Carmilla, la novela del siglo XIX que inspiró a Drácula de Bram Stoker
Drácula de Bram Stoker es sin duda una de nuestras películas de culto. El film de Coppola cumple casi 30 años pero sigue siendo insuperable. Entre otras cosas porque se basa en una legendaria historia de horror y amor muy anterior al gran director e incluso al autor de la novela original, Bram Stoker.
Se trata de la novela de Sheridan Le Fanu de 1872.
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Las semejanzas son tales que no hay lugar a dudas, pero hay una diferencia neutral: Drácula no es un hombre, sino una mujer. Una mujer lesbiana, además.
Esta noble, de tez pálida, dormía también en una tumba y vivía por la noche. El varón Vordenburg en Carmilla era el equivalente a Van Helsing en Drácula, y ambos tienen que descubrir por qué se produce una extraña ola de enfermedades y muertes en el condado.
Carmilla es una vampira que muerde exclusivamente a mujeres bellas de las que cae prendida. La coprotagonista de la novela es Laura, una joven que vive con Carmilla cuando ella y la madre de esta sufren un extraño accidente de carruaje y la madre acaba dejándola a su suerte en la casa de Laura y su padre. Ambas entablarán una amistad “diferente” y Laura acabará lentamente enfermando y adquiriendo las costumbres nocturnas y desconcertantes de su nueva “amiga”:
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Es fascinante descubrir a estas alturas que una de las novelas y películas más míticas de la historia está basada en una novela lésbica. ¡Cuántas maravillas más se ha tragado la Historia? Sigamos desenterrándolas.