¿Cambiamos sexo por calceta?

Las lesbianas practicamos menos sexo, o eso dijo en 1983 Pepper Schwartz, sociólogo de la Universidad de Chicago, que concluyó que las lesbianas tienen menos sexo que las parejas heterosexuales casadas, heterosexuales que convivían y homosexuales varones tras un tiempo de relación. No contento con eso, también expuso que las lesbianas tienen menos variedad en cuanto a las técnicas amatorias y son menos sexuales tanto en pareja como en solitario.

¿Mito o realidad? Cuando leo artículos tan contundentes no puedo por menos que desconfiar (sentar cátedra siempre me dio alergia), pero cuando miro a mi alrededor, siento que no anda tan desencaminado. Sí, al principio era todo muy pasional y después, a mi pesar, la cosa fue bajando y, en lugar de estar en la cama, a lo mejor íbamos a tomar un café, a dar un paseo, de compras”, explica Laura (nombre ficticio). ¿Es verdad que las lesbianas relegamos el sexo a un segundo plano? ¿Por qué?

Pensando sobre ello, recordé que un mito muy generalizado es el de que las mujeres somos menos sexuales que los hombres. Y digo mito porque no hay ninguna evidencia al respecto; nada nos impide ser tan o más sexuales que los hombres, salvo nuestra educación.

Nos educan para no tener esos deseos sexuales y canalizarlos hacia otras cosas (cariños, mimos, tardes de peli y manta, calceta o hacer pasteles, vete tú a saber). Quizá al no poder follar, ya sea por falta de espacio donde hacerlo o la razón que sea, hay que intentar compensarlo con más atención, cariño, mimos o sexo por internet asegura Antonia (nombre ficticio).

Quizá por todo esto es por lo que apenas existe una industria pornográfica orientada a mujeres (¡y menos si son lesbianas!), pocos son los juguetes eróticos destinados a mujeres que mantienen sexo con mujeres, y menos aún una visibilidad del sexo lésbico. Ni siquiera se ha hablado de nosotras en los periódicos una vez aprobado el matrimonio igualitario (todos hablan de matrimonio gay y exponen fotos de chicos besándose y llorando de alegría). ¡Somos invisibles hasta para que nos insulten! (Os reto a hacer una lista de insultos para gays y otra para lesbianas, a ver qué sale…).

Responded a esta pregunta: ¿alguna vez alguien os ha hablado de qué hace una lesbiana en la cama o lo habéis visto en algún sitio? Si tenemos que fijarnos en el porno, mal vamos, amigas. Alguna vez me han preguntado qué coño hacemos (y nunca mejor dicho) en la cama y, tras una breve explicación, me miran extrañadas (normalmente son mujeres heterosexuales las que me lo han preguntado, los hombres tienen suficiente imaginación) y me dicen “eso es lo que hago yo con mi novio como preliminares”. Yo pienso “Ojala tu novio te hiciera todo eso”, pero me lo callo, no sea que degenere en una discusión estúpida. La idea de que sin pene no hay sexo es tan tan tan vieja… Desde que el mundo es mundo se ha traspasado de generación en generación.

Creo que las lesbianas, como mujeres que somos, hemos sido educadas en todas estas premisas y tendemos a preferir una intimidad más cercana al amor romántico que a una que incluya sexo. “Con el tiempo, en mi caso, fuimos cambiando pasión por algo más romántico (aunque también al conocernos mejor disfrutábamos más en la cama, todo tiene sus pros y sus contras)” confiesa Laura. Me niego a pensar que las lesbianas caemos en la desidia en la cama en favor de otra clase de intimidad. Nada está reñido con nada y esa intimidad no está reñida con el sexo desenfrenado o con el sexo con amor. Antonia afirma que “aunque lo importante no es que haya más o menos sexo, sino que esto no ocasione un problema en la pareja“. ¿Qué clase de mente pervertida ha conseguido que dejemos de fornicar? La llama se puede mantener infinitamente, sólo hay que saber cómo hacerlo.

Y no soy yo la única que no está de acuerdo con el estudio del señor Schwartz. La lesbiana feminista Marilyn Frye contraatacó el estudio con otro en el que concluyó que el 85% de las parejas casadas (heterosexuales) que practicaban sexo más de una vez al mes les llevaba 8 minutos de media hacerlo, mientras que entre las lesbianas, aunque fuera con menos frecuencia, la media era bastante mayor, en torno a 30 minutos. Vamos, que los heterosexuales son más del “aquí te pillo, aquí te mato” y nosotras optamos por el “despacito y con buena letra”. Habría que preguntarse entonces: ¿Qué preferimos: más sexo y más rápido o menos sexo pero con más dedicación?

Y no es solo que nos lo tomemos con más calma. Del estudio de 1979 de Masters y Johnson (dos de los más importantes sexólogos de la historia), se extrajo que los comportamientos sexuales de las lesbianas están más asociados a la satisfacción sexual que los de los heterosexuales. Según concluyó el estudio, éstas se centran más en el contacto sexual de todo el cuerpo (en lugar de estar centrado en los genitales) y tienen menos preocupación por llegar al orgasmo (es decir, nos preocupa más el placer de la relación completa). Concluían además que tienen más asertividad y comunicación en cuanto a las necesidades sexuales, encuentros sexuales más largos y una mejor satisfacción con la calidad de su vida sexual. Resumiendo, nuestro sexo parece ser más que satisfactorio (si no, que nos lo pregunten tras una sesión de ese sexo tan maravilloso). Así que tan mal no lo estaremos haciendo.

Así pues, para contrarrestar el mito y que no se convierta en realidad, os dejaré un maravilloso consejo: menos calceta y más sexo.

http://psicologosmadrid.wix.com/aidapsicologa

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24 comentarios en “¿Cambiamos sexo por calceta?”

