Si querías ver más lesbiandrama del que hay en tu propia vida y la de tus amigas (incluso sumada), tenemos malas noticias: The Ultimatum: Queer Love ha sido cancelado. Sí, ese retorcido reality que convirtió lágrimas, celos y enamoramientos express en un espectáculo internacional… no tendrá nueva temporada.
Por si aún no lo has visto, te contamos el concepto: en cada pareja hay una A y una B. A quiere casarse, B no quiere. A, en un acto de amor comprensivo (ejem), le lanza un ultimátum: “o nos casamos o lo dejamos”. Y en lugar de hablarlo tranquilamente, deciden resolverlo en el mejor lugar posible: un programa de televisión.
Allí, junto a otras mujeres en la misma situación, se abre la veda del tonteo. Tienen unos días para conocerse, sentirse “vistas” y “comprendidas” como nunca antes en su vida, y elegir a alguien con quien tener un “matrimonio de prueba” durante tres semanas. Después, vuelven con su pareja original para otras tres semanas de convivencia… y, como puedes imaginar, el cóctel es explosivo.
El cóctel perfecto: amor, drama y lágrimas
En esas primeras tres semanas pasan cosas de todo tipo: flechazos, acercamientos intensos, atracciones que parecen la historia de amor definitiva, pero también llantos por imaginar qué estará haciendo tu pareja original con su “esposa de prueba”. Y claro, la audiencia disfrutando de cada segundo.
La primera temporada nos dejó a Xander y Vanessa, Yolly y Mal, Lexi y Rae, Sam y Aussie, y Mildred y Tiff, con momentos que aún circulan como memes en Twitter. En la segunda llegaron Ashley y Marita, AJ y Britney, Dayna y Magan, Pilar y Haley, Kyle y Bridget, y Marie y Mel, demostrando que el amor lésbico da para guion de telenovela… pero en versión reality.
¿Era divertido? Sí. ¿Era tóxico? Muchísimo. ¿Era adictivo? También. Porque aunque sabíamos que no era el mejor ejemplo de relaciones sanas, nos enganchaba esa mezcla de emociones a contrarreloj, con todo el espectro de amor y drama concentrado en apenas seis semanas de programa.
Netflix ha decidido cancelar la versión lésbica, aunque mantiene otras ediciones del formato. Y claro, nos quedamos con la sensación agridulce: aliviadas de que quizá ya no debamos sufrir más triángulos amorosos televisados… pero tristes de perder una de las pocas producciones mainstream donde las parejas de mujeres eran protagonistas absolutas.
En definitiva: The Ultimatum: Queer Love era como esa ex tóxico del que no te arrepientes del todo. Sabías que te hacía mal, pero lo vivías con intensidad. Y ahora que se acabó, lo vamos a echar de menos (aunque no lo queramos reconocer en voz alta).

