¿Cómo no nos habíamos percatado antes de esta película? Es una pregunta a la que nunca podremos responder. Me siento extraña (1977) se considera un hito del cine lésbico español, con Barbara Rey y Rocío Durcal como protagonistas, cuando el encuentro entre ambas es tan sutil como impedido por la dictadura patriarcal del cine de la época. Sin embargo en Calé (1986) hay toda una historia de amor. Incluso con final feliz, (aunque con una parte muy prescindible -cuando veas el final me entenderás-)-
La sexualidad entre ellas se muestra con relativa libertad, dos mujeres que pierden la cabeza la una por la otra aun a riesgo de ver descabalgar sus vidas.
Sigue rezumando heteronormatividad por los cuatro csotados, así como multitud de estereotipos, pero aun con eso, Calé no deja de ser una verdadera revolución cinematográfica. Rosario Flores, casi adolescente, borda el papel, al igual que su hermano, Antonio Flores, que también sale en la película -aunque es mucho mejor compositor y cantante que actor, eso es verdad-.
Si quieres verla no tienes siquiera que buscarla, la puedes ver aquí mismo, a través de la plataforma Youtube:
https://www.youtube.com/watch?v=ndi2a9sFMls
La guapísima Mónica Randall es su partner en la película, en uno de sus últimos papeles en la gran pantalla. Cris, su personaje, es una prestigiosa actriz teatral que se ve irremediablemente atraída por Estrella (Rosario) nada más ver su imagen en una instantánea de su novio, fotógrafo profesional.
Carlos Serrano, hijo del famoso cineasta Carlos Serrano de Osma, firma este film, cuyo guión creó junto a Joaquín Oristrell.
La maravillosa Carmen y Lola nos llevó a sumergirnos y profundizar en la realidad de las lesbianas dentro del mundo gitano, un tema cargado de tabúes y silencios, y esa nueva curiosidad nos ha llevado hasta esta película. Un film valiente y entretenido, que nos ha descubierto que la de Arantxa Echevarría no es la primera película lésbica gitana española, sino la segunda.