45 años juntas: lesbianas que aman más allá del Alzheimer

En el cine, en los libros, en los medios… no solemos ver a lesbianas mayores. Mucho menos cuando se trata de hablar de enfermedad, de Alzheimer, de las transformaciones de la vida cuando se acerca el final del camino.

Si las lesbianas en general estamos invisibilizadas, en la tercera edad ya no existimos. Pero hay miles de mujeres mayores que aman a otras mujeres, que han compartido su vida juntas durante décadas, que han enfrentado desafíos sociales, legales, familiares y que ahora se enfrentan al mayor de todos: la pérdida de la memoria, la fragilidad, la despedida.

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El nuevo documental de PBS The Mind Over Matter: My Alzheimer, dirigido por Anna Moot-Levin y Laura Green, arroja una luz muy necesaria sobre este tema. Y lo hace con una historia profundamente conmovedora: la de Janice Goldberg y Sue, su compañera de vida desde hace más de 45 años.

Janice recuerda perfectamente el primer momento en que vio a Sue. Era un día cualquiera en Ocean City, Maryland. Janice trabajaba como camarera en un restaurante caro. Había pasado el verano recorriendo Europa y aún no tenía claro qué quería hacer con su vida. Ese día Sue entró con su novio a comer.

“Empecé siendo su camarera, y no tardé en ser su amante. El resto es historia”, dice Janice.

Una historia que las llevó a compartir una vida entera juntas. Janice como directora de teatro y guía turística, Sue “como una mujer brillante y cálida que siempre fue el alma del hogar”, dice Janice en el documental.

Hoy, Janice es también su cuidadora.

El Alzheimer entró en sus vidas hace una década

Sue comenzó a mostrar síntomas de Alzheimer hace unos diez años. Desde entonces, Janice vive un delicado equilibrio entre cuidar de ella, mantener su trabajo y preservar lo que queda de su vida compartida.

“Quiero que la gente reconozca que esto es un proceso. Quiero que vean lo difícil que es. Y también quiero disipar parte del miedo que lo rodea”, dice Janice. “Creo que es importante que la gente vea cómo los cuidadores y sus seres queridos pueden afrontar esto, y qué hacen para sobrellevarlo”.

En el documental, que también sigue la historia de dos hombres cuidando a sus padres, el foco en la pareja de mujeres mayores resulta especialmente poderoso y necesario. Porque no es solo una historia de amor. Es una historia de identidad, de comunidad, de resistencia en la vejez.

“Somos mayores. Esa es la diferencia”, afirma Janice con sencillez, pero dejando claro lo poco que se visibiliza esta etapa de la vida en personas LGTB.

Un amor que no se borra

Los directores del documental conocieron a Janice y Sue a través de SAGE, una organización que apoya a personas mayores LGTB+. Y aunque Janice nunca pensó que participaría en un grupo de apoyo, hoy reconoce lo valioso que ha sido para ella: “Pensé que podría sobrevivir toda mi vida sin ‘terapia’. Resulta que no es así”.

A través de su relato, se visibiliza también una dimensión poco abordada: la del cuidador. El desgaste, la pérdida anticipada, la transformación de identidad que conlleva cuidar a quien fue tu igual, tu compañera, tu amor.

“Esta enfermedad es muy dura para el cuidador. La persona con Alzheimer muchas veces no sabe que la tiene. Cree que está bien. No conozco a ningún cuidador que viva una vida tranquila y feliz”, explica Janice.

Y sin embargo, lo intenta. Sue, incluso cuando no recuerda quién está filmando o por qué hay un equipo en su casa, sigue siendo una anfitriona amable. Ofrece bebidas, sonríe, comparte su luz. Aunque cada vez le cuesta más hablar, aunque muchas veces solo dice frases sin sentido.

“Fue muy duro ver el documental terminado, ver cómo había cambiado Sue. Pero agradezco que exista ese testimonio, ese documento de nuestra historia”, dice Janice.

Visibilizar lo que duele… también es una forma de amar

Para Janice, aceptar participar en el documental fue una forma de hacer algo con Sue, de mantener una chispa encendida. Para los directores, era fundamental mostrar que el amor, la humanidad y la conexión no desaparecen con la demencia.

“Las personas con Alzheimer siguen teniendo personalidad, siguen estando ahí. Necesitamos verlas, interactuar con ellas, reconocer su humanidad”, dice Laura Green..

“Quiero que este documental ayude a eliminar el estigma. Que mostremos cómo podemos acompañar, cómo podemos seguir viviendo, aunque sea difícil”, dice Janice.

Y lo consigue. Porque al verlas, al escuchar su historia, algo en nosotras se conmueve. Algo que nos dice: ese futuro también puede ser nuestro. Y no tiene por qué darnos miedo.

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