Hace años os contamos la historia de Mariana Gómez, condenada a un año de cárcel por defenderse de la policía al agredirla por besar a su novia.
Amplia tu lectura con Mariana Gomez, condenada a un año de prisión por besar a su mujer
Era el 2 de octubre de 2017 cuando comenzó la causa penal contra ella, día en que Mariana Gómez y su esposa, Rocío Girat, se besaban mientras se despedían a punto de entrar en el metro en Plaza Constitución. Rocío, además, estaba llorando porque iba camino al juicio donde se enfrentaría a su padre, oficial de la Armada, que abusó de ella durante años.
Un empleado de metro, indignado por la cercanía de la pareja, llamó a un policía conocido, Jonatan Rojo, para que separara a la pareja y se llevara a Mariana (con la excusa de que ella era la masculina).
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La Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal finalmente la ha absuelto de los delitos de resistencia a la autoridad. Lisandro Teszkiewicz afirma que es una sentencia pionera y revolucionaria, pues señala que la autoridad se comportó de manera ilegítima con ella solo por su orientación sexual. Mariana, por fin, se considera inocente por haberse defendido legítimamente de un discriminación ilegítima. Cuando fue condenada, año atrás, nadie veía posible que llegáramos hasta este punto.
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En la sentencia queda comprobado que el policía, Jonatan Rojo, le tocó el pecho y la empujó, mientras le decía “pibe, vos no te vas”. Rojo llamó a otra policía, Karen Villareal, que le ayudó a reducir a Mariana, apoyando la rodilla sobre la espalda de ella, comprometiendo su respiración, según la víctima y el testimonio de su mujer, Rocío.
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Un fallo que llega muy tarde, pero que llega y nos alegra, pues un día fue posible que esta mujer inocente acabara un año de su vida en la cárcel solo por no ser heteronormativa y besar a su mujer. Aún así, sabemos que lo justo no es su absolución, sino que la condena al agresor lesbófobo.