Ana G Barea Yo creo que depende las personas que dan y reciben las bromas. Si esos comentarios llegan a herir hay que decirlo, para eso se supone que son amigos. Si es una broma sin maldad se sabe y no genera ningún conflicto porque incluso todos bromeamos con nosotros mismos alguna vez, y quien no lo hace que se revise el coco porque no me parece normal ni sano. Siendo la adolescencia es más complicado porque se tiene la necesidad casi vital de encajar con el grupo, pero hay que pararse a pensar en qué grupo queremos estar. Para mí lo esencial es la educación, hay que enseñar que no tenemos que ser iguales, que tenemos que respetar que cada uno es diferente, de esta manera verán tan absurdo reírse de una mujer que se acuesta con mujeres como reírse de los hombres morenos o de las mujeres que llevan gafas.

  3. Susana y Ana ahí le habéis dado! El problema es cuando estamos hablando de la adolescencia, que aún no estamos tan seguros de nosotros mismos, que la presión grupal pesa tanto, la necesidad de encajar… Y que la gente suele ser tan capulla, también por sus propias inseguridades…

  4. El otro día hablaba con un compañero de trabajo el tema del lenguaje de la sociedad cuando se refieren al mundo gay. Todas sabemos que muchas veces se utilizan términos como maricón y tortillera en bromas, en conversaciones coloquiales, sin hacer uso de su forma peyorativa.
    Este compañero lo sacaba a colación de una conversación de días anteriores donde se habían usado estas palabras sin maldad por parte del interlocutor.
    Él me pedía mi opinión y a mí sinceramente no me ofende que se usen, es verdad que en exceso y tal y como cuentas lo del bollito de fresa resultaría ofensivo y sí que se debería corregir, pero personalmente admito alguna broma y no me molesta. Pero justo quien me hacía la pregunta, que es hombre y heterosexual, se encontraba muy en contra de usar estas palabras aunque sea en bromas.
    En su opinión todavía no estamos en situación de utilizarlas así, quizás en 20-30 años nos podamos reír pero mientras existan desigualdades, sufrimiento y homofobia no se pueden tolerar actitudes que la perpetuen. Quizás su actitud puede resultar bastante drástica pero hasta cierto punto yo también la comparto.

  5. Yo tengo una gran temita con respecto a esto. xD

    Soy de esas personas ‘gays’ que no le gusta mucho estar en el ambiente. Y explico porque…
    Me pasó que ví muchas ‘auto-victimización’ de parte de muchas lesbianas, como de gays. No tanto de gays, pero sí mucho de lesbianas.
    Como una de mis exs-novias, recuerdo que a ella le encantaba joderse a sí misma con la palabra torta (acá se usa mucho para referirse a una lesbiana). Cualquier cosa, por ejemplo, ella mandaba un “llegó la torta” (por ella misma). O cositas así… Cuando nadie la estaba jodiendo con ello. Lo hacía todo el tiempo.
    Pero GUARDA con decirle “torta” a ella. O mandarle un “Uhh, llegó la torta”. Decía que la discriminaban (?). Se sacaba como nadie.
    Tanto, que muchas veces, discutíamos por ello.
    No sólo he visto eso en ella. También en otras lesbianas, digamos, que conocidas.

    Es rarisímo. no?
    A mi, por ejemplo, me molesta mucho que cada 2 palabras manden un “torta”. 1 o 2 veces, bueno… Pero todo el tiempo? Y más si es una misma, como si quisieras resaltar, llamar la atención a través de tu sexualidad.

    Yo creo que hay que comenzar a tomarse la sexualidad como más naturalidad de uno mismo.
    A mi, antes, me jodían más por lo de “tener novios” o también “novias”. Me sentía un poco insegura por ello… Trataba de “hacer” bromitas para unirme al club.
    Hasta que lo tomé como parte de mí. Y hoy en día, esos amigos, que me cargaban… Ya ni les interesa. Muy pocas veces hacen bromas, O si dicen algo mis amigos, los miro, me rió y agacho la cabeza. No les sigo la corriente.
    Es como si fuera ‘heterosexual’. Si nos cargamos con otras cosas, pero ya la sexualidad ni se toca. Les da igual.

  6. Es una cosa paradójica el tema de las bromas. Yo tuve un alumno al que le preocupaba mucho confesar a su pandilla de amigos -heteros todos- que era gay, y se lo tragó durante casi toda su adolescencia. Eran unos chavales muy majos y, cuando se decidió a contárselo, solamente uno de ellos tuvo algo de problema hasta que la presión de los demás y el aprender a comprender terminó con todos los miedos. La forma de los demás de demostrar naturalidad fue empezar a hacerle bromas con chicos, de la misma forma que antes toda la pandilla las hacía con chicas. Eso fue lo que le hizo sentir integrado y a gusto por completo con sus amigos: ver cómo los demás no tenían complejos ni eran demasiado “educados” para hacerle bromas, tomándole el pelo con chicos. Es casi el caso opuesto al que nos cuenta Marina. Pero es cierto que hay muchas personas distintas en el mundo y muchas formas de afrontar el humor y que te hagan rabiar. Estoy de acuerdo con los que te dicen que, si son tus amigos y saben que te molesta de verdad, rebajarán el tonito de sus bromas. Y si no lo son.. entonces.. ¿para qué los quieres a tu alrededor? Fuera con quienes no te acepten como eres.

  7. no me gusto eso me encanto a no es cierto era broma en verdad no me gusta y ademas esta muy grocero en realidad eso no se hace heeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

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