  1. Hace algunos meses encontré esta página por buscando algunos artículos en la web y no tienen idea de lo genial que es poder leer artículos como este y como otros tantos que logran despertar el cuestionamiento sobre lo que hacemos día a día en nuestras vidas.

  2. Es un tema muy fuerte y muy interesante, gracias por tocarlo. Yo llevaba seis años con mi reciente ex pareja y no teníamos casi vida sexual, cambiamos por cosas románticas y costumbres casi familiares, asi que eso apoya la teoría, no obstante, con mi pareja actual llevo 5 y hemos cuidado mucho nuestra vida sexual, que no se convierta en rutina y en un hacer por hacer, por eso nos encanta hacer el amor, por decirlo de alguna manera, lo protegemos. Con tiempo, preparamos nuestro deseo. Asi que animo chicas, jeje

  3. Yo lo que estoy es harta de leer eso de “¿Qué hacemos las lesbianas en la cama?” y de que el porno no es real, pero nadie ha publicado todavía una entrada en un blog o un texto donde sea, que diga qué es lo que realmente hacemos (que yo sepa y si no es así, que alguien me saque el error, por favor, que lo estoy deseando).

  4. Es Mito, reconozco que yo soy mas “vaga” para el sexo, pero mi pareja es muy activa, pero lo que estoy segura que lo practico mas que muchos heteros, trabajo en una linea erotica heterosexual y esos si que no se comen una y lo que escucho a diario, da pena.

  5. En mi opinión, la sexualidad lesbiana es diferente a la sexualidad hetero. La sexualidad de las mujeres es diferente a la sexualidad masculina. No se puede comparar porque influyen factores diferentes y esenciales como el elevado nivel de sensibilidad y de implicación emocional que existe entre dos mujeres.
    Según mi experiencia y la de amigas y conocidas, la sexualidad de la mujer es un campo ampliamente desconocido, incluso por nosotras mismas, y tiene un potencial muy fuerte. Creo que hay mujeres muy sexuales, que necesitan practicar el sexo para sentirse mental y físicamente liberadas o equilibradas. Y creo que es un verdadero tópico machista y simplista la opinión bastante generalizada y enraizada en los capas más aburridas de la sociedad, de que el hombre hetero, bi o gay, “necesita” más sexo que la mujer.

    Un saludo y feliz año.

    E.

    1. Totalmente de acuerdo contigo. Aquello de que el hombre es “más sexual” es un mito; el deseo se mantiene o se enriquece, al igual que se le puede dejar morir. Por determinados roles de género, se le ha inculcado a la mujer una sexualidad más “light”. Claro que es diferente, se nos ha inculcado cierta vinculación emocional al acto, etc. Pero también tenemos nuestra parte buena, mientras los hombres están más genitalizados, las mujeres vemos más allá, y contemplamos nuestro cuerpo entero como sexualizado.
      Pero, sin duda, lo importante es vivir el sexo con naturalidad y disfrutándolo, sea como sea este.

  6. Además, hay mucha hipocresía: todavía hay mujeres lesbianas, bisexuales o heterosexuales, que deben mostrarse menos sexuales de lo que son realmente, para no dar una imágen de descaradas, o de insaciables (entre otros adjetivos) que “no corresponde” a una mujer políticamente correcta.

    He oído muchas veces a lesbianas criticar a otras lesbianas porque salen, ligan y se acuestan con quien quieren y las veces que quieren. Falta respeto y libertad incluso en nuestro “ambiente”.

  7. […] y ponerle ganas. Cuando alguno de estos elementos falla, es inevitable llegar al punto en que no te apetece cocinar y prefieras que te traigan la comida a casa o, directamente, te saltes alguna que otra comida. […]

  8. “Nada nos impide ser tan o más sexuales que los hombres, salvo nuestra educación”. Bueno esto es muy muy discutible si tenemos en cuenta la enorme influencia de las hormonas en el deseo sexual. Los hombres tienen pensamientos sexuales contínuamente por la cantidad de testosterona que segregan. Las mujeres mucho menos. Esto no es nada malo, simplemente somos diferentes. Saludos a todas!

  9. Pues yo he estado con dos chicas y han tenido un comportamiento bastante machista… vamos, lo de la asertividad parece que no lo tenían muy claro.

  10. A mi me ha pasado igual.
    Con mi actual pareja llevo 3 años y algunos meses. Los primeros 2 fueron de sexo TODOS los días y ahora ya solo 2 al mes..

  11. Me sentí lamentablemente identificada con el estudio. Llevamos 5 años juntas, los tres primeros años era sexo donde nos pillara, en la calle, en el metro, en parques, pero ahora tenemos horarios que no calzan, nos vemos relativamente poco, y cuando nos vemos preferimos comer algo, un par de besos y cada una para su casa. Mi pareja es mas activa y le gusta estar encima mio, a mi no es que no me guste, pero no me gusta tener sexo cuando tenemos poco tiempo, me gusta disfrutar y en una hora siento que no alcanzo a pasarlo bien ….
    Un abrazo desde Chile, me encanta la página.

  12. No hay deporte más sano que hacer el amor, haces ejercicio, te despeja la mente, discutes menos y te sientes más feliz (Cuando lo haces con quien quieres y como quieres) Ya sea con tu pareja o con quien sea, pero es hacerlo y disfrutar. También yo creo (porque lo he visto) que muchas parejas se aburren, se hace todo monótono por el simple echo de no probar cosas nuevas o utilizar juguetes, y creo que cuanto más abres tu mente a esas cosas, más disfrutas… Nunca sabes lo que te puede gustar de verdad hasta que lo pruebas 😉

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