¿Una historia de terror con dos protagonistas bisexuales, dirigida por una mujer queer y con estética de peli de pijamada? Sí, por favor. Gillian Anderson y Hannah Einbinder, a quienes amamos por separado y ahora juntas aún más, han sido confirmadas como protagonistas deTeenage Sex & Death at Camp Miasma, la nueva película de Jane Schoenbrun.
Y no exageramos cuando decimos que todo en este proyecto nos hace gritar (de emoción y un poquito de susto).
La trama gira en torno a una directora de cine (Hannah Einbinder) que se obsesiona con la actriz original (Gillian Anderson) de una vieja franquicia de terror adolescente llamada Camp Miasma. Lo que empieza como una admiración intensa acaba abriendo la puerta a algo mucho más oscuro (y lésbico) desde las profundidades del lago…
Schoenbrun describe la peli como una mezcla entre horror, nostalgia y humor muy oscuro. Una especie de “clásico de fiesta de pijamas” —de esos que te dan sustito pero también te hacen pensar.
Jane Schoenbrun es una de las cineastas más aclamadas del cine LGTB reciente (I Saw the TV Glow). Es trans, está casada con una mujer, es poliamorosa, y tiene dos parejas más. Ha dicho que con esta película busca crear “el tipo de cine LGBTQ+ que me habría cambiado la vida si lo hubiese visto cuando era pequeña”.
Y vaya si lo consigue. Porque Teenage Sex & Death at Camp Miasma no solo es un slasher, también es un retrato de lo queer como obsesión, como creación, como trauma… y como escape.
Gillian Anderson es, además del ícono absoluto desde Expediente X, que sacó a toda una generación de mujeres del armario, una de las pocas actrices que ha hablado abiertamente de su bisexualidad. En entrevistas ha contado cómo tuvo relaciones significativas con mujeres y cómo la sexualidad no es una “etiqueta” cerrada.
Hannah Einbinder, por su parte, se ha definido públicamente como bisexual y ha dicho que interpretar personajes lésbicos le resulta profundamente natural. Su papel en Hacks nos dejó con ganas de más —y ahora ese “más” llega con sangre, sudor y neones.
La peli empieza a rodarse este verano en Canadá, será distribuida por Mubi, y no tiene aún fecha de estreno, pero ya es uno de los proyectos LGTB más esperados del año. No solo porque nos morimos de ganas de ver a Gillian y Hannah compartiendo pantalla, sino porque necesitamos más historias bolleras en todos los géneros.
Y si son sangrientas, bizarras, con lago y tensión lésbica… pues mejor todavía.