Y, de un día para otro, algo cambia en nuestra vida. A veces es una persona, otras una experiencia o vivencia. Lo que sí está claro es que después de atravesarlo, ya no volvemos a ser las mismas.
Hay decisiones que se toman con una taza de café en la mano. O con una copa de vino, después de una ruptura, un duelo, después de dejar un trabajo o buscando salir de la zona de confort.
O al mirar un mapa con tu chica y decir: “¿Y si…?”. En MíraLES hemos recogido tres historias inspiradas en lectoras que, un día, le dijeron SÍ a un viaje. Y ese viaje… les cambió la vida.
SÍ a volar sola (y encontrarte contigo misma)
Clara nunca había viajado sola. Ni siquiera había ido sola al cine, pero uno de sus propósitos de cumpleaños fue ser más independiente y atreverse a vivir experiencias nuevas, hacerlo incluso con miedo, pero hacerlo.
Clara reservó un vuelo a Vancouver. “Quería volver a enamorarme, pero no de alguien. De mí. En Canadá descubrí a otra Clara. Una Clara libre, feliz, dispuesta a asumir riesgos, además descubrí el destino más alucinante, bosques, poesía en cafeterías y chicas guapas en bicis”.
Volvió con el corazón lleno y la autoestima por las nubes. A veces, el mejor romance empieza contigo.

SÍ a explorar otro continente (y otro amor)
La historia de Sara y Arantxa es bastante recurrente y quizás lo has experimentado. Es la historia de dos mujeres que se quieren pero que atraviesan una crisis de amor.
7 años juntas y la rutina cayendo como una losa en el deseo y el amor. Lo habían hecho todo: mudanza, gatos, terapia de pareja, club de lectura, y hasta un curso de cerámica. Pero les faltaba algo. Johannesburgo apareció como una locura, después de ver una película, que terminó siendo una chispa.
2 semanas recorriendo un destino totalmente diferente a lo que conocían. 3 días en el safari de Kruger, desayunando con elefantes, visitando aldeas impensadas, museos, bares LGTBI. En Sudáfrica conectaron con activistas, rieron, bailaron y se reencontraron la una con la otra. A veces, salir de tu rutina salva la relación.

SÍ a un destino desconocido (y a una chica inesperada)
Ana no sabía mucho sobre Shanghái, pero fue por un proyecto laboral que dijo “sí”. No fue fácil decidirse, tenía que estar diez semanas y no tenía claro si le iba a gustar.
Sentada en su vuelo de Lufthansa repasaba la extensa guía que se había comprado cuando escuchó un: “perdona, creo que yo tengo el asiento de la ventana”. Y según cuenta, fue atracción a primera vista, balbuceó y se cambió torpemente, turbada por los preciosos ojos marrones de Cristina.
De las 14 horas que dura el vuelo durmió solo dos. Pero se sintió más despierta que nunca, charlando sin para con quien se convertiría en algo más que una amiga y convertiría Shanghái en la ciudad más romántica del mundo.

“Fue una mezcla de todo, fue amor, fue libertad. Fue sentirse muy viva. Y eso es todo lo que necesitaba”.
Lufthansa no solo te lleva lejos. Te invita a decir SÍ a vivir, descubrir, amar y reinventarte. ¿Y tú? ¿Ya sabes a qué vas a decir SÍ este verano?