Las mujeres somos muy complejas algunas veces. Ahora mismo me encuentro inmersa en una relación de lo más peculiar. Y me pregunto por qué nos cuesta tanto dejarnos llevar por lo que sentimos en lugar de pensar tanto en el qué dirán, qué pensarán o qué dejarán de pensar los demás. A fin de cuentas ellos viven su vida, no la nuestra. El caso es que a mi chica le importa demasiado la sociedad y lo que conlleva. Nuestra historia es una incógnita, un secreto. Y tiene su morbo y su gracia, no voy a decir que no. Aunque llegado el momento me apetecería besarla delante de cualquiera sin temor a que se sintiese incómoda. Porque no pasa absolutamente nada. Porque la quiero y me quiere y punto. Pero no, porque es algo nuestro, entre nosotras.
Empezó como un juego de niños. Una aventura sin más de dos personas que se atraen dentro de un contexto en el que estaba “prohibido”, porque ella tenía pareja. La química instantánea hizo el resto. No podía quitar mis ojos de ella, acariciarla era hacer estallar todos mis sentidos.
Y tratar de ocultar aquello aumentaba las ganas de volver a encontrarnos en cualquier rincón. Cada vez nos veíamos más y lo pasábamos peor cuando estábamos separadas. Fue inevitable querer frenar algo que era imparable ya. Nos buscábamos con las miradas por los pasillos y no hacía falta nada más. Me rozaba el meñique al pasarme un bolígrafo y erizaba mi piel. Hasta que sin darnos cuenta nos vimos en una relación tan intensa y profunda que traspasa, porque cuando no la veo, sólo con un mensaje suyo consigue hacerme temblar.
Ella tiene miedo. Miedo a que la rechacen. Miedo porque en el fondo no sabe si esta historia saldrá bien o mal. Miedo porque cuando empezamos mi corazón estaba a por uvas pensando en otra persona y el suyo algo distraído. Miedo porque la felicidad a veces asusta sobremanera. Miedo porque la gente no siempre aconseja bien y puede llegar a hacer mucho daño.
Cuántas veces dejamos que los temores nos impidan realizar nuestra vida de forma corriente. Cuántas veces no actuamos según nuestros ideales sólo porque no queremos que el resto nos juzgue y nos rechace. Y la verdad, queridas amigas, es que la gente simplemente vive su vida. Nosotras somos dueñas de la nuestra, y por este motivo debemos dejar atrás ese miedo que nos impide avanzar y, de una vez por todas, tomar el timón de nuestro barco y navegar por los submundos de nuestro día a día sin importarnos lo más mínimo qué comenta el de nuestra izquierda o el de nuestra derecha. A fin de cuentas, cada uno es cada cual (como diría el gran Joan Manuel Serrat) y cada uno vive a su manera, vivamos pues, a la nuestra.
Verónica Font
El miedo paraliza, te amarra los tobillos para que no camines erguido y cuesta mucho más avanzar. El miedo va haciendo un agujero cada vez más grande en el alma. No hay que temer nada, hay que vivir y sentir.
A veces por las circunstancias de alrededor, nos escondemos, todas lo hemos hecho, pero llega un momento que no se puede soportar la oscuridad del escondite y si no sales a respirar te ahogas….y eso acaba con todo…
Yo ya aprendí, dejé el miedo atrás…..ya no lo conozco, no lo quiero en mi vida. Al final la valentía tiene su recompensa, aunque encontremos obstáculos. Están ahí porque hay que tropezarse y aprender de ellos… Ánimo valientessss!!!!!
Felíz semana!!
Me pasó con mi relación anterior, y fue muy complicado…
Yo al leer esta historia no pensé en el miedo sino en las cosas que hemos hecho y las que hemos pasado por alto en algún momento en nombre de lo que creemos es amor, porque nos han educado en la idea cristiana de que lo que le da valor a las relaciones es dar sin esperar nada a cambio, y nos asalta esa idea fatalista de que las cosas fáciles no son normales y que traen consecuencias, porque lo bueno se hace de rogar, no se da sin más. Así que damos y damos sin darnos cuenta de que hay otros conceptos de amor, que no implican la ecuación “me sacrifico por tu egoísmo”, porque vivir como un leproso no va a curar la enfermedad, morirás como ellos. La cuestión para mí es si esa persona sigue con su pareja por el qué dirán. A todos nos ha ocurrido en alguna ocasión en nuestra vida que aparece alguien y nos hace dudar pero seguimos adelante porque en una pareja hay rachas buenas y malas, si las malas son mayoría…., o nos hace dudar y no llegamos a nada salvo a reconocer que nuestra relación ha muerto y es hora de terminarla. Luego están los emocionalmente inmaduros que se esconden tras la pantalla del rechazo, el miedo y la inseguridad para seguir con su pareja a pesar de estar insatisfechos y enmascaran sus carencias con relaciones que sólo ellos convierten en clandestinas y, consecuentemente, acaban haciendo daño. En fin, que si te quieren bien al final, que no es a la hora de la muerte, las corazas se superan, si no, te meten en un culebrón que será muy excitante pero en el capítulo 3512 ya cansa un poco.
Un saludo.
Verónica, si la historia es real te deseo mucha suerte y ánimo.. y que seas capaz de contagiarle tus deseos de valentía. Vale más eso que estar eternamente con el caparazón cerrado y que el miedo ahogue todo lo que puede ser. Porque llega un punto en el que la necesidad de abrirse explota y se lleva por delante todos los impedimentos.. pero es más bonito que eso pueda suceder sin llevarse por delante a vosotras mismas. Suerte, cielo. Besos.
Siempre suelo escribir historias reales y/o sucesos que me han ocurrido a mi o a amigas mías, así la gente conecta más con lo que ocurre. Aunque he de decir que la cosa ha mejorado bastante, muchas gracias por todos los comentarios.
Un abrazo fuerte!!!
Nos leemos!!
😉
La verdad, yo me las doy de liberal de no pasa nada, me creo mi mundo pasota donde siempre prefiero estar sola, pero creo que tengo miedo… miedo de confiar, de mostrarme tal y como soy o darle mas importancia de la que tiene a las cosas.
Vivo con inseguridad por cosas que me marcaron de niña y la confianza en la gente y en mi es la que mas me cuesta, no por como soy ya que tengo conductas y vestimenta muy definida pero si a relacionarme en sociedad (me siento como Sheldon, pero yo me doy cuenta de eso) y no se como actuar así que lo evito. Estoy con un pie fuera del armario y otro dentro, pero no me decido… y eso me mata un poco, ya que ahora tengo un grupo de amigas y eso pero por algunas opiniones de ellas no se si confiar… estúpido, desde luego, y cuando me dicen de “salir de fiesta” huyo porque no se como comportarme, vestirme… no soy masculina pero tampoco soy femenina (no me maquillo y nunca he llevado falda ni tacones)… voy tipo hipster y en algo formal… mi rollo seria algo masculino (a lo Ellen Page) pero no estoy fuera del armario y se vería raro, y tampoco se si quiero salir… no me siento segura donde estoy (geográficamente) y pienso que si me largo de aquí comenzare una nueva vida pero de momento no puedo irme… Necesito consejo, creo.
Siento la parrafada pero no sabia donde ponerlo.