Mi vida como lesbiana transexual… un año después

“Fue en Julio de 2015 cuando escribí un testimonio sobre mi existencia, mi historia, en la que contaba que era sólo una chica (transexual) de un barrio de mi ciudad; Coruña. Y os confesé que adoraba el voleibol y que hacía décadas era una más en el equipo femenino del instituto. Tardé en encontrar mi segunda oportunidad hasta enero de 2016 pero la encontré, cuando con mi DNI reasignado me aceptaron en el Club Deportivo Padre Faustino, en el equipo Senior B del Voleibol Calasancias Coruña… y debuté el 24 de Enero con un gran revuelo mediático alrededor.

De modo que mi debut me convertía en la primera mujer transexual federada en una disciplina olímpica en España.
Hice algo histórico sin querer y sin darme cuenta, convertirme en la primera voleibolista transexual de España y todas esas cosas que se dijeron de mí en las múltiples entrevistas de decenas de medios de prensa escrita, digital, radio y TV.

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Hice algo que me llevó a conocer a la voleibolista número uno de España, a Helia González, la capitana de la Selección Española de Voleibol Femenino, Balón de Oro de la SFV y campeona de liga con el Naturhouse-Ciudad de Logroño por tercer año consecutivo, aunque tiene otros tres títulos con otros dos equipos, todos ellos consecutivos.
Fue un encuentro muy emotivo y especial, lleno de anécdotas que nunca olvidaré… como las palabras de Helia que hago mías ahora:

– Juego al voleibol, si jugara al fútbol o al baloncesto seguramente estaría más reconocida, y siendo mujer también es un poco más complicado… pero bueno, dentro del mundo del voley sí que me siento muy reconocida, muy querida, siento mucho el apoyo de la gente y bueno, al final, es con lo que me quedo.

Pero también puedo narrar cómo ha afectado a mi vida esto, favorablemente, sin duda alguna… en mis salidas a la calle hay muchos encuentros anecdóticos, gente que me pregunta qué tal me va en el balonmano (he de corregirles) y niños o niñas que me hablan por mi nombre en la calle, ante madres y/o padres que se sorprenden de conocer a una chica (transexual) tan corriente… una chica que, como ya he dicho cientos de veces, sólo aspira a encontrar el trabajo de su vida, un puesto de vocación de ayuda y auxilio a l@s demás, soy voluntaria de Cruz Roja, donante de sangre, deportista, estudiante de FP y católica.

Defiendo decenas de causas, como el feminismo, el vegetarianismo, los derechos de los animales, los derechos del colectivo LGBTQIA, centrándome en especial en la defensa de la visibilización de la asexualidad, el celibato y la abstinencia sexual, pero también defiendo la integración y normalización de la transexualidad desde la infancia y hasta la edad adulta, así como la afectividad lésbica.

La soledad tampoco es necesariamente una situación o circunstancia negativa. Me remito al dicho popular que dice “más vale sola, que mal acompañada” y no todas las personas que estamos solas lo estamos por no haber encontrado a alguien, a veces es que no buscamos a nadie. Yo, sea por agotamiento o resignación, no busco a nadie y me alegro cada día más de disfrutar de mí misma, de mi tiempo, mi libertad y el silencio de mi casa, cuando llego y la encuentro vacía.

Desde mi debut deportivo pude encontrar y alquilar un piso yo sola, ya no tengo que pasar por miles de encuentros incómodos y anécdotas surrealistas buscando pisos compartidos (y vivir el rechazo y los prejuicios sociales que implican ser transexual a ojos de los demás).
Durante esa búsqueda fue curioso como al ir a ver algún piso me vi reconocida como deportista, por encima de mi transexualidad, y esto me dio mayores oportunidades.

En tiendas de ropa donde habían llegado a mirarme de arriba a abajo y negarme probarme un vestido o ropa interior, ahora soy “Antía, la deportista” y no “un chico vestido con falda” como me pasaba antes.

De modo que consideraré el deporte como la gran puerta a los cambios sociales que esta sociedad precisa. Y un ejemplo lo encontramos en los reglamentos del COI que se difundieron justo en enero, coincidiendo con mi debut deportivo, donde se refleja el derecho de l@s deportistas transexuales a participar en unas condiciones excepcionalmente avanzadas y respetuosas. Algo que, a mi parecer, hará que los reglamentos deportivos de múltiples disciplinas se adapten y modifiquen, así como la visión social de estas personas. Que, pese a ser transexuales, alcanzarán gloria deportiva y reconocimiento social positivo.

Algo que quizá deberían apreciar y evaluar los colectivos LGBT que tanto centran sus esfuerzos en la lucha por los derechos civiles y sociales e ignoran los derechos deportivos.

De quien más apoyo recibí en ese camino hacia mi integración deportiva fue de Pili Neira, presidenta de MuDeGa (Asociación de Mulleres Deportistas Galegas) y por eso fue a ella a la primera que le comuniqué mi incorporación al CDPF y mi debut, el día que me lo anunciaron.

He aparecido en entrevistas y reportajes de los medios más destacados.  Era hora de contaros cómo había cambiado este año para esa muchacha transexual que os escribió hace ahora un año tan decaída y pesimista a cerca de su futuro afectivo”.

por Antía Fernández.
Twitter: @transantia

Fotos: Alfonso Carrera Figueirido

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4 comentarios en “Mi vida como lesbiana transexual… un año después”

    1. LA PERRA STRIKES BACK

      Qué comentario tan profundo el tuyo. Qué bonito está reírse de alguien que ha luchado tanto por la aceptación. Esto si es un ejemplo para el Colectivo. Pero, claro, hay tanta hipocresía en el mundillo LGTB que se te quitan las ganas de todo.

    2. ANTÍA RODRÍGUEZ

      Pues en todo caso deberías decir que es fea… lo cual no es compartido por mucha gente, gente que se ha molestado en conocerla y en apreciar y valorar la lucha enorme que ha hecho por aceptarse a sí misma y ganarse la aceptación del resto del mundo.
      Con ese comentario tuyo lo que realmente demuestras es el poco (y mal) gusto que tienes…
      “Quien habla mal de l@s demás, dice más de sí mism@ que del resto!”

  1. Antía Fernández

    ¡Ay! Diana…
    Si me vieras ahora, con otro año más encima, no pensarías que soy más feo, ni más viejo. Es más, tampoco el resto pensarían, nadie, que soy más fea, ni más vieja.
    Me echan edades que ya quisieran muchas… a veces me descuentan más de una decena y de una docena de años.
    Me he dejado el pelo largo, he aprendido a sacarme partido, por supuesto he de seguir dedicándole tiempo a mi aspecto pero no hay día que alguien me piropee.
    Tu comentario, Diana, no me va a afectar. Ya que no te has molestado ni en conocerme, ni en respetarme, pues mi identidad es femenina.

    Hay personas que, en cambio, cuando me conocen en persona luego dedican momentos puntuales de su vida a leerse entrevistas mías que encuentran en internet (muchas hay, demasiadas) y esa es la gente que merece mi tiempo y mi atención, para mí se ganan un punto cada vez que lo hacen.

    Tú, en cambio, no tendrías ni cero puntos, porque debes uno por la mala ortografía…

    Gracias a la gente que ha leído el testimonio anterior y este.
    Gracias, MIRALES por acompañarme y apoyarme.

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