El legado de la bandera arcoíris: De San Francisco a los cielos con Lufthansa

La bandera arcoíris es reconocida en todo el planeta como un símbolo de la comunidad LGTBIQ+. 

¿Alguna vez te has preguntado de dónde ha salido?

La bandera arcoíris fue creada en 1978 por el artista y activista Gilbert Baker. Surgió en un contexto de lucha por los derechos civiles de lesbianas, gays, bisexuales y trans en Estados Unidos, específicamente en San Francisco. Harvey Milk, el primer funcionario abiertamente gay, electo en el país, fue uno de los impulsores de esta bandera como símbolo de unidad y orgullo por ser quiénes somos.  

Baker diseñó el arcoíris como una representación de la diversidad dentro de la comunidad LGTBIQ+, con cada color reflejando un aspecto importante de la vida y la lucha por la igualdad. En su versión original, la bandera tenía ocho colores, pero con el tiempo se redujo a seis para facilitar su producción.

Hoy, 46 años después, Lufthansa, la aerolínea alemana, conocida por sus políticas gayfriendly, lanza la campaña “Todos los colores a bordo“, para rescatar el espíritu de la creación de la bandera. Para decir, tanto a sus trabajadores como a sus clientes: da igual cómo seas, eres bienvenido/a. 

Lufthansa no solo celebra estos significados, sino que se posiciona como una aerolínea comprometida con la inclusión. Utilizando la moda como vehículo de expresión, e inspirándose en los cinturones de seguridad de los aviones, ha creado una colección limitada de cinturones representando los colores de la bandera arcoíris, como medio de visibilidad.

Cada color de esta bandera tiene un significado especial que conecta con los valores fundamentales de nuestra comunidad. Nuestro derecho no solo a existir, a amar, a formar familias, a ser libres. 

El cinturón rojo, el color que representa la vida. Esa vida que construimos desde dentro, alineada a nuestra alma. El verde representa la naturaleza, el morado el espíritu de nuestra comunidad, la unión que nos ha caracterizado desde que en 1969 comenzaron las revueltas que nos convirtieron en una fuerza imparable. 

El naranja representa la sanación, la reparación de nuestras heridas, la resistencia frente a las adversidades. El amarillo representa la luz del sol, un sol que brilla y da calor a todos. Más allá de nuestra orientación sexual e identidad de género. ¿Qué concepto más igualitario que este? Y, por último, el azul, que es la armonía y paz.  

Todos los colores son bienvenidos.Todos tenemos nuestro brillo particular, es la esencia del mensaje. Esta campaña demuestra cómo las grandes marcas pueden usar su alcance global para promover la visibilidad y la diversidad, celebrando las diferencias y ofreciendo un espacio seguro para todos y todas. 

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