Hoy os traigo un cuadro espectacular, una composición mágica y abierta a dos lecturas: una lésbica y otra religiosa, seguro que sabéis cuál es la dominante… Pero aún así es una pieza maravillosa que vamos a descifrar para que la disfrutéis tanto como yo.
Yo vengo de un matrimonio interracial, mi padre es español y mi madre es dominicana, y aunque resulte raro, la gente, aun en pleno siglo XXI, se sorprende con estas cosas. Tal vez por eso esta pieza siempre me ha llamado tantísimo la atención, porque refleja el amor entre dos personas de diferente color y a la vez del mismo sexo formando a su vez una composición perfecta.
St Georges Hare es un artista desconocido, poco se sabe de él y de su obra pictórica. Sabemos que nació en Irlanda en 1890 que vivió y trabajó en Inglaterra, se formó en la South Kensington School of Art y desarrolló su arte en la rama del retrato. Como era común entre los artistas, Hare fue apadrinado por la familia Hoare, una acaudala familia de banqueros y en su honor pintó una serie de retratos sobre ellos.
Otra de sus especialidades fueron los semidesnudos sobre religión o temas alegóricos- Las mujeres encadenadas fue una clase de fetichismo para él. La victoria de la fe entraría dentro de su especialidad ya que muestra mujeres desnudas y encadenadas. Esta obra fue donada a la National Gallery of Victoria en 1905, por su sensualidad estuvo escondida muchos años, aunque la Iglesia siempre ha declarado que los desnudos son meramente emblemáticos al ser mártires que se han despojado de todo.
La NGV, por el contrario, en sus publicaciones de investigación histórica, ha catalogado esta imagen como una pieza de la tardía época erótica victoriana camuflada bajo una temática religiosa, sobre todo teniendo en cuenta que en ese contexto histórico existía una gran fascinación por el lesbianismo.
El cuadro representa las Santas Perpetua y Felicitas, dos amigas que vivieron en el norte de África, que fueron encarceladas y asesinadas por su fe en Cristo en el siglo III. Pero los estudios feministas las consideran como uno de los primeros amores entre mujeres en la historia de la fe cristiana, las “Mecenas de las parejas del mismo sexo”.
Perpetua fue la primera mujer en la historia cristiana en escribir un diario llamado “La pasión de Santa Perpetua, Santa Felicitas y sus Compañeros”, documento que para los historiadores es muy valioso para desgranar la sociedad, la política y la vida en general en la época en que se desarrollaron los acontecimientos de la vida de estas dos santas.
Este diario fue muy popular entre la sociedad del siglo ya que la gente se sentía verdadera veneración por estas dos amigas que lucharon hasta el final por su fe, se dieron esperanzas cuando estaban en la cárcel y se besaron antes de ser mutiladas por animales y decapitadas en el Anfiteatro de Cártago.
La diferencia racial proviene de que Felicitas era una esclava, y Perpetua su señora, noble de cuna, educada, adinerada, la cual se supone que estaba casada aunque en su diario no hace mención alguna a su marido.
Hasta aquí la parte de la Iglesia. Por otro lado, como os contaba al principio, los estudios feministas revelan otras hipótesis. John Boswell, profesor de historia de Yale, habla de las Santas como una de las principales parejas del mismo sexo en la iglesia primitiva donde se encuentran ejemplos como Sergio y Baco.
Dennis O´Neil, fundador del Circulo Viviente, un centro interreligioso de espiritualidad LGTB, mandó encargar un icono como los que vemos en las iglesias bizantinas de las Santas pintado por Robert Lentz, un fraile franciscano y reconocido homosexual al que algún día dedicaremos un artículo por su maravillosa visión del amor libre.
St George Hare pintó esta versión con un tinte extremadamente erótico en el año 1890, obviamente para la época fue bastante atrevido, ya que aparecen durmiendo en el suelo, completamente desnudas, una encima de la otra, atadas y con rostros llenos de paz, lo cual es bastante curioso sabiendo el desenlace que sufren después de salir del calabozo.
Están incluidas dentro de la lista LGTB de santos homosexuales que superaron todas las vicisitudes a través del amor, como también han aparecido en novelas históricas como Perpetua: Una novia, una mártir, una pasión de Amy Peterson, un libro que cuenta los hechos descritos en su diario pero sin ninguna insinuación homosexual ya que Amy es una cristiana que ha pasado toda su vida en comunidad, o La escalera de Bronce de Malcolm Lyon, también con matices únicamente religiosos de manera novelada.
En conclusión, ya sea una obra religiosa o erótica es una pieza estupenda, inspiradora y con unas características plásticas irrepetibles, ¿qué os parece?
Había escuchado a alguien de mi familia mencionar el nombre de Santa Perpetua… después de leer este artículo quedo fascinada!
Sugestivo, cuando menos.. 🙂
Ohhhhhhh, hermoso!! Me encanta la historia y el cuadro
Sois unas grandes, me encanta que me descubráis cosas nuevas 🙂