Lesbianas, ¿por qué nos comprometemos tan rápido… y nos divorciamos más?

Todas lo hemos escuchado, o incluso lo hemos vivido: dos chicas se conocen, a la segunda cita ya se cuentan la infancia completa, a la tercera ya han analizado sus respectivos traumas y están dejando el cepillo de dientes en casa de la otra, y al mes ya buscan piso juntas en Idealista. ¿Exageración? Un poco. ¿Realidad? Bastante.

Este fenómeno tiene incluso nombre propio en inglés: “u-hauling”, en referencia a las furgonetas de mudanzas que, según el chiste lésbico clásico, llegan a la segunda cita. Pero más allá del humor, hay datos serios que respaldan que las lesbianas nos comprometemos más rápido y también nos divorciamos más que los gays.

Los datos no mienten (aunque duelan un poco)

  • En los Países Bajos, el 30 % de los matrimonios entre mujeres se disolvió a los 10 años, frente al 15 % de los hombres gays y el 18 % de las parejas heterosexuales.
  • En Reino Unido, las divorciadas lesbianas representaban casi el 75 % de todos los divorcios entre parejas del mismo sexo en 2019, a pesar de que las lesbianas solo eran el 56 % de quienes se casaban.
  • En países nórdicos como Suecia y Noruega, las parejas de mujeres se divorcian un 29 % más que las parejas de hombres gays.

Así que sí: no es un mito, es una tendencia mundial.

¿Por qué nos pasa esto?

La psicología y la sociología nos dan varias pistas:

  1. La intensidad emocional
    Las mujeres, en general, tendemos a priorizar la conexión emocional, y cuando dos mujeres se encuentran… esa intensidad se multiplica por dos. De ahí que las relaciones se sientan tan profundas y sólidas en muy poco tiempo.
  2. La búsqueda de refugio
    Históricamente, muchas mujeres lesbianas y bisexuales hemos tenido que luchar por espacios seguros. Encontrar a otra que nos entienda es como descubrir un oasis: queremos quedarnos ahí, rápido.
  3. Altas expectativas
    Las lesbianas solemos tener estándares emocionales elevados. Buscamos comunicación profunda, compromiso real y una vida compartida con todas las letras. Eso hace que, cuando las cosas no funcionan, también seamos más rápidas en poner fin a la relación.
  4. La biología no mete prisa (pero la sociedad sí)
    Como apuntaba Jwan Yosef en su entrevista tras su divorcio de Ricky Martin, los hombres gays nunca se embarazan por accidente. En el caso de las lesbianas, el tema de la maternidad sí puede acelerar los tiempos: ¿quién llevará el embarazo?, ¿cuándo?, ¿qué clínica? Esas conversaciones llegan pronto y con ellas, decisiones que en otras parejas tardan años en aparecer.
  5. Más dispuestas a iniciar el divorcio
    Estudios demuestran que, incluso en parejas heterosexuales, son las mujeres quienes con mayor frecuencia inician la separación. Nos cuesta menos tomar la decisión de cortar cuando ya no estamos felices.

Entonces, ¿estamos condenadas?

¡Para nada! Que nos comprometamos rápido y nos divorciemos más no significa que nuestras relaciones estén destinadas al fracaso. Significa que:

  • Vivimos el amor con intensidad (y eso no es malo).
  • No nos conformamos con menos de lo que necesitamos.
  • Preferimos empezar de nuevo a vivir mal acompañadas.

Y sí, también significa que tal vez deberíamos aprender a poner el freno un poquito antes de reservar vuelos en pareja a la tercera cita.

Las lesbianas sabemos amar fuerte, profundo y con todo el corazón. A veces eso nos lleva a mudarnos demasiado rápido, a casarnos con prisas, y a divorciarnos también antes que otros. Pero, como todo en la vida, no es un defecto: es un rasgo de cómo, en líneas generales, podemos vivir y sentirnos.

Quizás lo importante no sea dejar de ser intensas —porque, seamos honestas, no vamos a dejarlo—, sino aprender a dar espacio, tiempo y aire a nuestras relaciones. El amor lésbico es un fuego precioso, solo hay que evitar que se consuma demasiado rápido.

Comparte este artículo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio