Queridas MíraLES,
Hoy nos escribe Laura (nombre ficticio, aunque podría ser el tuyo, el mío o el de cualquiera de nosotras). Tiene 27 años, es intensa, curiosa, y acaba de enamorarse de una mujer de 45.
Y claro, en su cabeza todo es un cóctel de preguntas:
¿Se reirá de mis dramas de generación Z?
¿Querrá planes de manta y series mientras yo aún necesito bailar hasta las 5 de la mañana?
¿Le pareceré una cría?
¿O quizá me vea como ese chute de energía y frescura que viene bien a cualquiera a los 45?
Respira, Laura. No eres la primera ni serás la última en pasar por esto. El amor entre mujeres muchas veces desafía etiquetas, edades y normas, y nosotras encantadas.
Pros de salir con una mujer mayor
Experiencia de vida: No nos referimos solo al sexo (aunque ahí también puede haber magisterio), sino a esa tranquilidad con la que ya no necesita demostrar nada a nadie.
Claridad: Es más probable que sepa lo que quiere y lo que no, lo que te evita perder años descifrando indirectas.
Seguridad: Una mujer de 45 suele haber hecho un trabajo personal de conocerse, cuidarse, reinventarse. Puede que tú estés aún buscándote, y ahí ella sea un faro.
Contras de salir con una mujer mayor
Etapas distintas: Tú quieres mochilas por Asia, ella quizá está pensando en hipotecarse con una cocina de isla (aunque también puede que esté más fiestera que tú, nunca se sabe).
El miedo social: Prepárate para las miraditas de la gente, porque aún vivimos en un mundo que cuestiona cuando una mujer más joven sale con alguien mayor.
Ritmos distintos: Si tú estás arrancando proyectos y ella ya está consolidada, puede que surjan choques.
Lo más importante aquí no es la diferencia de edad en sí, sino cómo viven ambas ese desfase generacional. Si para ti su madurez es admiración y no dependencia, y si para ella tu juventud es chispa y no una forma de moldearte, estáis en un buen punto.
Hazte estas preguntas:
- ¿Me siento vista como igual?
- ¿Me inspira, pero no me anula?
- ¿Compartimos un proyecto de vida o al menos un horizonte que nos ilusione a ambas?
Si la respuesta es sí, adelante.
Tenemos uno de los más grandes referentes en Hollywood. Sarah Paulson tenía 40 años cuando empezó con Holland Taylor, que tenía 72. Todo el mundo puso el grito en el cielo. Y aquí están, casi una década después, felices, brillantes y visibilizando un amor que no entiende de arrugas ni de prejuicios.
Sarah lo dijo claro: “Mi relación representa todo lo que quiero que sea: libre de etiquetas, libre de miedo, libre de juicios”.
Querida Laura (y todas las que estáis ahora mismo suspirando por esa jefa, profesora de yoga o vecina madura irresistible), el amor con alguien mayor puede ser un viaje lleno de aprendizajes, pasión y ternura. Sí, hay riesgos. Sí, habrá gente opinando. Pero si de verdad os encontráis en un mismo lugar emocional, lo único que importa es cómo os hacéis sentir mutuamente.
Porque, spoiler: la edad pasa, pero el deseo de vivir, amar y reír juntas no entiende de números.